El Nacimiento

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-"pensamientos"-
Nombre: diálogo
-Acciones-

Pov. Narradora

Cuando el Sol salió e iluminó el bello rostro de nuestra querida sacerdotisa, ella despertó y se levantó.

Se dirigió hacia su mochila para ver si era verdad todo lo que sucedió la noche anterior, y al ver que la Gema en su mismo lugar tuvo la respuesta de su misma pregunta.

Ella decidió sacar la Gema de su mochila para verla con más detalle, al sacarla la puso en su futon, al poner su mano y acariciarla pudo sentir que era lisa, también le dio unos ligeros golpes en el cual pudo escuchar su sonido metálico.

Al ver que el tiempo había avanzado y ya era un poco más tarde decidió ir a darse un baño no sin antes poner la Gema en su mochila nuevamente.

Al terminar, se fue a desayunar con todos sus compañeros, cuando llegó al comedor vio que todos ya estaban ahí y la primera que la saludo fue Sango.

Sango: Hola Aome, ¿Cómo amaneciste?- Dándole una sonrisa sincera-

Aome: Muy bien, Sango, gracias por preguntar - Dirigiéndose a su lugar a lado de Sango-

Sango: Que bueno

Al poco tiempo una sirvientas trajeron el desayuno y todos comieron en calma. Una vez que terminaron todos, comenzaron a planear el viaje para continuar con la busqueda de los fragmentos y de Naraku.

Inuyasha: Mañana al amanecer seguiremos rumbo al Sur sino encontramos nada, regresaremos a la aldea de la Anciana Kaede

Todos menos Inuyasha:  De acuerdo

Sango: Pero hay que disfrutar nuestro último día en esta aldea... Que tal si vamos a un prado que esta cerca de aquí y en la noche paseamos por la aldea

Aome: Me parece buena idea

Miroku: Estoy de acuerdo con tu idea, Sango - Poniendo su mano en donde no debe-

Y como era de costumbre el monje se ganó una cachetada

Miroku: Perdoname, Sango, no lo vuelvo hacer

Sango: Si, claro- Sarcasmo-

Aome: Bueno que esperamos, vamos al prado

Todos menos Inuyasha y Kikyo: Si

Cuando nuestro equipo llegó al prado todos se maravillaron al ver que la paz y tranquilidad en aquel lugar aparte de ser muy hermoso.

La tarde fue muy tranquila, junto con conversaciones agradables y risas, pero cierta sacerdotisa de barro que estaba sentada a lado de un híbrido no dejaba de ver a la otra sacerdotisa del futuro con odio, rencor y envidia

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La tarde fue muy tranquila, junto con conversaciones agradables y risas, pero cierta sacerdotisa de barro que estaba sentada a lado de un híbrido no dejaba de ver a la otra sacerdotisa del futuro con odio, rencor y envidia.

Aome noto como la miraba kikyo y eso no le gustó para nada, pero ella ya no se dejaría intimidar, así que decidió hacerle frente, de una ves por todas.

Aome una Jinete de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora