Thief Of Hearts: Capítulo XX

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~~Chapter 20~~

Natsu lentamente abrió los ojos; lo primero que distinguió fueron los rayos azules de la luna golpeando su rostro, eso, y que además los párpados le ardían como fierros al rojo vivo. Con un considerable esfuerzo, y tratando de soportar un agudo dolor en la espalda baja, se enderezó para quedar sentado sobre el suelo; miró a su alrededor esperando encontrar un tumulto rodeándolo a él y a Lucy, pero en cambio encontró sólo la calle vacía. No había nadie, ni un alma, ninguna señal de vida; sólo el atemorizante silencio. El Dragon Slayer se puso de pie y caminó en la última dirección donde se vio a Lucy por última vez: A unos metros del restaurante, sobre la calle; finalmente llegó, y al ver a su amiga recostada sobre el pavimento, inconsciente, se le cayó el alma al suelo. Se arrodilló junto a ella y la acunó con sus brazos; la piel de la rubia adquirió un tono muy opaco, casi grisáceo; su cabello estaba hecho un desastre, y tenía escombro enredado en el; el cuerpo, cubiertos de cortadas, moretones, y golpes. Aunque Lucy dio una buena batalla, no fue suficiente para evitar que terminara de esa manera, o al menos...aminorar el daño. Natsu la acercó más a ella, pegándola a su pecho, y la abrazó tiernamente; deseando haber hecho más por ella.

-Lo siento, Lucy-siseó el pelirrosado con un hilo de voz-lamento no haber hecho lo suficiente.

Levantó la mirada y, a unos metros, vio a Erza de la misma manera. ¿Cómo fue que las cosas terminaron de esa manera? Natsu, anteriormente, pudo encargarse de Krecht; sí, le dio pelea, pero al final salió victorioso, y creía que la batalla de esa noche terminaría de la misma manera. Se equivocó. En el fondo admitía que le gustaba jugar con sus oponentes, saber de lo que son capaces o poner a prueba su fuerza que le fue heredada por su padre Igneel; las batallas apenas se las tomaba en serio. Ahora las cosas cambiaron, él fue derrotado, y no le gustaba ese sentimiento; él debía convertirse en algo más, algo que pudiera proteger a sus amigos de cualquier peligro, y para proteger a la chica de quien comenzaba a sentir algo más que una amistad. Aunque no estaba muy seguro de aquello último.

Cargó a Lucy sobre su hombro, caminó hacia Erza e hizo lo mismo con ella. Ahora, con el alma destrozada, y una pequeña chispa de esperanza, emprendió el regreso al gremio para reunirse con los demás y organizar un plan de respuesta. Krecht iba a pagar, con creces.

*Mi poder tardará en adaptarse a tu cuerpo, pero te aseguro que al final obtendrás lo que quieres*

Dijo la voz dentro de la mente de Natsu; ahora podía escucharla con mayor claridad, como si se encontrara junto a él, casi susurrando en su oído.

-Lo que quiero es encontrar a ese idiota y hacerlo pagar-recalcó Natsu con la mirada seria al frente; caminaba completamente solo por las calles-también debo encontrar a mis amigos.

*Sea como sea, tardará unas horas; puedes sentir algo de dolor también*

-No me importa.

La voz guardó silencio, y en todo el trayecto al gremio no dijo ninguna palabra más.

(No muy lejos de ahí)

Krecht yacía sentado en la gruesa rama de un árbol, regodeándose en su victoria; sabiendo que fue bastante fácil deshacerse de los miembros de Fairy Tail, además de quien lo humilló en primer lugar. Reía a carcajadas, tanto, que su rostro enrojeció. Se detuvo para admirar lo que sostenía en la mano derecha: Una esfera de luz mágica color rojo brillante, casi carmesí.

La Última Flama CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora