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VA TE FAIRE FOUTRE

—De hecho, nosotros ya nos conocíamos —dije señalando a Caelum y a mí.

—Oh, ¿en serio? Eso es genial —entró Ishan —. ¿Donde estabas? —le preguntó.

—Fui a tirar la basura.

—Bueno, a lo que venía —volvió a hablar —, ¿cómo les va con la coreografía? —nos miró a Ishan y a mí.

—Genial, de hecho ya tenemos la primera parte hecha —habló él y yo asentí.

—Vaya, ustedes son rápidos —reímos —, bien. Mañana me muestran lo que tienen —salió luego de despedirse.

Seguimos charlando hasta que Caelum me preguntó.

-¿Y Pia? —paso su brazo por mis hombros. Parecía que nunca nos hubiéramos separado por tanto tiempo.

—Bien, seguro esta durmiendo en el departamento ahora.

—¿Vino contigo? —volvió a preguntar, confundido.

—Sí, no la podía dejar sola.

—¿Y tus padres?

Suspire. Mire a los chicos que seguían hablando entre ellos y después a él.

—Ven un momento —lo tome del brazo y salimos al pasillo. Lo que iba a contarle tenía que ser en privado.

Lo guié por los pasillos hasta llegar a unas pequeñas sillas contra una pared, lo hice sentarse y desde mi posición frente a él lo miré.

—¿Qué sucede?

—Cal, esto no es fácil para mí, pero mis padres... murieron hace un año.

Esta no era la mejor noticia para contarle el primer día que nos vemos después de siete años de no hablar, pero no sería capaz de contarle más tarde y dejarlo seguir pensando algo que no era.

Él debía saberlo y expresar su dolor.

—¿Qué? —sus ojos otra vez estaban cristalizados. Aunque ésta vez por un motivo muy diferente a la emoción.

Él amaba a mis padres como si fueran los suyos. Nos conocimos a los tres años gracias a que él vivía frente a mi casa. Sus padres pasaban trabajando y casi ni recordaban la existencia de su hijo, entonces él pasaba todos los días en mi casa conmigo y Pia. Mis papás lo trataban como a un hijo y Caelum incluso los llamaba papá y mamá de vez en cuando, así que entiendo completamente su dolor, porque era igual al mismo.

—Sí, estaban cenando en la casa de unos amigos y sin que nadie se diera cuenta toda la casa se incendio. No pudieron salvar a nadie —se me hizo un nudo en la garganta pero no lloré. Aunque no podía decir lo mismo de él, me abrazo apoyando su frente en mi estómago mientras sollozaba. Con mis manos acaricié su cabello.

Lo abracé unos minutos más hasta que dejó de llorar pero seguía abrazado a mí.

—¿Quieres ir a ver a Pia? —le pregunte algo bajito y él asintió aún con su cara en mi abdomen.

Se separó secándose las lágrimas.

—Quiero ir —le sonreí y sequé sus últimas lágrimas.

—Vamos a avisar a los chicos.

Volvimos a entrar y ellos seguían igual.

—Chicos, saldremos un momento.

—¿A donde?

—A visitar a mi hermana.

—¿Tienes hermana? —preguntó Ishan sorprendido y asentí.

—Vamos, quiero ver a ese bicho —me tiro del brazo hacia la puerta y yo me despedí con la mano de los chicos.

| Canciones Para Ella |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora