Capítulo 19

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Se pasa la mano por el cabello, con el propósito de apartar los mechones que permanecen en su tapando su rostro, y se gira sobre sus talones para encarar completamente a su novio, quien la mira, más que todo, confundido. Abre la boca para hablar, pero vuelve a cerrarla pues las palabras no salen de su boca. No sabe que decir. Se siente un poco nerviosa, y no sabe por qué, pues no es que haya hecho algo malo. Mira de reojo a su hermanastro, quien parece disfrutar de la situación, la sonrisa en su rostro lo demuestra, si no estuviera en contra del maltrato animal, o cualquier otro tipo de maltrato, ya lo hubiera golpeado. La ironía de la situación es un poco abrumante.

—Rubia—. Habla el chico, incitándola a dar una explicación, y el tono calmado de su voz hace que los nervios injustificados cesen.

— No es lo que parece—. Comienza.

—Eso ya lo sé, pero necesito saber a qué se refiere exactamente—. Indica el chico.

—Pues...—. ¿Qué va a contarle? ¿Qué su hermanastro es un idiota que le hizo creer a todos que estaba enamorada de él? Eso sería lo más lógico, pero para eso tendría que contarle la razón por la cual esa mentira surgió, y también el hecho de que su hermanastro, y su grupo de amigos, la maltrataban, y eso generaría una discusión del porque no le había contado antes lo que ocurría.

— Yo me voy. Adiós, rara—. Expresa, Carlos, haciendo que toda la atención se centre en él.

¿Por qué no lo enfrente desde un principio? Se cuestiona una y otra vez, mientras que observa a Miguel, quien a su vez la observa a ella.

—Princesa, sé que soy un encanto, pero deja de mirarme así—. Bromea, tratando de aminorar la tensión que se está creando antes el insoportable silencio. Ella sonríe pero, como se encuentra debatiendo algo mucho más importante en su cabeza, la alegría no llega a su mirada café.

—Chicos, ¿no van a comer? —. La madre de Isabella sale de la cocina.

—Claro, señora G—. Contesta, Miguel, girándose con una sonrisa, que Isabella se pregunta cómo logro a pesar de la situación anterior, la cual era, realmente incomoda.

—Entonces vengan, ya les serví—. Pide, mientras que hace señas con la mano para que se acerquen. Cosa que ellos hacen de inmediato.

El silencio durante la cena, fue mucho mejor al que está entre ambos en estos momentos, o mejor dichos, menos peor. Miguel no ha dicho nada, solo espera de forma paciente a que su novia le haga clara la situación. No va a presionarla, porque eso no es lo suyo, sabe que Isabella va a hablar en algún momento; necesita tiempo para procesar y aclarar sus ideas, la conoce mejor que nadie, sabe que solo es cuestión de un par de minutos más para que se recoja el pelo en una coleta y las palabras comiencen a brotar de sus labios, mientras que se movilizara inquieta por toda la estancia.

—No me interrumpas hasta que termine de hablar, por favor. Y lamento no habértelo dicho antes, es solo que creí que era lo mejor—. Comienza la rubia, mientras hace exactamente lo que él había predicho. Se recoge el cabello, y camina de un lado a otro de la habitación.

—Adelante, rubia. Soy todo oídos—. Anota, mientras que sonríe trasmitiéndole un poco de tranquilidad.

—Bueno, tú sabes que a Carlos yo no le caigo bien, te lo he dicho—. Mira al chico de reojo, y este asiente de acuerdo—. Lo que no te dije fue que él se la pasaba molestan...dome, ahora ya no tanto, por diversos motivos que incluyen a Jackelyn y a Andrés, pero antes él me agredía físicamente... y yo lo dejaba porque así él fingía con mamá que nos llevábamos bien, y que ella le agradaba... Era como un trato.

— ¿Te golpeaba, Isabella? —. Inquirió, pidiendo mentalmente que no fuera así.

— Me empujaba o me tomaba muy fuerte del brazo, y así—. Murmura, con un tono apenas audible, sintiendo un poco de vergüenza por la situación—. Él y sus amigos me insultaban la mayoría del tiempo, y las últimas veces se estaban pasando un poco, y fue esa razón por la cual Jake se dio cuenta y los enfrento por mí.

Uniendo Fuerzas [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora