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Volví a casa. Mi madre no estaba ahí, así que mi tía me recibió.

—¡Sobrino! ¿Cómo la pasaste con tu amiguito? —preguntó divertida remarcando la última palabra.

Sabía que mi tía como la madre de Bright sospechaban que ocurría algo entre nosotros. Era gracioso como me lanzaba sus indirectas de una forma tan directa.

—La pasamos bien, gracias por preguntar.

—Me alegro... ¿Y esa ropa?

Había olvidado que aún llevaba puesto lo que Bright me había prestado.

Vi las mangas de la cómoda sudadera que llevaba y sonreí. No pensaba devolverla jamás.

—Me lo presto un amigo. No quería ensuciar el uniforme así que le pedí el favor —mentí un poco aún mantenimiento mi sonrisa.

—Esta bien, no olvides lavarla para que puedas devolverla lo más pronto posible.

—Sí, eso haré... Por cierto ¿Dónde está mi madre?

—¿Tu madre? Bueno... —hizo una pausa. Parecía que debatía si debía contarme o no—. Ella tuvo que salir por un momento, pero no te preocupes.

—oh... Okey —hablé no muy convencido—. ¿Y khai? ¿Se fue?

—Sí, él ya se fue...

Mi tía sonaba realmente sospechosa, pero no tenía ganas de preguntar. Sabía que tendría paz mientras khai no estuviera en casa, era lo único que necesitaba saber.











El lunes por la mañana mi madre me llevó a la escuela y antes de entrar ella se despidió de mí dulcemente. Era algo que no hacía muy a menudo, en realidad ella nunca lo hacía. Desde aquella escapada que tuve con Bright mi mamá se había vuelto más atenta conmigo, aquello me parecía extraño, pero era agradable sentir que alguien se preocupaba por mí.

—Ten un lindo día cariño, llámame sí algo pasa ¿okey? —acarició mi cabeza y me sonrió suavemente.

—Okey, ten un lindo día también —respondí para entrar a la escuela después de ver cómo el auto de mi madre se alejaba.

Ya faltaba poco tiempo para empezar las clases así que cuando entré al salón la mayoría de mis compañeros ya estaban ahí, incluyendo a mis amigos.

Noté que Bright no dejaba de mírame con una sutil sonrisa. Me acerqué a los chicos buscando un asiento disponible.

—Win, siéntate aquí —Mike quitó su mochila del asiento de adelante—. Lo guarde exclusivamente para ti, así no tienes que estar tan cerca de Bright —dijo eso ultimó en voz baja asegurándose de que soló yo lo escuchara—. Ya me cansé de verlos lanzarse indirectas odiosas.

El asiento que Mike me había guardado estaba del otro lado del salón, en realidad muy lejos de Bright. Yo ya no quería estar lejos de él pero iba a ser vergonzoso decirle a los chicos la razón de nuestra reconciliación, prefería seguir fingiendo que estaba enfadado con él . Estaba por sentarme, pero el chico lindo habló.

—¡Win! siéntate aquí, quiero estar a tu lado —apuntó la butaca donde se encontraba Gun.

—¿Aquí? pero si este asiento ya está ocupado —dijo él.

Bright miró a Gun haciendo señas con la mano indicando que se fuera a otro lugar.

—shu shu, anda Gun —logré escuchar que le decía Bright.

Gun se levantó del lugar con mala gana y se acercó a donde yo estaba.

—Siéntate allá Win, déjame tu lugar.

¿Podrías escucharme? •Brightwin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora