Nota de autora

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Y... ese fue el final.

¿Les gustó? ¿esperaban más? ¿querían un final feliz? Pues para mí lo es. Al final me gustó mi desastre.

Antes de que me creas una psicópata desquiciada, te lo explico:

Esta historia la empecé como un desahogo. Cada vez que yo me sentía al igual que Cosette, una chica atormentada y a la deriva, le escribía una nota a lo que yo quería ser. Para mí, Roman es una metáfora de todo aquello que soñaba, pero que sabía (o pensaba) que jamás podría tener.

Se escucha complicado, pero así es.

Tú puedes mirarlo de la forma que quieras, eres libre de hacerlo, incluso como una simple historia muy triste y hasta ahí, pero en mi mente cada personaje tiene un significado. Uno muy importante y doloroso.

Cada palabra que escribí me salió del corazón herido. Porque lejos de planear una obra maestra que fuera reconocida y admirada por millones de lectores, lo que quería era vaciar un poco esa insoportable agonía que llevaba por dentro y lo hacía por medio de Cosette.

Al final lo logré.

Esa chiquilla que quizá para muchos resultó infantil, dramática, pesimista y muy deprimida, soy yo.

No literalmente. Yo no pasé por esas situaciones ni por ese romance tan difícil como ella, pero ya expliqué lo que significaba. "Metáforas" así funciona esto.

A través de ella traté de mostrar una realidad frívola, cruda y dolorosa en la que muchos vivimos. Cuando no le encontramos sentido a nuestra existencia, cuando nuestro exterior se vuelve una carga y nos aislamos del mundo en modo de defensa.

Eso que muchos llaman depresión, yo le llamo realidad. Y es ahí donde viviré el resto de mi existencia, porque cuando entiendes lo patético que es lo material y tu relación con las personas, el futuro deja de importar.

Triste, pero cierto.

Por último, quiero justificar un poco el final.

¿Por qué me atreví a matar esa pobre alma en desgracia que sólo quería amor y atención?

Pues fácil: esa triste alma es una parte de mí a la cual quiero desaparecer.

Como dije, estar así de afectado y sin ayuda no trae nada bueno. Te amarga, acaba contigo desde adentro, te encierra en un círculo vicioso en donde dejas de mirar todo lo bueno para centrarte en lo malo. Y es difícil salir de ahí cuando se vuelve una verdad.

Cosette es eso que me hace sentir una basura, lo que resalta mis defectos y justifica lo malo que me hacían otras personas. Es eso que me aislaba, que me entristece sin razón, que me agobiaba, que me quita las ganas de luchar por un futuro mejor.

Yo no quiero ser una persona como ella. Nadie debería serlo. Pero si tú lo eres, busca ayuda. Habla con alguien de cómo te sientes (yo podría hacerlo con muchísimo gusto, escríbeme en los comentarios o por privado, no hay fecha de caducidad para esta propuesta), o si no quieres decírselo a nadie, hazlo contigo mismo, da igual. No normalices el sentirte mal. Todos alguna vez nos sentimos de la mierda, pero créeme, no lo eres.

Míralo así: estás en la profundidad de un poso oscuro donde no miras nada, pero hay mucho esperándote fuera de él. Tienes que salir.

Ten muy presente esto: La vida siempre será difícil, pero no por eso debemos dejar de luchar. Hay algo bueno detrás de cada sacrificio. Vive para buscar la felicidad, no para que alguien o algo te la de.

Confieso que esta historia es demasiado personal, pero al igual que yo, hay más personas como Cosette, que centran su mundo en los problemas.

¡Deja de hacerlo! ¡Sonríe! ¡Disfruta! Busca lo que te alegra el corazón, no lo que los demás esperan de ti.

Espero que mis palabras te hayan llegado.

Gracias por leer este pequeño trozo de mi alma.

¡Hasta la proooximaaaa!

-Cosette/Miriam C.

Cartas al viento © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora