Confío en ti

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¿Que como Lilli terminó en mi auto?

No lo sé.

-Y... ¿Que sucedió?

-Cuando lleguemos te enterarás.

-¿Falta mucho?

-Un poco.

-Y ahora... ¿Falta mucho?

-Lilli; pasaron dos segundos.

-Esta bien.

Hubo un silencio.

-¿Ahora falta mucho?

-Si. Muchísimo. Dicen que la cuanto mas lo preguntas mas largo se hace el viaje.

Aparqué y aguarde a ver su reacción.

-¿Un... Hospital?

-Sí. Estas a punto de conocer mi secreto. No puedes contarle a nadie. Ni a Marcy.

Tenia miedo de contarle a Lilli sobre...

Pero me transmitía mucha confianza...

Claro, la conocía desde los 4 años...

Oh cierto; no les conté.

Sus padres y mis padres fueron amigos.

Yo nací en octubre y ella en diciembre del mismo año.

Hacíamos todo juntos y éramos muy unidos.

Pasamos toda la infancia juntos.

Un día llamaron del trabajo de papa.

Esto era la típica novela.

Al chico lo transfieren y deja a la chica sola.

Yo tenia trece años y tenia las hormonas... ¿alborotadas?

Por eso, cuando me fui me prometí que cuando vuelva tendría relaciones con ella.

Era en lo único que pensé durante estos últimos años.

Pero cuando la ví toda mala intención desapareció.

Es una persona maravillosa y se lo haré saber...

Aunque...

Le estoy ocultando muchas cosas. El beso, mi pasado, mis... ¿intenciones?

Tal vez, algún día, pueda contárselo todo.

Entramos al hospital.

-Hola Carol.

-Hola Paul y... ¡Hola! ¡Tienes compañía, Paul! Tengo que decirles que hacen una hermosa pareja; ojala duren mucho. Recuerdo cuando yo y Michael nos conocimos. Ah... El amor.

Lilli sonreía ampliamente.

Estaba sonrojada...

-Carol...- Dije.- No somos pareja.

-Oh... Exijo un final feliz.

Decidí no responder más.

¿Que le diría? ¿Me muero por tener algo con Lilli per...?

¿Que?

No pienses eso, Paul.

No estas enamorado de Lilli.

Te gusta pero...

¿La amas?

Subimos el ascensor.

-Escucha. Si no quieres entrar esta bien.- Dije cubriendo sus manos.- Tal vez seas algo sensible y bueno... No lo s...

-Paul, si no estuviera decidida no estaría aquí. Tienes que dejar que la gente te ayude y se preocupe por ti.

Bajamos del ascensor y nos sentamos en unas sillas.

La puerta...

Estaba entreabierta.

Cuando estaba distraído, se acercó un médico.

-¿Paul McPoket? ¿Es usted? Verá... Bob McPoket...

-Yo soy su hijo.

Este no es otro clicheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora