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Los bebés crecían a pasos agigantados o eso pensaban sus papás; ya no solo lloraban para llamar su atención si no que ahora también gritaban o sonreían, y, cuando lo hacían se sentían muy felices y enternecidos.

Así que siempre que tenían contacto visual con ellos intentaban sacarles una sonrisa, pero la realidad era que eso era increíblemente fácil; los bebés nada más ver la cara asomarse de alguno de sus papás ya estaban contentos.
Jungkook lo había experimentado en primera persona, era ir a revisar a su bebé y cuando hacía contacto visual con este, el cachorro ya estaba sonriendo lo que también le hacía sonreír a él.

Desde que los papás del Omega se habían marchado, los habían estado "malcriándo" todo el tiempo. El piso entero giraba entorno a sus pequeños infantes, pero al menos de esa manera ya no lloraban casi nunca.
La primera norma; que era no cargarlos por nada del mundo, estaba completamente fuera. Llevaban a sus bebés en brazos casi todo el tiempo, incluso cocinaban y estudiaban con los cachorros durmiendo en sus brazos.

Odiaban tenerlos muy lejos y separados.
Suponían que era normal, ya que se trataba de su primera camada y en la naturaleza era normal que los omegas apenas se separen de sus crías para ir a comer. Por lo tanto siempre las tenían encima moviéndose por el pelaje de sus papás.

A la hora comer, Jimin había experimentado lo selectivo que podían ser sus cachorros, sobretodo uno de ellos. Jungmin, siempre que el Omega intentaba darle el biberón lo apartaba ¡El bebé odiaba el biberón! Y por más que intente que tomara un trago de leche de este no podía, él simplemente lo empujaba, apartaba su carita y no quería agarrar la boquilla del biberón ¿Qué podía hacer en esa situación? Si seguía insistiendo se ponía a llorar ¡No había salida!

Después descubrió que Jungmin solo hacía eso cuando era él quién le daba el biberón, cuando lo hacía el alto no pasaba nada; el bebé no protestaba, no apartaba el objeto, y hasta se lo terminaba todo. Tenía un hambre voraz.

Eso le hacía sentirse indignado ¿Cómo podía hacer todo lo que le pedía el alfa? ¿Acaso era porque era un omega y su hijo un alfa?
Mientras más le daba vueltas más difícil se hacía, pero entonces llegó a una conclusión.
Pensó que se debía al aroma que desprendían, el por ser un Omega, el bebé lo reconocía y no quería esa leche. Así que siempre tenía que estar en su forma de lobo dándoles de comer.

Podía hacerlo en su forma humana, pero eran dos, y la verdad todavía no se acostumbraba a eso, además, dejar que su lobo se encargue era mucho más fácil.
Sin embargo lo había usado tanto, que se había acostumbrado a estar en su forma animal, ahora su lobo y él eran uno. En realidad siempre había sido así, pero ahora estaba en completo equilibrio con sus deseos.

Y sus deseos eran que sus bebés crezcan fuertes.

Eso era así, pero, cuando Jungkook volvió de clases y se encontró al Omega en su forma animal trasladando a sus cachorritos de un lado a otro, no pudo contener la risa. De alguna manera era divertido ver esa escena, pues nada más llevaba a uno tenía que volver a por el otro.

Cuando entró a la habitación se encontró al Omega tumbado en la cama, esta tenía sábanas blancas al igual que el pelaje del rubio. Parecía tan cansado, que cuando entró por la puerta nisiquiera giró la cabeza para mirarlo, solo se quedó ahí tumbado mientras sus cachorros lo amasaban como si fueran gatitos para estimular que su alimento saliera.

Era la única forma que tenía de darle de comer a uno de sus bebés, pero la verdad era que se aburría bastante, no podía hacer nada hasta esperar a que terminen y se duerman y eso tardaba mucho tiempo ya que los cachorros de lobo, y más alfas, comían mucho, casi creía que por horas.
Uno de sus cachorritos, Jungmin, parecía tener el poder de succionar más de lo que podía comer, por lo que siempre terminaba con la toda la boquita y su pelaje empapado, era muy energético cuando se trataba de comer. El Omega lo sentía como estirones, estiraba, estiraba y estiraba su piel impulsándose en sus diminutas patitas para que después no pueda tragar todo lo que salía, logrando que tuviera leche hasta en su linda naricita y tenga que limpiarlo.

Educando a un Alfa [ KOOKMIN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora