Una gran sorpresa

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Cuando bajé a la sala vi a mi familia y a Less. Automáticamente me vieron empezaron a cantar "Feliz cumpleaños " Luego cada uno empezó a felicitarme, deseándome muchas bendiciones, que me quieren mucho y muchísimas otras palabras para felicitarme.

-Mi bebé ya tiene diecinueve años -Dijo papá abrazándome y tomándome el rostro- Cómo has crecido chiquita.

-Ay papá, siempre seré tú bebé -Bien, sólo por hoy le daría el gusto de llamarme "bebé". - Muchas gracias a todos.

-Y falta mucho más, casi empezaremos a decorar todo.

-Y hoy tendrás muchas sorpresas. -Me dijo Less guiñándome un ojo.

-No creo que pueda tener más sorpresas, ésta semana me han sorprendido bastante. -Y estoy muy feliz con ello, pero si aparecen más sorpresas pues ¡Bienvenidas!.

Después de desayunar intenté ayudar con la decoración pero como siempre, ésas tres mujeres me echaron de la casa ¿A dónde se suponía que iría? Mi respuesta llegó luego de una llamada de Janet. Me invitó a su casa.

-¡Feliz cumpleaños amiga! -Me gritó inmediatamente entré a su casa, su mamá también me felicitó. - Ya eres toda una mujer. -Reí ante su comentario.

-Si tu lo dices -Encogí los hombros - Oye, no me quedaré mucho tiempo aquí ya que tengo que ir al salón de belleza. Y creo que no debo recordarte que estás invitada a mi fiesta de cumpleaños - Vi su cara maliciosa y fruncí el ceño - Y no, no harás nada de lo que se te pueda ocurrir.

-Te haré caso sólo porque es tu cumpleaños. Pero si quieres puedo invitar algún amigo. -Sonrió pícaramente.

-Janet -Alargué su nombre- Sabes que no quiero que me presentes ningún amigo, gracias.

-Está bien, está bien- Levantó las manos- Oye, me enteré de lo que pasó con Diego -Hoy no, por favor - Si te soy sincera creí que muy en el fondo sentías algo por él, y... -Dudaba de lo que iba a decir- Creí que si él hacía eso tal vez te dieras cuenta.

-¿Qué quieres decir con éso? ¿Tú le dijiste que lo hiciera?. -Enarqué una ceja.

-Emm yo, bueno, no exactamente. Le dije que debía dar un pequeño paso, pero no sabía que iba a hacer eso.

-¿Un "pequeño paso"? Eso no fue un pequeño paso, él no debió hacer lo que hizo, me faltó el respeto, si no lo detengo me hubiese besado y tocado sin mi consentimiento. Janet, no debiste decirle que haga eso, si yo dije que no sentía nada por él es porque es verdad. No soy ninguna niña -Vi como Janet bajó la cabeza algo triste -Lo siento Janet, no estoy enojada, sólo que no me gustó lo que le dijiste que hiciera. No lo vuelvas a hacer ¿Sí?.

Luego de arreglar ése pequeño "mal entendido" hablamos un rato y después salí de su casa para ir al salón de belleza.

Llegué a mi casa y me quedé boquiabierta, ésta vez se esmeraron bastante. Las decoraciones eran de color negro, blanco y dorado, todo se veía muy elegante. Todo estaba hermoso. Al terminar de entrar, mi madre y Christina prácticamente me arrastraron a mi habitación para arreglarme.

Tomé un baño con mucho cuidado de no dañar mi cabello, por suerte traía puesta una malla. Me puse el vestido y los zapatos,  luego Less, que acababa de llegar me maquilló, y por último, liberé mi cabello de la malla. Normalmente siempre estaba muy ondulado, pero ahora solo se veían unas leves ondas, estaba recogido de un lado y caía por el otro, me llegaba hasta la cintura.

-Te ves preciosa hija. Espera a que tu padre y tu hermano te vean.

-Estás hermosa Pri. -Dijeron Less y Christina.

-Gracias a ustedes dos por dejarme así de hermosa.

La fiesta ya había iniciado aproximadamente hace una hora y media, ya estaban todos los invitados, la verdad no eran muchos, algunos amigos de la Iglesia y familia cercana, y por supuesto Less y Janet, ésta última estaba con su novio. Habían muchos bocadillos y en el centro un pastel de chocolate que deseaba devorar cuánto antes.

Less se acercó a mí.

-Creo que todavía te falta un regalo -Me susurró. La miré confundida. No sabía de qué estaba hablando, pero antes de poder contestarle escuché el timbre sonar.

-Yo abro -Fui a abrir la puerta y cuando vi quién estaba ahí sentí que se me fue la respiración. No puede ser... - Efraín -Su nombre salió como un leve susurro de mis labios.

¡Él estaba aquí! Efraín volvió.

¿Esperas Por Mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora