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UNA IDIOTA LINDA


Any

No podía imaginar cual era el motivo por el cual a Caelum le doliera hablar del porqué se alejó. Pero ya no lo iba a forzar a decírmelo.

Me preocupé mucho cuando se quedó en silencio y con la mirada desenfocada y como parecía no escuchar. Tuve que llamarlo cinco veces hasta que reaccionó.

Lo que más me dolío fue ver como lloró.

Estuvimos 15 minutos más, solo así abrazados hasta que decidimos irnos a su casa. Caelum no parecía muy bien así que decidí quedarme con él está noche.

Rob ya había vuelto de dejar a Zuko y a Pia así que nos subimos al auo y nos fuimos.

Zuko

1 hora antes

Esto no puede estar pasando.

¡¿Qué hace Pia ebria y en un escenario?!

Esto va a terminar mal.

—¡Zuko! —apareció Any frente a mí —¿Puedes bajarla y llevarla a casa, por favor?

—¿Por qué yo? —fruncí el ceño confundido.

Se nota que esta molesta conmigo, entonces ¿Por qué me lo pide a mí?

—Aún tengo que quedarme a hablar con la directora de la academia y no encuentro a Caelum así que solo estás tú.

—Okey.

—Oh, si que hay gente —empezó a hablar arrastrando la voz —. ¿Todos ellos vinieron a ver a mi hermana bailar? —río y caminé hacia el escenario para bajarla —Que genial, ella es muy hermosa ¿lo notaron? Es tan preciosa —volvió a reír —¿Pero saben quien no es precioso? Zuko Ukai, él no es lindo

Me detuve cuando oí mi nombre.

¿Acaso ella...?

No. Seguí caminando y subí al escenario.

Vi como ladeaba la cabeza —Bueno si es lindo ¡Es hermoso!—vaya gracias —, pero también es un idiota —auch —¿saben? —vi como sus ojos se cristalizaban así que apure mi paso —. Él no quie... —interrumpí tomándola por la cintura y alejándola del micrófono.

—Perdón por esto amigos, ella bebió de más —dejé el micrófono donde estaba después de hablar y empecé a caminar llevándola conmigo hacia un pasillo desierto.

La deje en el piso y la miré molesto.

—¿Qué quieres? —fue lo único que dijo.

—¿Es broma? —fruncí el ceño y ella solo se río —¿Te da gracia? Por favor, MiMi. ¿Cómo pudiste beber así? Ni siquiera tienes edad —intenté ocultar mi tono de preocupación.

—Oh, cierto, olvidaba que hay muchas cosas para las que no tengo edad, ¿cierto, Zuko? —espetó y entendí a lo que se refería. Las palabras que le dije cuando salí del baño. "No, Pia, tú no tienes la edad suficiente para entender esto, para entender lo que supuestamente sientes por mí" —Además, tú no tienes nada de derechos para hablar conmigo —¿Qué?

—¿De qué hablas? —suspiré derrotado, es imposible hablar con ella en ese estado —Vamos —la tomé de la muñeca e intente llevarla hacia la salida del estacionamiento.

—No quiero ir contigo —intentó soltarse. Oculté lo mucho que eso me había dolido.

—Tu hermana me pidió que te lleve a casa, así que por más que ambas me odien en este momento tengo que hacerlo.

No dijo nada así que empecé a caminar hacia el estacionamiento donde estaba Robert apoyado en el auto esperándonos.

—¡Rob! Eres muy bonito con traje —la solté cuando empezó a caminar hacia él tambaleándose.

—¿Está ebria? —me preguntó mientras la agarraba de los brazos para que no se caiga.

—Demasiado, confundió a Any con un hombre.

Robert río mientras abría las puertas del vehículo y Pia lo imito. También reí apenas y la ayude a subir al auto.

Cuando el vehículo arrancó Pia se apoyo en mi hombro y no pude evitar tensarme.

—¿Sabes, Zuko? —me llamó, cuando gire mi cabeza para verla nuestros rostros quedaron muy cerca —Eres un idiota lindo —dijo lentamente y luego se durmió.

Sonreí.

—Tú también eres una idiota linda, Pia Ricci.

Una idiota de la cual debo alejarme.

—Llegamos, Zuko —avisó Robert después de unos minutos y abrí la puerta, tome a una Pia muy dormida y bajé —¿Te espero? —me preguntó y acomode mejor a Pia en mis brazos.

—Sí, ayúdame con las llaves —le dije al ver que era él quien tenía su bolso.

Sacó las llaves del bolso y abrió la puerta. Entre y empece a caminar a su habitación mientras Robert se quedó afuera.

Con las indicaciones que Any me dio llegué a la habitación de Pia. No podía quitarle el vestido así que la senté en la cama e intente despertarla.

—Pia —la moví del hombro —Hey, despierta —después de unos segundos empezó a abrir los ojos.

—¿Mm? —me miro apenas con los ojos entreabiertos.

—Necesito que te despiertes y te cambies el vestido, yo no puedo hacerlo. Y debes darte una ducha.

Poco a poco se volvió más consiente de la situación y se levanto para caminar hacia el baño.

Estaba incomodo sin saber que hacer mientras la esperaba sentado en su cama.

—¿Zuko? —escuché un pequeño grito desde el baño y a paso dudoso me acerqué.

—¿Qué? —conteste desde afuera. Espero que no se haya caído.

—Me olvide de traer ropa —su voz sonaba más sobria aunque se notaban aun grandes rastros de ebriedad.

Demonios, ¿debo rebuscar entre su ropa?

Caminé hacia el armario. Espero que cuando este en sus cinco sentidos no me odie más de lo que ya lo hace.

Intentando mirar lo menos posible tome ropa cómoda y se la lleve hasta el baño.

—Aquí tienes —cerré los ojos cuando entreabrió la puerta y le tendí la ropa.

—Gracias.

Me di la vuelta mirando la habitación y después de unos minutos oí como abría la puerta. Me ignoro cuando paso por mi lado y la seguí con la vista como seguía tambaleándose.

Me acerque cuando se tiro en su cama.

—¿Por qué lo hiciste, Pia? —me senté a su lado cuando creí que estaba dormida y acaricié su cabello.

—Tú sabes porque —murmuró.

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