Lacrima Effect: Capítulo XIII

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El cielo había adquirido un tono púrpura, pues ya estaba anocheciendo. Natsu y Erza salieron del cementerio con la frente en alto, pero había algo diferente en la reina de las hadas; su mirada vacía y decaída, su paso lento, y suspiraba. Varias veces. Natsu la miró de reojo, trató de pensar en qué decir o en qué hacer.

-¿Estás bien, Erza?-podría ser una pregunta tonta, pero fue lo primero que pensó.

Erza reaccionó y lo volteó a ver.

-Sí, Natsu. Estoy bien. Ya me siento mejor.

-¿Segura?

-Sí. En verdad.

-Entonces...-el Dragon Slayer se rascó nerviosamente la cabeza-debo regresar al gremio. Salí corriendo como si nada y Happy seguramente me está buscando.

Erza no dijo nada. No quería que Natsu se fuera todavía. Quería seguir hablando con él, pasar el tiempo. Algo. Pero no sabía cómo expresarse.

Natsu inspiró hondo y estiró sus brazos lo más que pudo.

-Yo, ahm...ya me voy, Erza. Ve con cuidado.

Natsu se alejó de ella. Erza bajó la mirada, apretó los labios y sus puños. Buscaba las palabras para hablar. En cambio, llegó una sola idea a su mente. Dió un paso al frente.

-¡Natsu!-el Dragon Slayer se detuvo y giró sobre sus talones para verla, esperando lo que fuera que quería decirle-¿Ti-Tienes hambre?

-¿Qué?

-Hay un restaurante cerca por aquí. ¿Te gustaría comer algo?

A Natsu le había extrañado que Erza dijera eso. Invitarlo a comer tan repentinamente, después de lo que había dicho en el cementerio. Seguramente Erza después de pasar un largo y complicado día tenía mucha hambre después de todo, y ahora que lo pensaba, Natsu también tenía hambre. Erza se estaba sonrojando, pero trataba de ocultarlo. Natsu dibujó media sonrisa.

-Está bien.

En el gremio, la cena estaba por ser servida.

-¿Segura que lo estás haciendo bien, Lisanna?-le preguntó su hermana mayor. No es que Mirajane fuera impaciente, simplemente Lisanna ya se había tardado en prender la Lacrima de fuego.

-Claro que lo estoy haciendo bien, Mirajane-respondió arrugando la frente en un claro gesto de impaciencia-es la Lacrima, desde la mañana que no funciona bien.

-Tal vez ya no tiene magia.

-No. Natsu la recargó hace tres días, no debería de haberse quedado sin magia tan pronto.

-Déjame intentarlo entonces.

Lisanna le entregó aquella desesperante Lacrima a su hermana. Sea como sea, esa Lacrima tenía que prender.

Mientras tanto, los chicos estaban reunidos en una mesa del centro; Lucy, Gray, Wendy, Happy, Charlie, y Juvia. Todos esperando la cena. El estómago del Exceed azul gruñía muy fuerte, y él trataba de calmarlo frotando esa zona en círculos. Lucy lo miraba con el ceño fruncido.

-¿Estás seguro que no debías haberlo acompañado?-le cuestionó. Happy siguió frotando su barriga mientras volteaba a verla-ya se tardó demasiado.

-No puedo seguir a Natsu con el estómago vacío-aclaró Happy.

-¿Y tu estómago qué tiene que ver con tus habilidades de vuelo?

-Mucho. Mover mis alas y planeas es cosa de energía, y si no como lo suficiente, no puedo volar al máximo.

Lucy rodó los ojos. Happy siguió con lo suyo.

La Última Flama CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora