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Después de un rato el profesor llegó, dió su clase y me apunté en la lista de alumnos, lo mismo pasó en la siguiente clase. Ya eran las 9:45am, la hora de descanso para nuestro grupo. Salí del aula directo a la cafetería, no tenía mucha hambre así que decidí comprar solo un jugo, iba de regreso a el salón pero alguien tocó mi hombro y giré para ver quién era.

—¡oh!, P'Off —le sonreí. No pensaba que volveríamos a vernos, soy sincero cuando digo que la escuela era MUY grande—. ¿Ocurre algo?

—No es nada, solo te vi pasar y quería preguntar cómo te parecen las clases —Me sonrió amable. Parecía que quería ser mi amigo y realmente me agrada esa idea—. ¿Sólo desayunarás eso? —preguntó al ver que lo único que tenía en las manos era un jugo.

—¿Mm?, Pues sí, no tengo mucha hambre y desayune en casa, no se preocupe— le sonreí de la misma manera, por alguna razón la sonrisa de P'Off era realmente contagiosa—. En cuanto a las clases, están bien hasta ahora.

Estuvimos conversando un buen rato sobre las clases y maestros, era muy agradable hablar con P'Off, era muy amable y me ofreció mostrarme la escuela después de terminara mis clases, me pareció buena idea así que obviamente acepté. Podría acercarme más a P'Off, él me presentaría a sus amigos y quién sabe, podría hasta hacerme popular otra vez. Ya lo veía, teniendo a tantas chicas haciendo fila para salir conmigo, sí, quería volver a tener eso.

—Hasta luego P'Off, nos vemos más tarde.

Regresé a mi salón después de despedirme y cuando entré note que alguien más había ocupado mi lugar, seguro era uno de los amigos de Bright, no me molestó, solo tome mi mochila y ocupe otro asiento. La clase estaba por comenzar y todos mis compañeros volvían al salón nuevamente, saqué lo necesario para esa materia, miré al frente y el chico de lindos labios se dirigía hacía mí.

—Hey, niño nuevo, ¿qué haces en mi asiento? —preguntó con algo de brusquedad. Él era grosero, se veía sudado y agitado, tal vez había jugado algún deporte en el descanso.

—Pense que estabas ocupando otro lugar, no sabía que este era el tuyo —intente parecer tranquilo. Seguro él estaba mintiendo, seguro solo quería molestarme.

—No estoy intentando molestarte, niño tonto —lo dijo como si hubiera leído mis pensamientos, tal vez era demasiado obvio—. Solo te hice una pregunta, no te estoy pidiendo que te vayas — sonrió de lado burlón y resopló, tomó lo poco que había quedado de mi jugó y se lo terminó de un trago—. Gracias niño, necesitaba algo para hidratarme— me guiñó el ojo, se dió medía vuelta y ocupó otro asiento. Bright era molesto, realmente molesto.

El profesor llegó, tuvimos la clase pero no pude prestar atención, yo solo miraba a la chica extranjera, era muy bonita y tenía un lindo nombre también "Liz" me preguntaba cómo podríamos iniciar una conversación hasta que un chico pelinegro se atravesó en mi visión sacándome de mis pensamientos.

—¿Liz tiene algo en el cabello? o ¿por qué la miras tanto? —el chico habló bajo para que el profesor no lo escuchara.

—¿ah? ¿De qué hablas? No la estaba mirando —Mentí. Si no me equivocaba, el chico pelinegro se llamaba Mike, lo vi levantar la mano con ese nombre cuando pasaron lista la primera vez.

—¿Te gusta Liz? Oh, amigo, Liz es imposible para alguien como tú —se tapó la boca con la mano para evitar reir.

—¿por qué sería imposible?, Soy un chico muy guapo —asentí orgulloso—. Estoy seguro que podría conquistarla.

—Ese es el problema, eres un chico —esta vez no pudo evitar reír—. A Liz le gustan las chicas.

La vergüenza se apoderó de mí, estaba seguro de que me había puesto muy rojo, la chica que me interesaba no me haría caso a menos de que fuera una mujer, mi suerte en el amor era un asco.
El profesor escucho la risa de Mike y nos llamó la atención, así que dejamos de hablar.
Pronto terminó la clase y no había escuchado nada de ella. En cuanto a lo de Liz, aún quería hablarle, tal vez no podría conquistarla pero parecía amable, quería conocerla. Me levanté para dirigirme a Liz pero Bright se atravesó en mi camino.

—ahora sí, ¿podrías devolverme mi asiento?

Liz se había levantado de su lugar y salió del salón, parecía que hablarle era una misión imposible. Suspiré y quité mi mochila del asiento de Brigth.

—El lugar es todo tuyo, ahora déjame en paz —mi primer día en la escuela y ya estaba harto a alguien, vaya forma de empezar un nuevo capítulo en mi vida.

—Tranquilo, amigo, es la tercera clase y ya estás de mal humor, eso no te hará bien —rió suave. No sé que era lo que intentaba este chico, algunas veces era amable y otras era grosero, no me daba buena espina.

—No me llames amigo —No quería ser amigo de una persona a la que no lograba entender.

—Entonces, ¿cómo debería llamarte?, ¿Puedo llamarte lindo?.

Era seguro, el chico de labios lindos era la persona más molesta que había conocido en mi corta vida.

¿Podrías escucharme? •Brightwin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora