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La semana de exámenes acabó y el día del baile llegó.

Por fin.

Dios, pasaron demasiadas cosas esa noche. Cosas de las que me arrepiento totalmente. No sirvo para existir, okay?

Cuando llegué al salón miré a Alicia con un hermoso vestido ajustado color turquesa. Lucía preciosa, llevaba su cabello castaño sujetado en un moño muy elegante y su maquillaje estaba impecable. Caleb estaba junto a ella con un traje negro clásico y una corbata roja, su cabello engominado hacia atrás le quedaba muy bien y su inconfundible perfume lo percibí desde la entrada.

Y tú... ay tú (Imagíname desmayada y con un montón de corazones flotando a mi alrededor).

Recargado en una columna al lado de la mesa, tenías puesto un brillante traje gris y debajo una camisa negra con los primeros botones desabrochados. Fácilmente de imaginé en una alfombra roja como toda una celebridad. Tu cabello era el mismo fascinante lío rizado peinado hacia un lado.

Bailamos, charlamos, y Alicia no me soltó en ningún momento. Quería encontrar el momento perfecto para estar a solas contigo, pero eso fue imposible.

Alicia me invitó a bailar las últimas canciones.

Alicia no dejaba de mirarme.

Alicia me hablaba coqueta al oído.

Y entonces soltó la bomba.

"Tú eres la persona que me robó el corazón desde el día en que te conocí".

Ahí, en medio de la pista y con las delicadas manos de mi amiga en mi cintura, mi cabeza conectó todo a una velocidad impresionante. Eso de "a él no le importa con quién hable" "nunca me mira" "jamás se fijaría en mí" "hago de todo para llamar su atención pero ni cuenta se da".

Joder, qué ciega soy.

Ah, pero ahí no terminó.

Tomó mi pasmo y seriedad como si me lo estuviera pensando.

Entonces Alicia me besó.

Y yo sólo la aparté de inmediato, sin decir nada, e inconscientemente busqué tu mirada.

Estabas al fondo, atento, tus ojos parecieron decírmelo todo. Me sentí en un plano equivocado. Estaba en un plano equivocado. Las piernas me flaquearon y la vida se detuvo.

Alicia salió corriendo despavorida. Me petrifiqué en mi lugar y sólo pude ver como tus labios se hicieron una curva hacia abajo y me susurrabas un: lo siento.

¿Lo sientes? ¿qué sientes? ¿tienes idea de lo que sentí?

Saliste tras Alicia. La música se detuvo por un momento y eso fue suficiente para que el cerebro me volviera a funcionar. Comprendí el enorme error que había cometido. La había rechazado. A mi amiga la había rechazado de la peor manera y no hice nada.

¿Ahora qué debía decirle? ¿cómo rechazarla otra vez sin lastimarla? Sin idea de qué hacer, regresé sola a casa. Caminé por toda la acera con mi dignidad arrastrando y el corazón en un puño. Todo estaba tan silencioso como mi interior hasta que una mano helada se enredó en mi brazo y otra ahogó mis gritos.

Me arrastraron a un callejón frío, solo. Me jalaron el cabello, intentaron quitarme el vestido, entre mis forcejeos me golpearon y sentí el mundo batirse a mi alrededor.

No sabía cuántos eran, no sabía quiénes eran, no veía nada.

Escuché mi ropa desgarrarse.

Escuché los insultos tan asquerosos que decían sobre mí.

Escuché como se burlaron de mí y por segunda vez, la vida se me detuvo.

-Cosette.

Cartas al viento © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora