Capítulo 25: Bajo Ataque

55 15 0
                                    


Shiro se sentía un tonto, había perdido lo único bueno en su vida y por su culpa, ella no era la culpable de que no tuviera amigos, que su madre lo ignorase. Su corazón se estrujo al verla salir con dos niñas más, no vio rastro de lágrimas o tristeza en sus ojos marrones, en ningún momento volteo a verlo y el dolor en el castaño aumento cuando se subió al coche de su padre sin despedirse.

Era un tonto.

Como todos los días se subió a su trasporte y permaneció callado en el transcurso del viaje escuchando como el hombre que había asignado su madre a cuidarlo hacia una llamada. El frio de su habitación lo golpeo al llegar, no había risas infantiles vitoreando, a la hora de comer no habían peleas con cariño o conversaciones graciosas. La calidez que trasmitía aquella familia la cual tuvo la oportunidad de ver lo que hace una familia de verdad. 

En camino a su habitación fue en silencio, lo único que se oían eran sus pasos siendo arrastrados, cuando estuvo en su cuarto dejo que la soledad lo invadiera y liberar las lágrimas que estuvo reteniendo de hacía ya un tiempo.

-¿Qué te sucede niño?

La voz gruesa de su protector lo sobresalto al castaño, sacándolo de su posesión fetal en la cama, el hombre aun casi en la penumbra de la habitación pudo ver los cristales en los faroles del niño. 

-Has estado encerrado mucho tiempo aquí – abre las cortinas para dejar entrar el sol de la tarde – más de lo normal.

-No te incumbe – desvió la mirada mientras limpiaba las gotas en su cara.

-Si es verdad pero es mi deber cuidar tu salud niñito – volteo a verlo con severidad – No sé lo que te pasa pero te contare algo – dijo ganándose la atención del niño por lo que se acercó y se sentó en la cama – Cuando tenía tu edad perdí lo que más amaba en este mundo, todos los días me arrepentí de no pelear por ella, y por más que deseara retroceder y corregir mi error, sé que eso no se podrá hacer – tomando una respiración miro a Shiro con firmeza – Asi que no cometas el mismo error que yo.

Los ruidos de la ciudad disminuían con el reloj casi dar la hora para que el sol se ocultara, en una cafetería, una castaña disfrutaba de un té de menta caliente para aligerar sus ansias asesinas. 

Le había pedido a Ryuk quedarse en la casa de juego con Hikari mientras Ichiro recopilaba información sobre el culpable de la trampa contra Shota ya e la enviaba a Yoto. Akira reconoció una cabellera rubia y dejo su te en la mesa para prestarle atención a la chica frente suyo.

-¿Tuvieron cuidado? – se adelantó a preguntar.

-Sí, Saya lo hizo bien, nadie sospecho nada – respondió con confianza.

-Muy bien.

-Tenías razón fue una trampa, las cámaras fueron manipuladas, pude recuperar la grabación original – saco un pendráis y lo paso por la mesa – Otra cosa, según Shota el tipo agredió a Kira y a él también, pero dijo que no soporto algo que dijo de ti.

La princesa conocía a su amigo, algunas veces su impulsividad le habían causados problemas en el pasado, gracias a que era inteligente ha sabido manejar situaciones como esta. 

-¿Cómo hicieron para que nadie se hiciera cuenta?

-Esos dos conocen el código morse mejor que nosotras.

La astucia con el talento de su amiga la convertía en una aliada valiosa para la infiltración. Ante tan buen trabajo Akira sonrío satisfecha.

Las dos amigas se quedaron conversando para disfrutar de lo que quedaba de la tarde y en el trayecto la castaña le contó a Yoto su sospecha del amigo de Hikari. La rubia se apuntó a ayudarle en lo que necesitase, si bien podía ser una amenaza para la seguridad de la familia Yagami, no sabía que hacer ya que su hija le tenía mucho afecto.

La Flor de la Maldad© [Kira 2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora