QUIERO ALGO DE TI

Capítulo 18

Comencé a salir con Carly haciendo el intento de poder adaptarme a otra persona.
Quedamos más seguido con su grupo de amistades y sin querer iba dejando a un lado a mi mejor amigo el Richard  y Luisito.

Al salir del trabajo, el Richard me estaba proponiendo de ir a tomar algo y ver el fútbol.
Acepté encantado, ya tenía yo ganas de ver al Richard.

Al llegar al bar del Rulo, nuestro bar de toda la vida, busco al Richard el cual está sentado en un taburete junto a Luis Mario y su nueva conquista.
Los cuatro nos saludamos, pedimos algo de beber, tomo asiento en una banqueta para ver el partido.

En mitad del partido me llama Carly para ir al cumpleaños de una de sus amigas. Al contarle que estoy con mis amigos, ella se molesta.
Me salgo a la calle para que nadie me escuche.

— Carly, parece que te molesta que esté con mis amigos. — Intento ser razonable pero ella se empeña de que vaya al cumpleaños.

— Iré cuando termine el partido, no tienes porqué enfadarte. — La paciencia me supera y más cuando intento ser amable y comprensivo pero ella no lo es conmigo.

— Hola guapa, soy Luis Mario, el maricón del amigo de tu chico, no te preocupes querida aunque me gusten los tíos Evan me tiene prohibida tocarlo. Puedes hacernos un favor a todos en irte un rato a la mierda. Gracias. — Luisito cuelga el teléfono, al lado suyo está el Richard.
Los dos comienza a echarme una charla antes de que yo pueda decir nada.

— Escúchame un momentito Evan. Estás en todo tú derecho de querer salir con una tía. Pero debo recordarte que tú también tienes amigos.
Desde que llevas con esa pava, pasas de nosotros como de comer mierda.
Y sé lo que digo, porque ya no te caes por el garito, al Richard ni lo llamas y ¿Desde cuando llevas sin saber nada de Alysa?
Lo digo porque ya no la mencionas para nada.

— Evan, hermano, pensamos que la profe te está absorbiendo un poco.
Pasas demasiado tiempo con ella y sus amistades y de nosotros es como si no existiéramos. Además esa tía no me cae nada bien.—Guardo silencio admitiendo para mí mismo como mis amigos llevan razón.

Desde hace cuatro meses que comencé a salir con Carly, mi tiempo se lo he dedicado a ella y al grupo de sus amigos.
De Alysa no sé apenas nada. Dejó de trabajar y lo poco que sé de ella es porque me lo cuenta Rosi.
El Richard apenas lo he llamado para quedar, y una vez que coincidimos a la salida del cine, apenas le dirigí la palabra.
Y sobre Luis Mario, he pasado totalmente de él.
Normal que ahora mismo me estén echando una bronca del quince y aunque me siente mal lo que me dicen, reconozco en cierto modo como he ido pasando de ellos y por eso me tengo que joder y me regañen como un niño.

Para tranquilizar las cosas nos vamos los cuatro al garito donde nuevamente nos pegamos una juerga acabando todos ebrios.

Al despertarme intento situarme.
Vale, estoy en casa del Richard.
Él duerme en su cama y a mí me duele el cuello de haber tenido que quedarme en el sofá.
Miro mi teléfono, o sigo viendo doble o tengo más de cuarenta llamadas de Carly y otros tantos mensajes.

— Richard, mi amor quieres que te prepare el desayuno. — En broma lo voy despertando. Tengo hambre y este hombre no hace más que dormir.

Harto de intentar de que se despierte, me voy hacia la nevera.
Una vez que tengo listo el desayuno se levanta la Aurora.

— Vamos bella durmiente, te has despegado de la cama hermoso.

— No hables muy fuerte que tengo un tambor metido en la cabeza.

— Venga vamos a desayunar un poco. — Le guiño un ojo a mi amigo comenzando a gastar bromas.

En mitad del desayuno me llaman por teléfono, se trata de Clary.
Desganado le respondo a lo que ella empieza a hablarme en tono serio y nada hostil.
Pongo mis ojos en blanco apartando el teléfono de la oreja, no tengo ganas de escucharla y más reprochando me el no haber asistido a la fiesta de su amiga.
Harto ya de sus reproches, empezamos a discutir.
Le cuelgo la llamada furioso por su comportamiento.
Mascullo blasfemias  siendo observado en silencio por mí amigo.