Capítulo 18

121 13 17
                                    

El sol esta en su máximo punto esa mañana, hace un calor exuberante, pero la suave brisa que corre y el agua que les ha caído encima, mientras hacen su labor del día, hace del clima un poco más ameno, pero también hace que sus cuerpos se sientan pegajosos. A pesar de lo que Lissa creía, los autos no han parado de llegar a su auto-lavado improvisado, al parecer esa idea que vio en una película si rinde frutos, aunque también puede deberse al vestuario que traen la mayoría de las chicas del equipo; unos shorts cortos y una blusa blanca, blusa que está demasiado traslucida debido al agua. Cabe resaltar que esa idear no fue de ella, sino de cierta pelinegra que se ha unido a la causa, pero fue bien recibida por el resto de chicas.

— ¡Susan! ¡Ayúdame aquí! —. Exclama, Alisson, desde el lado contrario del estacionamiento escolar, con una manguera en la mano derecha.

— ¡Voy! —. Grita devuelta la chica.

— ¿Cómo van las cuentas? —. Cuestiona, Caroline, acercándosele por la espalda.

— Siendo sincera, mucho mejor de lo que esperaba, aún nos falta la mitad del dinero, pero creo que podremos lograrlo—. Contesta, sonriendo ligeramente.

— Me alegra saberlo—. Indica, con total sinceridad—. Y por cierto, también fue una gran idea que los chicos del equipo de Andrés ayudaran.

— Pues sí, él ofreció la ayuda de los chicos, y ninguno parecía disgustado con ayudarnos así que ya sabes... Henos aquí.

— Me tengo que ir, tengo que ver a mi primo, pero después me cuentan que tal les fue—. Explica la pelirroja.

— Vale, nos vemos más tarde—. Se despiden, y luego la chica se encamina para alejarse.

Vuelve su vista hacia el frente, observando a los chicos y chicas turnarse para lavar los autos, la única que parece no estar mojada es Isabella, que se encuentra lo más alejada posible dibujando. Jake ha notado que está un poco rara, pero no ha tenido la oportunidad para acercarse a hablar sobre lo que le sucede. Aun cuando ella solo se ha mantenido en un solo lugar, estando pendiente de cobrar y supervisar el dinero, cargo que se le dio por elección de todos.

— ¿Qué te parece el cine? —. Inquiere, Andrés.

—A donde me lleves está bien, Jacobsen—. Dice, con una sonrisa divertida en los labios. Desde que le pidió salir, ha estado preguntando sobre los posibles lugares a los cuales ir, y siempre tiene una opción distinta.

—Hay demasiados lugares que te gustan, no sé cuál escoger—. Acota él.

—Solo quiero pasar el rato contigo, no importa si solo vamos a un parque de mala muerte—. Indica, girándose a verlo. El chico se encuentra sin camisa, dato del que no se había percatado hasta el momento—. Sexys abdominales.

—Lo sé, pero gracias, cariño—. Le guiña un ojo, haciéndola reír.

—Creo que lo único que hice fue aumentar tu ego—. Comenta ella.

—También dijiste algo muy cierto.

—No soy ni mentirosa ni ciega, por esa razón no se me pasa por alto que Lissa también cree lo mismo—. Indica, al tiempo en que se gira hacia una de las chicas para poder recibir el dinero que esta le hace entrega.

— ¿Celosa? —. Interroga el chico en su oído.

—Un poco—. Confiesa—, Lissa es un gran partido, pero de algo estoy segura.

— ¿De qué?

—De que a ti no te gusta.

— ¿Por qué? ¿Por qué me gustas tú? —. Interroga él, tomándola por la cintura y haciendo que se gire hacia él.

Uniendo Fuerzas [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora