fifteen - faux pas

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filmmakers - lust riders

hostile party culture, relationship standards, destructive hedonism, infoxication break-ups, fake hope, trademarking of feelings (...)

Los beats de la música electrónica le recuerdan por qué no frecuenta lugares como aquel. Los hombres que se mueven al compás, desvergonzadamente, son una prueba más de que debería devolverse a su apartamento de inmediato.

Pero no puede. Se lo ha prometido a sí mismo. Con casi dos semanas cumplidas desde la última vez que lo vio, Wong KunHang se encuentra pronto apoyado contra la barra de uno de los pocos clubes nocturnos gay existentes en Shanghái, cuyo número total podría contar con los dedos de la mano. Observa el panorama sin decir una palabra. La atmósfera, pese a ser noche de jueves, está tan intensa que pronto siente que las ropas se le apegan al cuerpo.

Todo le hace querer huir. Y, paradójicamente, esa es la señal que necesita para actuar sin pensar en nada más.

—Woah, miren qué príncipe tenemos acá.

Justo cuando está a punto de sumergirse en el mar de hombres bailando, una voz como la miel hace que se detenga y mire hacia su izquierda. En la barra se apoya un chico, más bajito que sí mismo, al que no ha visto antes.

Sus ojos color chocolate lo inspeccionan de arriba abajo. Se fija primero en su cabello, castaño y rebelde, para luego centrarse en su rostro. En sus labios carnosos hay una sonrisa juguetona.

—¿Yo? —se apunta a sí mismo, perplejo.

—No veo a ningún otro príncipe, príncipe —lo ve mirar a la multitud, poniendo teatralmente una mano sobre sus cejas y entrecerrando los ojos, para luego negar y reír. Esa misma mano se extiende ahora en su dirección—. Liu YangYang.

—...Hendery —susurra, tomando su mano.

—Lindo nombre. Hey, no estés tan nervioso. No muerdo.

Nervioso no es la palabra exacta, pero no alcanza a clarificárselo: el apretón de manos se transforma en una trampa que lo obliga a seguirlo hasta el centro de la pista. Pronto descubre que YangYang es un ávido bailarín, y baila con él por inercia más que por decisión propia. Las canciones se funden unas con otras, al igual que los brazos de su acompañante, los que le rodean cada cierto tiempo el cuerpo y amenazan con tocarlo en cualquier momento. Pequeñas sonrisas aparecen en el rostro de YangYang mientras lo hace.

Cuando se separan un poco más de lo normal, presiente a su derecha que un chico trata de acercarse. YangYang entonces lo sujeta por la cintura, devolviéndole la mirada al intruso.

—Llegaste tarde. Es mío.

El aura desafiante de YangYang se disipa en cuanto el chico se va, asustado por aquella voz súbitamente grave. Como si nada hubiera pasado lo escucha reír fuerte, hasta que sus ojos se empequeñecen.

Ojos pequeños, sonrisa luminosa.

Xiao DeJun.

—¿Estás bien? No te asusté, ¿cierto?

—...No, no —niega con fuerza. Los latidos de su corazón se entremezclan con la música electrónica de matices oscuros—. Yo... no estoy acostumbrado a venir a estos lugares.

—¿Te sientes incómodo? —asiente de manera robótica. YangYang sonríe—. La verdad, yo también.

Esta vez sí le devuelve la sonrisa, emocionado. Mas, no dura mucho: lo siente acercarse, tanto así que puede notar las casi invisibles imperfecciones de su rostro. Pasmado, no puede realmente retroceder ante sus avances.

—Podríamos conocernos mejor. Mañana, si no te molesta —enmudece cuando siente un contacto en su trasero, el que desaparece antes de poder retirar la mano que deliberadamente lo toca—. Llámame.

YangYang desaparece en la multitud como una exhalación. Tan pronto como lo hace él también se retira del lugar, demasiado mareado con las luces y la música, con lo que acaba de suceder y con la maraña en la que se han transformado sus pensamientos.

Apenas llega a casa, palpa la zona en la que ha sido sorprendentemente tocado. Un bulto irregular sobresale de sus pantalones, específicamente del bolsillo trasero. Se apresura en retirar lo que tiene ahí, y pronto se encuentra ante una hoja cuadriculada de papel que ha sido rasgada hasta tener apenas el tamaño de la palma de su mano.

No lo ha visto escribir nada, recuerda. Tal vez lo ha hecho en la fracción de tiempo antes de acercarse, no tiene manera de saberlo. Sea como sea, se encuentra frente a unos escuálidos datos: Liu YangYang, más algunos dígitos que deben corresponder a su número de teléfono.

Teléfono. Bandeja de entrada vacía.

Xiao DeJun.

Le escribe quizá demasiado rápido, a menos de una hora de sucedido su encuentro. Para su fortuna, la respuesta es igual de inmediata. Envolviéndose en una conversación que resulta precisa y carente de palabras innecesarias, se hunde pronto entre sus mantas con una dirección en mente, la que debe visitar el día siguiente a las nueve en punto de la noche.

"Espero que tengas un excelente viernes, Hendery. Nos vemos a las nueve"

No contesta. Se ha dejado arrastrar por las palabras coquetas de YangYang. No tiene ni una gota de alcohol en el cuerpo como para justificar ninguna de sus acciones; no tiene nada más que la promesa que se ha hecho a sí mismo, y a la que se aferra para no escuchar lo que no deja de repetirse incesantemente en su cabeza.

Viernes. Dos semanas.

Dos semanas sin Xiao DeJun.

———

Ha pasado un tiempo desde la última vez que tuvo que hacerlo, y por lo mismo KunHang esconde la mirada cuando le entrega el par de productos a la cajera: una caja de condones, una pequeña botella de lubricante. Paga tan rápido como puede y los guarda en su bolso, el que se hecha al hombro antes de salir.

Hace un par de horas que atardeció. Iluminado por los anuncios de neón provenientes del explosivo ambiente nocturno que se vive en aquel sector de Shanghái, sigue las indicaciones del GPS de su celular hasta llegar a los pies de un local sin ventanas, con apenas un minúsculo letrero que le anuncia que está en el lugar correcto. Ya casi son las nueve, y aprovecha de anunciarle su llegada.

"Estoy afuera"

La respuesta llega apenas con segundos de diferencia.

"Genial. Entra. Reservé una habitación a mi nombre"









———

faux pas: traducido literalmente como "paso en falso", es una expresión en francés, similar fonéticamente a "faut pas" (indebido), que se utiliza para describir una pérdida física de equilibrio, o para decir que alguien se ha equivocado.

Espero que les haya gustado este capítulo número quince, junto a la aparición de YangYang <3 Muchísimas gracias por su apoyo, votos y comentarios, ¡nos vemos! 

Outbreak // XiaoDery - WayVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora