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A la mañana siguiente fui el primero en despertar. Bright aún estando dormido seguía abrazándome con fuerza pegándome contra su pecho, se aferraba a mí como si tuviera miedo a que escapara.

Con cuidado me aparté un poco para poder ver mejor el rostro del chico. Él lucía tan tranquilo que no pude evitar acercar mi mano para acariciar su mejilla. Verlo así me hizo sonreír, el chico era guapo, nadie podía negar eso.

Segundos después Bright abrió sus ojos lentamente, mi tacto lo había despertado. Quité mi mano rápidamente con la esperanza de que no lo hubiera notado.

—Buenos días —le dije mostrando una pequeña sonrisa.

Me miró con los ojitos entre cerrados, la poca luz que había le incómoda. Levanté un poco mi mano intentando cubrir la molesta luz. Quería ver sus ojos, quería asegurarme de que el brillo siguiera ahí.

—Buenos días~ —me devolvió la sonrisita para después volver a cerrar su ojos.

—Bright, despierta, ya es tarde y debemos levantarnos.

—Mmm... ¿Por qué?. No quiero levantarme, sólo quiero abrazarte un rato más —hizo un pequeño puchero acercándome de nuevo a él para quedar entre sus brazos.

—Pero, Bright...

El chico nuevamente entre abrió lo ojos para buscar mi mano que aún se encontraba evitando que la luz le pegara en su carita.

—Win... —tomó mi mano para llevarla una de sus mejillas otra vez. Su piel era suave, su tacto se sentía cálido—. ¿Porqué alejaste tu mano? —hizo que mi dedo pasará sobre su nariz, por debajo de sus ojos y por sus labios con delicadeza.

No pude evitar tragar saliva después de tocar aquellos suaves labios. Él hacía que mis orejas se sintieran calientes.

—Yo no te-

—Tócame, Win. Tócame un poco más.

Escuchar eso me sorprendió mucho. Quité bruscamente mi mano de la cara del chico y cubrí la mía. Sentía el rostro tan caliente que podría explotar.

—¡Bright, eres un pervertido! 

El mencionado rió suavemente y sentí como acercaba su cara a la mía.

—Quita tus manos, quiero ver tu rostro.

—Mientes, ¡Quieres burlarte de mí!, no es gracioso.

—No voy a burlarme de ti —el chico acarició mi cabello.

—¿Lo prometes? —hablé bajo.

—¿Ah? ¿Qué dices? Lo siento, no puedo escucharte si te cubres así.

Sin pensarlo dos veces quite las manos de mi cara, esperaba que el chico pudiera entenderme esta vez.

—Te dije que-

fui interrumpido al sentir los labios del chico sobre los míos que segundos después se separaron. Un simple piquito por parte del lindo chico hacía que mis mejillas volvieran a arder. 

Bright bajó su mano hasta llegar a mi cadera acariciándola sutilmente, él me miraba con una leve sonrisa. Mi corazón latía con fuerza y por primera tenía miedo de que este se saliera de mi pecho.

—Y-ya deberíamos irnos, nos esperan en casa —intenté apartarme un poco.

—¿Irnos? ¿No crees que es muy temprano? —volvió a acercar sus labios a los míos haciéndolos rosar ligeramente—. ¿No crees que aún nos falta algo más por hacer...?

No podía reaccionar, estaba totalmente paralizado ante el coqueto del chico. ¿Dónde había quedado el "No haré nada que tú no quieras primero"? Antes que todo el chico debía esperar una respuesta mía ¿No es así cómo funcionaban las cosas?

¿Podrías escucharme? •Brightwin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora