Capítulo 8

7.8K 679 38
                                    

Camino contando los pasos hasta el auto de mi hermana.
Encima que es un huevo de auto debo de ir obligatoriamente de compras.
Por favor que alguien me pegue un tiro, pero ya.
Mi hermana pone la radio con la música de su grupo favorito. Los BTS.
Busco en la guantera por si hubiera algo para pegarme un tiro.

-— ¿Qué buscas Evan?

-— Algo que me acorte la vida. Y no veo más qué papeles, y encima me pones esta música. ¿Pero qué cantan?

— -Canciones sobre el amor.

-— Te lo acabas de inventar, porque a mí me suena a chino. Venga quita esta música y pon algo más relajante como heavy metal.

Intento cambiar la música pero al parecer mi hermana no está dispuesta para que yo me salga con las mías. Enfadado apago la radio.

— ¿Qué callado estás?

— Será porque estoy castigado injustamente. -— protesto.

-— ¿Encima no? Me tuviste más de media hora esperando en la calle para que al final me acompañe Pedro. Y mi hermano perdido hablando o ligando con alguna tía. Y encima te quejas.

—-Por supuesto que tengo que refunfuñar, si no aquí no me hago de respetar. —-Mi estado de enfado no ha descendido ni un poco, el tener que acompañar a mi hermana de compras por no discutir con mi madre porque así me ha amenazado.
Aunque si lo pienso en frío hace que me planteé de llamar a mi madre y contarle todo. Pero como ahora le ha dado la tontá de decir que anhela tener un nieto, cualquiera se acerca a decirle que uno va dejando por ahí niños metidos en un preservativo.
En fin, espero tener el suficiente aguante para ir en tienda en tienda mirando todos los percheros de ropa y ver como mi hermana se pelea con algunas mujeres por conseguir una prenda que según ellas están en rebajas.

Para poder sobrellevar mejor este infierno, llamo mil doscientas cuarenta y cinco veces a mi amigo Richard, a lo que él no responde ni una sola vez. Tener amigos para esto.

Llegamos a la primera tienda, eufórica mi hermana comienza a tocar trapitos mientras yo que parezco un segurata me paseo por los pasillos con las manos metidas en los bolsillos viendo algo que capte mi atención.
Con una montaña de ropa, Sara para al probador a lo que yo tomo asiento en un pequeño sofá de cuero que hay enfrente de los probadores, escuchando a mi hermana decir si esta falda le está bien, si el jersey se le ajusta perfecto, si los pantalones le hacen culo...Joder si solo es ropa. Yo me compro la ropa y no tardo tanto.

-—Evan, ¿qué coincidencia? —-Ahora sí, lo que me faltaba para terminar el día perfecto.

-—Luisito tío, ¿qué haces, haciendo de modelo? -—Choco la mano de Luis Mario mientras éste me enseña los complementos que se ha comprado.

Miro al techo pidiendo que el de arriba tenga un poco más de consideración conmigo, si esta es la manera con la que me imparte mis castigos por ser un descerebrado, solo pido que se apiade de mí. Soy humano, sufro y padezco y verme en una tienda de ropa con Luis Mario y mi hermana los cuales piensan igual, de verdad, solo pido que me caiga un rayo ahora mismo.

-—Venga Evan cómprate estos jeans a juego con el polo, estoy seguro que te quedarán estupendos. -—Miro el polo rosita con un caballito adornado que me muestra Luisito y a mi hermana sujetando unos jeans naranjas con cara de mandarlos a los dos a la mierda.

-— ¿Acaso me has visto cara de pijo? Tío yo no me pongo ese polo ni en sueños.

-—Anda loca, ve y pruébatelo, yo mismo te acompaño verás que lindo te ves. -— Luisito comienza a darme empujones hasta los probadores mientras la cabrona de mi hermana se parte el culo animándole más a Luisito dándole más ropa para probarme.

QUIERO ALGO DE TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora