CAPÍTULO NUEVO RE-EDICIÓN 2020*
»Isabela
Me gustaba mi nuevo empleo, aunque tenía toda la tarde ocupada y fuera de mi nueva casa, la cual se resumía en la de la familia Canela. Eran muy distintos a los Villalpando, pero agradables, aunque debía de admitir que extrañaba a los pelirroja.
Lo mejor de mi día, además de la paga, era que Jos solía pasar por mí todos los días sin falta luego de que su sesión el el grupo de abstinencia al alcohol y drogas terminara. Estaba orgullosa de él, y sus avances; me compraba helados o pastel, me consentía como toda una princesa.
Tomé el último nacho embarrado con queso, y lo llevé a mi boca, degustando el sabor de dos mezclas distintas. Quien sea que creó esta combinación, se merecía el respeto del mundo entero.
—Ha estado muy raro, Alonso —confesé preocupada, intentando que no notara el temblar de mis labios
—Ya te dije, está nervioso por el partido del sábado —había algo en las palabras del ya castaño Alonso Villalpando, que no me convencían —Dale tiempo —me sugirió con una pequeña sonrisa
—De verdad espero que sea eso —suspiré levantándome de mi lugar y volviendo a sacudir el polvo de los estantes repletos de libros
Me miró suplicante, el brillo en sus ojos lo delataba —Confía en mí ¿sí?
—¡Y lo hago! Siempre ha sido así —exclamé ganándome malas miradas de parte de los usuarios, me disculpé volviendo a callar; era un pésimo ejemplo para la también biblioteca. El ojiazul y yo nos quedamos en silencio unos minutos
—Bueno enana, tengo que dejarte porque saldré —se levantó también y besó mi mejilla
Mis ojos se posaron al instante en sus mejillas sonrosadas —¿Con quién? —le sonreí con burla, ya sabía la respuesta pero me encantaba molestarlo
—No seas chismosa —lo miré mal y él comenzó a reír —Quedé de ir por Marce para salir al cine —se rascó la cabeza con nerviosismo
—Vaya ¿finalmente aceptó salir contigo? —volví a bromear, ahora riendo, puesto que Alonso y ella llevaban ya varias salidas en tan solo una semana. Marcela me estaba robando el tiempo con mi gran amigo, y de paso a él también
—Anda apresúrate, no querrás que se enoje contigo por impuntual, y salúdala de mi parte —le pedí con una sonrisa
—Claro que lo haré.
Suspiré y después de una hora mirando el reloj, llegó la hora de cerrar y Jos no se apareció, tampoco respondió mis mensajes. Comencé a cerrar todo y hacer el corte de caja del día, además de tomar mi paga, una vez fuera lo esperé por media hora más. Parecía que la tierra se había tragado al pelinegro.
Tratando de no darle tanta importancia, caminé por el parque que estaba cerca de la casa de Jos ya que faltaban unos metros para llegar a ella. Me escondí rápidamente, al ver a mi gran amigo abrazando a una chica. Estaba ocupado, ¿cómo no me extrañaba?
No era cualquiera, sino una sensual pelirroja ¡oh sí! Era Geraldine, solo faltaba que se terminara de quitar su cortísimo vestido y que Jos la llevara a un motel. Peor aún, a la casa. Antes de que él pudiera verme o tomar esa decisión, corrí todo lo que pude hasta toparme con la conocida puerta y entrar.
No dudé ni un segundo en encerrarme en mi cuarto, y llorar. Lo peor que pude haber hecho, fue quedarme aquí.
Sé que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas, pero entiéndanme, el tema del que hablaban me interesó y más si se trataba de Jos. Dos de la mañana, no cené y me quedé dormida; me serviría al menos un poco de leche. Iba caminando somnolienta, y con los ojos hinchados por el llanto, cuando las voces en el cuarto de mi mejor amigo llamaron mi atención, y mis oídos.
¿Conocen la frase «La curiosidad mató al gato»? Déjenme decirles que es verdad. Esa madrugada mi corazón se terminó de romper. Al menos eso creí, puesto que me equivoqué, del camino que escogí aún me faltaba mucho por recorrer y sufrir.
—Quizá, aún no me le declararé, no hoy ni mañana —escuché la voz del pelinegro, al parecer hablaba por teléfono. Me permití pensar que era suerte, al menos no estaba gimiendo el nombre de su conquista ni ella gritando de placer
Me dieron arcadas de tan solo imaginarme la escena, ew.
—Sí Alonso, no me presiones igual que Fer y el aquí presente, estoy nervioso —contestó y se tiró en el sofá —Lo haré el sábado en el juego. Vale, cuídate hermano —colgó el teléfono, y comenzó a hablar con alguien. Claro, Freddy estaba ahí —No le diré nada a Isabela, y ustedes tampoco. Es preferible que no se entere, ya sabes... no sabemos cómo reaccione, es mi mejor amiga.
Caminé lo más rápido que pude y volví a mi cuarto, añorando el balcón de mi habitación cuando estuve con los Villalpando. Me conformé con abrir la pequeña ventana y tomar una gran bocanada de aire frío mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, tal era el dolor que no me interesó si me secaba.
Mi mejor amigo se le iba a declarar a una chica, y claramente yo no era parte de esa etapa en su vida. Jamás me dijo que alguien le interesara, y yo, siendo su más leas compañera, no planeaba decirme. La pregunta era por qué no... ¿pensaba que le dejaría hablar? ¿o que me iba a lastimar? De cualquier forma, sí lo haría.
Jos Canela siempre encontraba la forma de dañarme.
Comenzaba a pensar de todo cambiaría entre nosotros, nada volvería a ser como antes, y que la confianza se estaba perdiendo. Qué va, desde hacía tiempo nuestra amistad no era lo mismo. Secreto tras secreto, puñada tras puñalada...
Alguien había logrado robarle el corazón a Jos. Y él había decidido dejar de confiar en mí.
Jos.
Mi buen amigo, compañero de locuras, dueño de mi alma, la única persona con la que podía ser yo misma, el que me sacaba sonrisas todo el tiempo, aquel que rompió el hielo que era mi corazón y me hizo sonreír cuando nada ni nadie podía, el que me consolaba por las noches cuando estaba triste, con el que me acurrucaba en la cama mientras bebíamos té, chocolate caliente o café durante las noches frías, los conciertos improvisados que hacíamos ambos, esa persona que me regalaba confianza y me hacía sentir segura, estaba enamorado... y claramente, no era de mí.
Las noches en vela juntos, se habían terminado.
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Ecos »Jos Canela
FanfikceLuego de aquella noche mágica que no debió de haber ocurrido, Isabela trata de alejarse de su mejor amigo y un auténtico caos, Jos Canela, en un intento de reprimir aquel amor pasional que siente por él. Esto sin contar que el pelinegro está haciend...