Capítulo 1.

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Era una mañana de invierno, Isabel se acababa de despertar, ella no había dormido bien, ya que la noche anterior sus padres volvieron a pelear.

"Sus peleas son cada vez más fuertes" pensó ella y era verdad, sus padres comenzaron a pelear con más intensidad e incluso hasta llegar a los golpes por ambas partes.

Se levantó de su cama y se arregló para ir al instituto, se miró al espejo y vio sus ojos rojos y las bolsas debajo de sus párpados. Ella recordaba como intentaba dormir a las tres de la madrugada, tapándose los oídos, pretendiendo poner la mente en blanco, pero nada funcionaba; al final, una hora después, cuando terminó la acalorada pelea de sus padres, se durmió.

Se despertó un poco tarde y corriendo porque temía llegar tarde a clases, bajó las escaleras que la llevaban hasta el comedor, y se encontró con su madre, que estaba ahí preparando el desayuno.

- Buenos días, querida – dijo su madre con una sonrisa en el rostro.

- Buenos ~ días – dijo Isabel con un bostezo enorme entre palabras.

- Veo que no dormiste mucho anoche – dijo dejando unos panqueques en el plato de su hija.

- ¿Tú crees? – preguntó Isabel con un tono sarcástico – Papá y tú tienen que arreglar las cosas.

- Lo sé, pero sabes cómo es tu padre... – dijo la mujer suspirando y volviendo a la cocina.

Isabel comió lentamente los panqueques que le dio su madre como desayuno. Comenzó a cabecear de sueño por la terrible noche que tuvo, sin embargo, una bocina la despertó de repente. Era el autobús escolar. Ella agarró su mochila, se puso su abrigo y salió de su casa para luego subir al autobús escolar.

* * *

Al otro lado de la ciudad, un jovencito se comenzó a levantar con una sonrisa en el rostro, este era Iván. Sonó su despertador y como de costumbre se levantó con rapidez, apagó el despertador, fue a tomar una ducha y se alistó para ir al colegio.

Después de vestirse con el uniforme de su colegio, se miró al espejo y dijo para sí con optimismo - Hoy es mi día - y eso no lo dijo por ser un día especial, él siempre se decía eso al espejo para empezar el día con "un aura positiva" como lo llamaba él.

Salió de su cuarto y al primer paso que dio escuchó un grito:

- ¡BUU!

- ¡AH! – gritó Iván exaltado y dando un salto para atrás.

Después de tranquilizarse un poco, notó a su prima parada frente a su puerta, ella intentaba ocultar una carcajada, pero no pudo. Iván ya se había dado cuenta de ello.

- Ja, ja – río Iván con sarcasmo – qué graciosa eres Vanesa.

- Lo sé – dijo Vanesa con una sonrisa triunfadora – es divertido asustarte para empezar el día.

- Algún día te haré lo mismo – comentó con una mirada amenazadora que hacía reír a su prima.

Ambos fueron por el pasillo de su casa hasta llegar al comedor donde estaba el padre de Iván leyendo el periódico.

- Hola papá – saludó Iván mientras se sentaba junto a él.

- Hola tío Armán – también saludó Vanesa feliz sentándose junto a su primo.

- Hola chicos – saludó sin quitar la vista del periódico, luego preguntó – ¿cómo durmieron?

- Bien - expresaron al unísono en un tono monótono.

Te Prometo... 💞📗 LIBRO 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora