Sagitario Wilkins revisaba minuciosamente los resultados del ECG, (electrocardiograma) de la señorita Franklin.
El doctor Encélado Compton, obediente a las órdenes dictadas por la doctora Brooks, suministraba una dosis sumamente baja de Warfarina a la paciente cuando el síntoma de la hemolacria volvía, fue entonces cuando ocurrió el incidente. Compton activó la alarma para el RCP Reanimación cardiopulmonar; Wilkins y su equipo asistieron la emergencia. Por fortuna, y gracias a la destreza para lograr la cardioversión, la señorita seguía con vida, pero ¿Por cuánto tiempo?
Sagitario, colocado al frente de una gigantesca pantalla de vitral transparente, daba marcha a la imagen con simples movimientos oculares. Dilatando sus pupilas a propósito, podía agrandar a su elección cualquier fragmento cuadriculado de la gráfica.
Agudizó la vista. Dónde algunos solo veían líneas como picos en un vaivén descontrolado, él podía diferenciar entre un pulso normal, una arritmia, una obstrucción ventral, una dilatación de la aorta o incluso saber cuándo se encontraba cara a cara con la mismísima muerte.
Aquellas líneas eléctricas, en conjunto, revelaban toda una gama de cardiopatías, solo había de ser un meticuloso observador para notárselas.
Se acercó aún más a la pizarra que colgaba desde el techo. Hizo avanzar con la vista los cuadros, recorriendo los picos que se mostraban encima de la línea isoeléctrica. Un solo latido inicia con la despolarización de los conductos que llevan la sangre desde las venas a las arterias del corazón, esto consiste en la abertura de diminutos canales donde iones de calcio entran en las fibras musculares cardiacas. Luego, los canales que permiten la entrada de los iones potasio se activan permitiendo que el potasio entre y el sodio salga.
Esta rítmica danza de ambos iones, orquestada por los potenciales de acción del músculo cardiaco, transcurre en cientos de milisegundos, lo que en conjunto conforma el sistema de conducción de la actividad bioeléctrica del músculo cardiaco.
Este vaivén de despolarización y repolarización queda graficado mediante líneas, cada cual se le asigna una letra, P, Q, R, S, T; consistente con forme las diferentes deflexiones características de las electrocardiografías.
Al principio del EDG de la paciente se podía observar pulsaciones normales semejantes al pulso ideal de la imagen que titilaba en un cuadro pequeño en la esquina superior derecha. Sin embargo, a medida que avanzaba, las irregularidades en la circulación eran evidentes, claros indicios de la desincronización en el flujo sanguíneo al interior del corazón. Esto sugería que la sangre tardaba más tiempo de cambiar de cavidad, retrasando el suministro de oxígeno a los tejidos; oxígeno que era transportado por los glóbulos rojos en la sangre. Si este tiempo se prolongaba entonces el resultado sería fatal. En este caótico sistema, el doctor Wilkins notó algo interesante. Con sus pupilas ensanchadas detuvo la imagen. Era sutil, sin embargo, escondido en la maraña de aquellas irregulares líneas, se encontraba la posible causa del ataque. No podría creerlo, o quizá se negaba a creerlo. Observó, minuciosamente, que la distancia ente el inicio del complejo conocido como QRS, ese distintivo pico de las gráficas, y el final de una onda T, el semicírculo que marcaba el final de un latido y el inicio del siguiente, le pareció un tanto excesiva. Esa distancia representaba el tiempo comprendido entre una despolarización y una repolarización, es decir, el tiempo entre la dilatación y relajación del corazón. Y que fuese anormalmente largo no auguraba nada bueno. Circuló con rojo esa parte y siguió avanzando. Abriendo ambos ojos como platos, notó que esa misma anomalía se repetía unas cuantas veces a lo largo de toda la gráfica, como pequeñas lagunas difíciles de localizar.

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Andrómeda
Science FictionA un día del centenario aniversario del mayor proyecto de eugenesia humana, Andrómeda Brooks, médica farmacogenetista del hospital George Washington, intenta hallar la causa de una extraña enfermedad que provoca que los más jóvenes lloren sangre has...