Capítulo 28

7.5K 588 44
                                    

Nada más llegar al apartamento y asegurarnos como duerme plácidamente Aarón y Rosi. Me llevo aparte Alysa para hablar muy seriamente con ella.

— Dime qué narices quieres, estoy cansada quiero dormir.

— Quiero que me expliques con detalle a qué a venido lo que estabas diciendo en la cena que tú supuestamente no necesitas un hombre en tú vida.

— Búscalo en el diccionario y me ahorras de darte explicaciones.

— No me vaciles Alysa. ¿Acaso lo que pasó en el avión no significa nada para tí? — Trato de hablar suave aunque por dentro noto como el volcán comienza a calentarse.

— Venga ya. Si solo fue un polvo. Sí, me apetecía y como te vi con ganas dije porque no. Solo eso. — No puedo creerme que esté hablando de esa forma.

— ¿Qué te ocurre Alysa? Esta es tú manera de evitar lo que tanto anhelas.

— No me pasa nada Evan. Solo soy precavida y me cuido de gilipollas como tú.

— Vaya, ahora soy un gilipollas. No te entiendo de verdad. — Trato de entenderla pero no puedo si ella no me dice exactamente lo que le sucede.

— Quieres que te responda. Lo haré con mucho gusto. Desde que me comunicaron los médicos que jamás volvería a caminar tuve que irme mentalizando que ya mi vida no sería la misma.
Y eso incluye enamorarme, porque mientras tú buscas a tías para acostarte con ellas yo no puedo hacerlo. He vivido en la sombra  esperando que me mires como lo hacías con la vieja asquerosa, que me toques como lo hacías con tantas tías que te he visto haciéndolo. Nunca te has dignado a verme más allá de la inteligente Alysa y la que te saca las castañas del fuego.

— Pero yo siempre he estado a tú lado, juré que así lo haría. Admito que me equivoqué y tan ciego estaba que no veía lo valiosa que eres para mí. Perdóname Alysa. Siento mucho todo el sufrimiento que te podido causar.

— Tranquilo estás perdonado. Yo ya lo tengo asimilado. Hace tiempo entendí que la vida es una oportunidad y debo beneficiarme de ella. De todo lo que me ofrece y si es un sueño, debo alcanzarlo. La vida es un desafío, debo enfrentarlo. Y si es un juego, jugarlo. Y esto que está sucediendo entre nosotros es sexo sin complicaciones. Y como estuviste a la altura te doy permiso para me tomes y juguemos.

La miro incrédulo, aunque su desafío me gusta.
Me acerco hasta ella poniendo una de los mejores miradas de cabrón le susurro al oído muy despacio:

— Si por besarte tuviera que ir después al infierno, cosa que ya he cogido cita, lo haría con mucho gusto. Para después permitirme el lujo de decirle al demonio de haber estado en el paraíso sin nunca entrar.

— Pero si yo te digo que a las diez se abren mis piernas.

— No quiero sexo Alysa. Quiero...quiero hacerte el amor para que ambos nos dejemos de llevar por lo que sentimos. Te quiero Alysa. — Me arriesgo y la beso acariciando su cuello delicadamente para después ir quitándole la parte de arriba.
Vaya, si lleva puesto la lencería que le regalé eso que no piensa en mí.
Esbozo una sonrisa y me la llevo hasta mi habitación en volandas donde la dejo tan despacio para permitirme poder gozar de su figura besando el pergamino de su piel el cual me conduce hasta mi tesoro.

— Vamos Evan date prisa que estoy a punto de caramelo. — Sí, así me gusta verla deseosa y entregada totalmente a mí.

— Uhm...quiero tomarme mi tiempo para saborear este manjar.

— Vamos hermoso  date prisa y cómeme el donut de una vez.

— Sí eres buena niña, cuando acabe te hago un dos por uno. — Sigo a lo mío disfrutando de la sensación que me provoca y cuando no puedo más me coloco entre sus piernas moviéndome despacico, sin prisas, desesperándola hasta poder alcanzar juntos la meta.

QUIERO ALGO DE TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora