Capítulo 29

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Todo me resulta tan vacío sin ellos. El silencio me da miedo, ya no busco esa tranquilidad de estar solo, necesito escuchar la risa de mi hijo y sobretodo, preciso de acostarme y levantarme con Alysa.
Me enamorado de ella con tanta intensidad que mi vida ya no es la misma sin ellos.

Comienzo a preparar la cena para cuando vengan Umi y Kenji.
Supuestamente hoy íbamos a cenar todos juntos, pero al parecer le ha dado una ventolera a la loca los huevos esta, que no se le ha ocurrido otra cosa mejor que hacer que empacar sus cosas  y salir huyendo de mí. ¿Por qué?
No lo sé exactamente qué es lo que le haya llevado a tomar esa decisión.

Durante todas estas semanas que hemos estado viviendo en el mismo techo y compartiendo el cariño de Aarón, además de hacer el amor en la cama y donde nos pillaba a mano porque uno cuando se le endereza la herramienta de trabajo, no puedo evitar poseerla en cualquier lugar.
Y ahora me hace esto.
Se va, así. Sin anestesia, sin ni siquiera mandarme un guasa diciéndome que me voy o que no tengo tiempo para despedirme.
Claro, la muy bruja sabe perfectamente cómo voy a sacar mi talento de seductor y convencerla para que no se vaya. Por eso ha preferido irse a las callandas.
Pues sabes lo que te digo Alysa, que no voy a perder el culo por correr por salir a detrás de ti. Solo debo ser paciente y esperar hasta que pasen unas semanas y entonces...
¡Ay, como me rio... La que te va esperar querida víbora!

Mierda, se me quemó la cena. Eso me pasa por pensar en hacer maldades. Bueno como aún me sobra tiempo, llamo a un restaurante para que me traigan la cena.
Anda que, mira que me quería lucir yo preparando un asado sabroso y me ha salido el pollo más negro y duro que la suela un alpargate.

Perfecto la cena llega en el momento que acuden mis invitados. Rápidamente coloco la comida en los platos mientras pongo el vino a enfriar un poco, escucho que llaman a la puerta.
Saludo a Umi y Kenji haciéndole un gesto para que pasen y podamos cenar.

—Uhm, esto está delicioso Evan, no sabía que cocinabas tan bien la comida japonesa.

—Bueno no me halagues tanto Umi, solo he tenido que seguir los pasos del libro de cocina traducido claro está.
—Qué hacha estoy hecho para mentir.

—Y...una pregunta Evan, ¿Dónde está Alysa? —Miro a mi asistento como queriéndole decir con la mirada, calladito estás más hermoso.

—Alysa se ha marchado. Y que conste que yo no le he hecho nada malo. Solo que no quiere que me case con ella, es tan cabezona que no quiere que formemos una familia como Dios quiere y manda mi corazón.

—No entiendo ¿Por qué ha salido huyendo de esa forma? Además Alysa se veía muy feliz contigo.

—Kenji cállate hermoso que las lágrimas empiezan a formarse en mis ojos oculares.

—Yo creo saber porque Alysa haya tomado esa decisión.

—Umi, habla porque yo intento hacer el cubo de rugby y no consigo hacerlo.

—Evan debes de saber que cuando nos vemos sentadas en una silla de ruedas, nada para nosotras es fácil. Lo que para una persona normal es fácil escalar, para nosotras un pequeño peldaño es muy difícil subirlo. Alysa te ama, de eso no me cabe la menor duda. Pero ella no quiere atarte a ella porque siente que eres una carga para ella. Estar en esta situación no es para un tiempo y todo se volverá a la normalidad. Es una lucha constante hasta que llegue tú día. Ella se ha sacrificado para que tú seas feliz junto a otra mujer a pesar de amarte.

—Es bonito lo que me has dicho Umi. Pero yo también debo decirte que no sé lo que es que te quiten todo de la noche a la mañana. Verte de pie y al día siguiente descubrir que todo por lo que se lucha se ha esfumado. Ya no te queda nada salvo acostumbrarte a tu nueva vida. Sé perfectamente por todo el mal trago que ha debido pasar Alysa hasta verse así, con nuestro hijo en brazos, trabajando como una persona cualificada para ello. Y todo eso lo ha conseguido gracias a mi apoyo y el de las personas que la queremos porque nunca la hemos dejado sola. Aunque ella se niegue por orgullo, debe entender que necesita alguien en quien apoyarse, y ese hombre quiero ser yo. Yo he sido testigo del cambio de su vida, le di la oportunidad de ser madre, y quiero que sea mi esposa. Porque la amo, me desquicia, me vuelve loco, me dan ganas de matarla muchas veces. Sin embargo no soy nada sin ella.

QUIERO ALGO DE TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora