Estamos bajando junto a León a desayunar. La mañana está cálida así que abrí las ventanas y cortinas para ventilar. Tuve el ensayo con Amelie, me dijo que ya estaba lista para hoy, me enseñó métodos para calmar los nervios y explicó el itinerario.
Por lo que sé, la bienvenida comienza a las ocho de la noche, Dmitry llega junto a Marie después del almuerzo, y yo cantaré después del anucio de su compromiso.
Me coloqué un vestido color cremita que es lindo y cómodo, y además tiene un bolsillito para mi celular. En la noche parece que debo ponerme uno de esos grandes similar a los que usa la reina.
Ya cuando termino de bajar, están el ruso y mi amigo.—Buenos días.—Sonrío.
Observo que detrás de Vladímir se acercan sus padres, inmediatamente recuerdo lo que me dijo sobre la educación.
—Alteza.—Me inclino y él me mira extrañado. Casi de inmediato siente los pasos detrás y sonríe complacido con mi acto.
Inclina la cabeza y yo saludo a José con un beso en la mejilla.
La reina Tatiana y el rey Sergey se acercan, los saludamos y ellos sólo se limitan a decirnos que no desayunarán ni almorzarán con nosotros ya que deben seguir con los preparativos.
—Bueno… ¿Vamos nosotros?—Pregunto una vez que se van.
—Mm ya no tiene caso ir, Ruso ¿Se puede desayunar en nuestro dormitorio?
José ya pone un pie en la escalera.
—Claro, o en el jardín también.
—Genial, voy a desayunar allí y después entrenaré con la guardia. Nos vemos Elisa—Me saluda contento sacudiendo su mano y se va.
No sé a quién va a pedirle su desayuno si él no sabe cocinar.
—Bueno… Yo también voy a subir, de paso practico y eso.
Hago un ademán de irme pero él me frena suavemente y toma a León en brazos.
—Ustedes desayunarán conmigo pequeña cantante.—Sonríe tranquilamente mientras se acerca a decirle algo a un guardia.
Si rostro al hablarle cambia, es más intimidante, es su personalidad de príncipe. Una vez que termina, el guardia se marcha y él comienza a caminar hacia la puerta principal.
—Está bien, no me preguntes eh.—Lo sigo a paso rápido para alcanzarlo.
Los guardias nos abren la puerta inclinándose ante el príncipe azul que va delante mío.
Le digo así porque lleva una camisa de ese color.
Salimos al exterior y observo todo, no tuve oportunidad de hacerlo aún. La entrada del palacio tiene una rotonda, después está el gran portón, y detrás de este unos periodistas.
—¿Siempre están ahí?—Le susurro.—Me intimidan.
—La mayoría del tiempo sí, pero no deber dejar que te intimiden, ellos no tienen el poder para hacerlo.
—¿Cómo haces?—Lo observo mientras seguimos caminando despacio hacia el jardín del lado este.
—Es fácil, en rango de poder ellos no están a mi altura. Si publican algo que no me agrade, les digo que lo saquen y ya. Además ser de pocas palabras en las entrevistas, así tiene
—¿Y te gusta que te tomen fotos?
—Claro, soy un príncipe Elisa, por más que salga mal en la fotografía ellos dirán que salí espléndido sólo por el título.
¿Eso me pasará a mí?
No contesto más porque llegamos a una mesita de estilo antigüo, está preparada para nosotros.
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La vagabunda[PAUSADA]
RomansaDos mundos totalmente diferentes. El de Vladímir, lleno de hipocresía disfrazada de diplomacia. El de Elisa, cantando en las calles, durmiendo en el suelo, y pasando frío. ¿Quién dijo que estos mundos no pueden mezclarse? Secretos, pasados desconoc...