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boyfriend; redlips

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Las clases finalmente acabaron, dos días de asistir a aquella horrorosa escuela, y Butters estaba exhausto.

Tenía tareas pendientes, cosas para ponerse al corriente y una pila de libros por leer, y aún así, en lo único que podía pensar, era en Kenny.
Su dulce caballero de anorak naranja, con la sonrisa chueca y un aire de rata callejera que Leo adoraba, como un héroe entre las sombras.

Suspiró, la única parte buena de los ataques de Cartman, era que Kenny aparecía para salvarlo.

- Hijo! Tus galletas están listas!- Leopold bajó corriendo a revisar sus creaciones en el horno, cocinar siempre aliviaba su estrés.

- listas~!

Sacó las bandejas aún calientes, reposó algunas sobre la mesada y se dispuso a decorarlas, aquellas galletas nacieron de su alegría, y pensaba regalarlas a Kenny.

- Podi, el sábado iremos con tu padre a cenar por nuestro aniversario- la madre de Leo ingresó a la cocina.

- ah! A dónde iremos?

La mujer negó despacio.

- no, tu padre y yo, tú no irás.

- eh?! Y porqué?!- él dejó la crema con fuerza en el mesón.

- porque ya estás grande, no lo crees? Si no quieres estar solo, llama a un amigo o algo así, no has hecho amigos?

- sí, creo... uno.

- invítalo!

Hasta el otro día, Leopold no dejó de pensar en cómo pedir a Kenny que pasaran el sábado juntos.
Pensó que se vería raro, acababan de conocerse, y ninguno sabía con certeza qué clase de persona era el otro.

Tomó aire y bajó las escaleras, camino a su salón.
Kenny aguardaba fuera, y antes de entrar, Leo se acercó para saber el porqué.

- Ken?

- buenas- apenas lograba entenderle con el enorme anorak tapando su boca.

- te echaron?- se arrodilló a su lado.

- no, llegué tarde.

- tarde?!- buscó su celular con desesperación y, en efecto, habían pasado diez minutos del horario de ingreso- maldición! Tercer día y llegué tarde!

El anorak logró ahogar la risa de Kenneth, el pequeño chillaba como un adorable conejo enojado.

- ven, vamos a otro sitio.

Miró a sus costados y siguió a Kenny, éste demostró maestría esquivando pasillos con monitores y salones concurridos. Así, llegaron juntos a el campo de football.

- aquí no nos verán, no hay prácticas hasta las 12.

- cómo lo sabes?- Leo tomó asiento junto a Kenneth.

- porque asisto a ellas.

No imaginó que fuese un jugador de football, más bien, creería que en su lugar, practicaba voleyball o handball.
No parecía tan imponente cómo un jugador clásico de football americano.

- vamos a faltar a la próxima clase también?- según su memoria, la clase perdida fue matemáticas. Y por las palabras de Kenny, supuso que saltarían la próxima también.

- quieres ir?

- ummm, bueno... no está bien faltar.

- ve entonces- él no mostraba interés en asistir a sus clases, rápidamente, Leo preguntó.

- no debes tener buenas notas para seguir en los equipos extracurriculares?

Kenny levantó la vista hacia el pequeño, y por primera vez, prestó atención a sus ojos celestes. Uno más claro que el otro, con una cicatriz cruzándolo.

- qué pasó en tu ojo?

- eh? Esto?- palpó su cicatriz- un accidente de auto, porqué?

- por nada- y volvió a esconderse en su anorak.

(...)

Leopold miraba el campo que poco a poco se llenaba, algunos jugadores llegaron y también unas porristas.

- hola Ken~!

El aludido saludó muy coqueto a las chicas, y Leo arqueó una ceja escéptica, mientras que ellos no hablaron por casi tres horas, las porristas recibían toda la atención de Kenny en tres minutos.

- qué?

- nada.

Volteó la cara, ignorándolo.
Por alguna razón, odiaba la escena.

- hola Kenny!

Leopold echó un vistazo a la nueva chica que saludó a Kenneth, éste se escondió tras el pequeño y después bajó entre los escalones de las gradas. Una huída casi perfecta.

- Ken? Qué haces?

- esconderme, no es obvio?!- susurró.

Stotch lo siguió de la misma manera, preguntándose porqué no huyó de las otras porristas y sí de la última.

- porqué?

- larga historia.

- creo que tienes algo de tiempo, verdad?- soltó con su tono de reproche.

- en pocas palabras: algunas chicas no pueden dejar atrás las relaciones rotas, y me siguen buscando, tú no huirías?

- tal vez. Pero no puedes vivir tu vida escondiéndote como una rata.

- pues adivina qué- exclamó grave bajo su anorak- soy una rata.

- Kenny~!

- maldición!

La misma porrista apareció bajo las gradas, seguida de dos más, las tres saludaron a Kenny y él fingió un buen humor frente a ellas.

Leopold simplemente observó el desastre.

- Kenny, no me llamaste anoche- replicó la primera.

- Estaba ocupado, discúlpame- usó un tono coqueto y lastimero que Leo jamás había oído.

Y cruzó sus brazos, enojado.

- entonces... si iremos mañana al cine?- dijo la segunda.

- Ya hice planes- parte de Butters decayó, él mismo iba a pedir a Kenny pasar el sábado juntos en su casa, y por lo dicho, sonaba a un rechazo gigante. Ya hizo planes.

- Eh? Con quién?

- Tienes una nueva novia?!- lloriqueó la tercera. Leo paró la oreja así oír mejor.

- algo así...

Kenny miró a sus costados, encontró a Leo con la vista en el suelo y lo atrajo hacia él.

- él es Leopold, mi novio.

- tu qué?!- exclamaron sorprendidas.

- tu qué?- preguntó el mismo Leopold también.

- mi novio.

No, ni el mismo Leopold entendía qué sucedió.

boyfriend ; bunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora