CAPÍTULO 18: YEUNG
Salir de esa luminosa y blanca habitación me dio más tranquilidad pero salir no era sinónimo de mejor. Di unos temeroso pasos por la calle porque no lograba comprender donde estaba, podría decir que era una ciudad como Hong-Kong solo que sin la muchedumbre de personas, sin la contaminación lumínica y sonora que hay a la vez, sin sus cantidades de cosas que la tornan Hong-Kong. El lugar parecía más abandonado de lo normal, los edificios parecían estar vacíos, al igual que los comercios. Ni hablar que todo estaba en tonos grises más claros ó más oscuros eran grises al fin. Camino esa calle recta desde la blanca habitación y llego a un puente el cual es gris lo cual no es novedad, me asomo a la baranda, deslizo mis dedos suavemente y siento como una capa de tierra se deposita en mi piel me miro la mano y froto mi dedo índice con el pulgar y me quito la tierra. Algo extraño me perturbaba al ver lo que transcurría bajo el puente ya que el caudal de agua que corría era un agua de tono gris y a simple vista podías notar que era más densa y espesa lo que provocaba que su flujo sea más lento. Iba a seguir mi camino pero un extraño movimiento llamó mi atención en el agua, busqué algo para lanzar y como no tenía nada me quité la agujeta de uno de mis championes y la lancé. Al tomar contacto con ese espeso caldo gris la agujeta fue arrastrada hacia el fondo e hizo un sonido a succión así que preferí alejarme haciendo una nota mental de que el agua era mala y además no quería llevarme una sorpresa permaneciendo allí. Salí del puente acelerando mi paso y mire hacia el cielo pero resulta que no había cielo, era una especie de muro de concreto sólido que cubría todo un diámetro como un domo ó cápsula, tal vez estaba bajo tierra ó tal vez era una ciudad cerrada ó tal vez no se me ocurren muchas opciones ó tal vez estoy cansado y veo cosas donde no las hay.
Seguí caminando mientras arrastraba mis pies, no podía creer que no había nadie en la ciudad, no podía creer que era el único en este infernal sitio. Me senté en la banquina de la calle esperando... Ese es el punto, no sabía que esperaba.
Pensaba en mi familia, que estará pasando por sus cabezas, pensaba en todo y en nada. Por qué me habrán traído aquí. Qué quieren probar: ¿si puedo sobrevivir?, pues no. Resulta que me aburre estar solo sin hablar.
Comencé a escuchar lo que esperaba... Voces, más bien... Era un grito.
Corrí lo más rápido posible, y recordé el camino a la blanca habitación: «calle recta, crucé puente, calle recta, doblé a la izquierda (tienda de golosinas), seguí por esa calle y llegué a la esquina del grito». Al llegar a esa esquina de donde provenía el grito asomé mi cabeza lentamente y pude ver a una joven morocha vestida como yo de blanco sentada en el suelo y a su lado un chico tan blanco como su ropa aunque su ropa estaba manchada de sangre y ambos hablando. Al ver que ellos estaban en la misma situación me acerqué lentamente y mirando posibles rutas de escape, no quería morir a manos de la joven morocha sí era una posible homicida.
La chica morena estaba angustiada, el joven de cabello oscuro muy nervioso y yo aterrado por la sangre en su remera, ¿serán asesinos? me pregunté.
Ella se levantó del suelo, abrió sus ojos de forma muy grande y me ordenó- Muéstrame tú pulsera-. Yo levanté mi muñeca, ella se acercó y la miró detenidamente. No sé que tendría pero tenía que saberlo.
Ella volteó y le comentó- Es asiático, exactamente de la ciudad de Hong-Kong-. Él se levantó más tranquilo y me miró detenidamente.
Muy tímido comentó- No pareces asustado-. Me miró muy detenidamente.
Desentendido pregunté- ¿Debería estarlo?-. Aunque sé que lo estoy por dentro me mostré contundente y la forma en que pregunté sonó con intención desafiante porque no me inspiraban confianza ninguno de los dos.
La chica morocha respondió- Dadas las circunstancias... Alucinaciones de personas que no están, de cosas raras que te llevan a hacerte daño- señaló al chico de la remera ensangrentada continúo diciendo- de que nos encontramos en una ciudad peligrosa, somos rehenes, ¿quieres algún otro motivo?-. Ella terminó preguntando un poco incomoda.
Asentí con mi cabeza y comenté- Creo que podremos salir- ellos me miraron muy atentamente al escuchar esas palabras- esto no es una ciudad de verdad, no hay cielo pero sí hay un muro o domo de cemento que la cubre, puede que en los límites del muro haya una salida-. Él chico sonrió muy esperanzado.
Él joven me comentó en un tono de alerta y alegría- No quiero que me vuelvan a hacer lastimar, quiero salir-. Yo lo miré y me vino una punzada de angustia y dolor.
Preocupado pregunté- ¿Qué te sucedió...- quise continuar pero no sabía su nombre.
La chica morocha me comentó- Dereck, así se llama, es de Canadá. Quiso detener a su madre la cual se iba a cortar con un vidrio en sus venas pero cuando el dolor lo trajo a la realidad, estaba cortando su antebrazo con un vidrio que encontró- ella abrazó a Dereck y comentó- hay que tener cuidado con lo que vemos. No todo es real por eso queríamos ver tu pulsera, para saber que eres un prisionero real de éste lugar- ella sonrió y comentó- por cierto mi nombre es Mishen... ¿Él tuyo?-. Preguntó sonriente, ella parecía más simpática que al principio.
Me preocupó lo que le sucedió al chico porque mediante impulsos emocionales bastantes extremistas nos llevan a la muerte. De hecho casi le cuesta su antebrazo, lo que me recuerda hacer otra nota mental de mantenerme lo bastante racional posible y no fiarme de mis impulsos emocionales, tal vez así es como funciona la ciudad.
Sonreí y respondí- Me llamo Yeung-.
Dereck nos miró y comentó- Somos sujetos... Somos como ratas de laboratorio-.Decía muy alterado de los nervios por un momento sentí que estaba delirando, que la alucinación le había afectado pero tal vez tenía algo de razón su delirio momentáneo...
Mishen comentó- ¿Algún lugar por donde empezar a buscar una salida?-. Yo la miré sin la más remota idea ya que sabía lo del muro porque bastaba con mirar para arriba pero no sabía por dónde empezar.
Mirando hacia arriba tratando de darles esperanza respondí- Vayamos a los límites. Deben ser unas cuantas manzanas yendo en alguna línea recta por una misma calle-. Ella asintió, abrazó al chico para caminar y darle contención a la vez. La alucinación ó tal vez su locura lo estaban afectando.
Él nuevamente repitió más exaltado- ¡¡¡Sujetos, sujetos, sujetos!!!!-. Mishen acariciaba su espalda lentamente, eran dos extraños y se contenían como dos viejos amigos. Tal vez apoyarnos unos en los otros era la solución para no perder la cabeza y procurar que el otro no caiga en la trampa de una alucinación.
Mishen dulcemente le decía mientras caminábamos despacio- Tranquilo, te prometo que todo estará bien-. Esas palabras alentaban a cualquiera que estaba desesperado pero no a mí; eso no me ayudaba, sabía que nada iba a estar bien con tan solo ver a Dereck bastaba para darse cuenta lo peligroso de la situación pero era el típico consuelo para el desesperado, hacerle creer que todo estará bien, tal vez daba esperanza al que está aterrado pero al realista no, solo es una falsa esperanza en momentos de desesperanzas.
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MIEDO
Science FictionSus peores miedos serán revelados, usados en su contra, los pondrán a pruebas constantemente y sobre todo: ¿podrán quebrar su voluntad?, es lo único que puede ayudarlos a sobrevivir... Si rompen su voluntad, si llevan sus temores al máximo... ¿Cuál...