Epílogo

118 13 78
                                    

Cinco meses después...

Es la primera en llegar a la cafetería, que ha sido elegido como punto de reunión para esa tarde. Sus pies actúan por si solos y la llevan a la mesa del fondo del lugar, esa que tiene la mejor vista del exterior. Se sienta y comienza a mirar por la ventana a la espera de los demás. El silencio se mantiene sobre el lugar, deduce de inmediato que es porque a esa hora las personas están en sus trabajos o en la playa, y considerando que están en verano y hace más calor de lo normal, es una muy buena razón. Lo que tiene la chaqueta puesta y que su cabello está suelto. Se quita la prenda y comienza a peinarse el cabello, sin importar que aún esté mojado, con el propósito de recogérselo, pero se distrae y lo suelta de nuevo.

En su muñeca observa la pulsera que Andrés le dio dos meses antes, cuando las chicas y ellas fueron nombradas ganadoras del campeonato deportivo. La repasa y una sonrisa se forma en sus labios, ese día también cumplieron cinco meses de relación oficial. Fue uno de sus días favoritos hasta ahora, y la noche fue aún mejor... Su chico estaba inspirado definitivamente.

Además de eso, también está feliz porque varias chicas del equipo consiguieron becas deportivas, estaba tan orgullosa de ellas. Tan feliz de que comenzaran una nueva etapa de su vida con eso que amaban, así como ella haría unos meses más tarde, pero viajando por otros países. Eso hace que recuerde la reacción de su madre al comentarle de su idea, aún está un poco agria con la idea, pero aún le queda tiempo para convencerla de que estará bien antes de irse. Y la reacción del padre de su novio fue aún peor, sin embargo debió aceptarlo cuando su hijo se mostró firme en su elección.

Vuelve a peinar su cabella castaño, que desde hace dos semanas termina en puntas rubias, antes de recogerlo en un moño alto con una de las liga de pelo que lleva, desde que comenzó a trabajar (en esa cafetería), en la muñeca.

La puerta se abren, y el sonido de la campana hace que gire su mirada a la entrada. Una cabellera pelirroja es lo primero que ve, seguido de su rostro con gafas de pasta negra.

- ¿Llevas mucho tiempo esperando? -. Cuestiona, pasándose la correa del bolso por la cabeza y sentándose frente a ella.

-Para nada, acabo de terminar mi turno-. Explica.

- ¿Cómo te fue hoy?

-La mañana fue un desastre, pero las propinas valieron la pena-. Indica, inclinándose sobre la mesa-. ¿Cómo te fue a ti?

-Bueno, mi madre se la paso más alterada que yo, y eso hizo que me estresara un poco. Lo bueno es que Stevan me ayudo a tranquilizarme con helado de chocolate-. Comenta, sacando su celular.

- ¿Solo con helado? -. El tono insinuante que usa al hacer la pregunta no le pasa por alto.

-Para las ideas que se te forman en la cabeza, Jackelyn-. Demanda, revisando los mensajes que han llegado-. Isabella está saliendo de su casa, y Arianna puso lo mismo hace diez minutos así que ya debería de llegar.

- ¿Y dónde está tu "bebe"? -. Interroga la otra chica, con una sonrisa.

-Fue a su casa a cambiarse-. Responde, contestándole a su madre donde ha dejado la caja que busca-. Y deja de molestar.

- ¿Yo? Yo no estoy molestando, allá tú si te sientes acosada-. Murmura la chica, fingiendo indignación.

-Comencé a llamarlo así hace un mes, ¿no puedes dejarlo ya?

- ¿Qué no puedes dejar, Jake? -. La voz de Arianna hace que giren sus cabezas para verla, mientras la chica se sienta en el puesto vacío al lado de Caroline.

-Dejar de bromear por como le digo a Stevan.

-No querrás decir: "como le dices a tu bebe" -. La chica hace énfasis en esa última palabra, mientras sonríe de forma inocente.

Uniendo Fuerzas [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora