32

163 34 12
                                    

Esa noche me robaron el móvil, por lo que en estos días de reposo no respondí ningún mensaje, ni a ninguna llamada, ni nada. Algunas veces en la soledad de mi habitación creía que no le hacía falta a nadie y que por eso no se preocupaban. Pasar todo el día sintiéndome inexistente sólo me deprimía más.

Para mi sorpresa, unos días después llegaron tú y Caleb a mi casa con una cubeta de helado de chocolate y galletas. Fue muy tierno ver a Caleb sonrojado haciendo algo que no fuera para su propio beneficio.

Y tú, ni qué hablar. Ese pequeño detalle me estremeció el corazón por completo. Tenerte en mi casa tan preocupado y atento fue maravilloso. Bueno, en ese contexto no lo fue, pero tu compañía así se sintió. Tus detalles siempre lo son todo para mí.

Me dijiste que mi madre le había contado todo lo ocurrido a Alicia, quien aún después de mi estúpido desprecio se preocupó por mi ausencia. Si no fuera por ella, no sabrías nada.

¿Sabes qué quiere decir eso?

Que tú no me salvaste.

Tenía la ligera esperanza de que sí, pero ni tú, ni Caleb sabían nada. Nadie sabía nada.

Y ahora tengo la duda de quién habrá sido ese chico que me salvó. No, no es por ser muy intensa. Dejando de lado mi insaciable curiosidad de saber todo siempre, ¿Cómo sabía ese extraño dónde vivía?

Ya debía conocerme. Debía ser alguien que ya he visto antes. Tengo tantas ganas de saber quién fue y darle las gracias personalmente.

Sólo las gracias, claro, porque mi amor incondicional ya lo tienes tú.

Aunque ya estemos en nuestros últimos días, regresaré a clases pronto, lo prometo.

Y gracias a ti por devolverme la sonrisa, de pronto ya no me siento tan sola.

-Cosette.

Cartas al viento © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora