¡Lo logré!

123 8 0
                                    

Aun no lo creo.

Besé a Lilli.

¡En su cara, putos!

¡Poder masculino!

Estaba tan ocupado pensando en Lilli que olvidé que hoy eran las prácticas.

En realidad, me dieron una beca aquí solo por tener casi asegurado el lugar de capitán del equipo.

Me puse mi uniforme del equipo y partí para el colegio.

Estaba muy seguro.

**

-¿Vieron quien intenta presentarse? Andrew.

Todos rieron.

-Ese friki no podría ni derribar a un niño.

-Dicen que va por una presa mayor.

-¿Quien?

-Lillian.

-Es bonita.

-¿Bonita? Ojala fuera tan fácil de llevar a la cam...

Bufé.

Me ponía de mal humor que hablaran así de Lilli.

Ellos no tenían permitido verla.

Es mía.

-Hablando de fácil. Dicen que... Stephanie Dickenson quiere algo contigo.- Me dijo uno de los chicos.

-Como sea.

-¿Como sea? Si tú no la quieres, damela a mi.

-Vamos chicos. Tienen diez minutos para prepararse.- Dijo el entrenador.

Luego de correr por diez minutos el entrenador nos detuvo.

-Bien; según mi lista tenemos quince aficionados. Solo entraran cinco. Solo los que necesitamos. Las reglas son fáciles.- Hizo una pausa.- Portería vacía. Dos jugadores. Uno contra uno. Objetivo; marcar un punto. Uno solo.

Dicho esto comenzó la ronda de partidos.

Andrew contra.- Buscó en la lista.- Paul.

Todos rieron.

-¡Vamos Andrew, tú puedes!

Era una voz familiar.

Lillian.

Vino a ver a Andrew y no a mí.

Crash.

Mi corazón.

Comenzó el partido.

Todos reían.

No había posibilidad de que Andrew me gane...

Esperen.

¿Que rayos hace?

Iba directo a mi portería.

Me distraje.

Corrí lo mas rápido que pude...

Pero no alcancé.

Me ganó Andrew.

Lillian se reía.

Quede como un completo idiota... Frente a ella.

-Bien Andrew. Tú, Paul. Seras capitán.

-Pero perdió.- Dijo uno de los chicos presentes.

-Lo sé pero tiene un gran potencial. Ustedes dos.- nos señaló a Andrew y a mí.- Pueden irse.

Iba camino a los vestuarios.

-Te ganó un... ¿Friki? ¿Asi le dicen?

-Rojita... -susurré.- Lo dejé ganar.

-Ya quisieras, Paul. No podrías ganarle a nadie.

-Yo creo que a ti si...

- Sigue soñand...

No dejé que terminara...

La tomé de la cintura y comencé a hacerle cosquillas en las costillas.

Ella no paraba de reír.

Amaba tenerla en mis brazos.

De repente mi móvil sonó.

-¿Hola? Carol. ¿¡Qué!? Voy para allá.- Una lágrima callo de mi ojo.- Adiós.

-¿Estas bien?

-Debo irme.

-Voy contigo.

-No creo...

-Iré...

-Ya lo veremos...

Este no es otro clicheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora