Outbreak // XiaoDery - WayV

sixteen - yuè lǎo

sogumm - dreamer, doer (instrumental)

'hey, wake up dreamer'

I'm lost in reality, so so scared

oh lord I'm lost in a fantasy

so so scared

Aún está a tiempo de dar media vuelta y no ingresar. Lo habían conversado sin tapujos y sin necesidad de embellecer las palabras: YangYang, brutalmente honesto, le había propuesto el tener un encuentro de una noche. No es la primera vez que lo ha hecho, se recuerda a sí mismo, y con eso en mente cruza la puerta pintada de negro que le da la bienvenida al recibidor del motel.

YangYang lo ubica con la mirada, sentado en uno de los sillones que llenan el espacio del recibidor, y pronto se encuentra con las manos envueltas en las de él, cálidas.

—Vamos. Ya di un anticipo.

No los miran con extrañeza. KunHang se pregunta a sí mismo si acaso están acostumbrados a ver parejas homosexuales reservando habitaciones, pero asume que probablemente es algo común. El hecho de que YangYang haya sugerido ese lugar y no otro le hace deducir que debe de tener experiencia, cosa que comprueba al ser guiado por él hacia el piso correspondiente sin dudar ni un segundo, donde gira la llave en la cerradura con un sutil movimiento.

Traga saliva al entrar, cerrando tras de sí. La habitación, en tonos rosados y rojos, aparece iluminada bajo una tenue luz cálida. Un delicado aroma a rosas y jazmines flota en el aire. YangYang se lanza a la cama juguetonamente, tomando uno de los almohadones de la cama doble y apretándolo contra su pecho. Su sonrisa lo desafía.

—Qué esperas. Ven, príncipe.

Se quita el bolso y lo deposita a los pies de la cama antes de subirse a ella, sin saber muy bien qué hacer, aunque no tiene mayor importancia: YangYang deja el almohadón de lado y sus manos lo empujan hacia la cama, sentándose luego sobre su pelvis, tomando la iniciativa. Sus labios se curvan en una nueva sonrisa, y pronto siente que la distancia entre ambos se hace cada vez menor.

Cuando siente su respiración en el rostro y ve que cierra los ojos, sin embargo, lo detiene.

—No me gustan los besos —se excusa, riendo bajito, alzando las manos y evitando que se acerque más—. De... de verdad...

—¿Oh, en serio? —asiente frenéticamente. YangYang sonríe—. Entonces nada de besos en los labios... pero supongo que puedo besar el resto de tu cuerpo, ¿verdad...?

No responde. YangYang sonríe.

—...Tomaré eso como un sí.

Esos mismos labios húmedos se posan en el lado izquierdo de su cuello, a lo que pronto le sigue su lengua, la que le recorre la piel sin pudor alguno. No es capaz de bajar la vista para ver lo que está haciendo, y procura cerrar los ojos para concentrarse en las sensaciones que la estimulación le provoca.

Siente que su abrigo color miel es abierto y su camisa es desabotonada; luego, la lengua de YangYang se adentra en su pecho, pasando peligrosamente cerca de sus tetillas. Normalmente algo como eso lo encendería de inmediato y no pasaría poco para él mismo tomar el control, tal como acostumbra.

En cambio, el contacto se siente como si le estuvieran quemando la piel.

—Relájate —le escucha decir—. Déjate llevar, está bien...

Solo ahí repara en que tiene las manos vueltas puños. Intenta relajarse. En eso, es imposible no volver atrás en sus recuerdos hacia aquellos tiempos después de terminar la escuela, donde también había terminado con su primer —y hasta ahora único— novio.