twenty four - detritus

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scofferlane - reflected color

(violin echoes)

El paciente de la 405 actúa como si nada hubiera sucedido, pese a que estuvo a punto de morir.

La verdad, me asusta un poco su reacción... ¿aún no se sabe cuál fue la causa de su descompensación, enfermera en jefe?

No. El médico de cabecera dice que fue una taquicardia ventricular idiopática. Han pasado casi veinticuatro horas desde que despertó, sin novedades. Ahora lo están preparando para que testifique en el juicio.

¡¿Qué?! ¡¿Por qué lo sacarán?! ¡Aún no podemos descartar una recaída...!

La enfermera en jefe silencia a la enfermera más joven. Inclusive siendo las únicas presentes en la sala de descanso, no pueden permitirse gritar y que otros se enteren de la conversación que están teniendo.

Al proseguir, lo hace en un susurro.

¿No lo sabías? No podemos intervenir realmente. No estamos acá para tratarlo, solo estamos para monitorearlo día y noche.

¿...Qué?

Así como oyes. No podemos intervenir, incluso con el cuadro de amnesia disociativa que presenta. Hasta los resultados reales de su anamnesis física están reservados para el médico de cabecera, nosotros tenemos un diagnóstico falso; lo único que los demás profesionales sabemos es que no recuerda nada de esa noche, y que un cuadro de amnesia así de severa no se presenta de la nada. Algo debió haber sucedido aquella madrugada, algo que él presenció directamente, pero no tenemos alternativa: debemos mantenernos al margen.

Eso es una falta a nuestro código ético, enfermera en jefe, los demás-

El resto del equipo que lo monitorea está al tanto también, pero no pueden decir nada al respecto. Tú tampoco puedes decir nada de esto a nadie, y punto. No aceptaré réplicas.

Pero... por qué-

Un ruido las alerta, y dejan de conversar de inmediato. Claramente cansado y agitado, uno de los médicos a cargo de la sala 405 aparece en la sala de descanso, cortando la conversación de raíz. Más allá del agotamiento, puede ver que sus pupilas tiemblan.

—Ya está aquí —susurra apenas.

No es necesario que digan nada. Solo basta una mirada, un asentimiento de la enfermera en jefe, y ambas lo saben.

El señor Xiao acaba de llegar.

———

Insisten en llevarlo en silla de ruedas, por lo que no puede hacer nada más que asentir y dejarse conducir por los pasillos, el ascensor y la puerta de entrada, hasta finalmente emerger a la luz. Debe ser la puerta trasera del edificio, reconoce para sí, pues no hay medios de comunicación esperándolos; no hay nada más que un auto lujoso con los vidrios polarizados, posicionado al medio de un terreno cubierto en cemento. Allí, un par de médicos lo levantan y posicionan en el asiento trasero, asegurándole el cinturón después. La gente habla entre sí, en susurros. Nadie le dirige la palabra.

Pese a que es de mañana, el cielo está oscuro.

—Lo traeré de vuelta apenas termine el juicio. Aún debe seguir su tratamiento.

El señor Xiao se sienta a su lado, pero no lo observa. Sus ojos siguen fijos afuera, contemplando el desplazamiento de las nubes grisáceas.

Lleva mucho tiempo sin sentir la lluvia sobre el rostro.

Outbreak // XiaoDery - WayVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora