Tercera Parte: Los Sujetos

530 38 0
                                    

CAPÍTULO 15: JAY

Veo que de tanto forcejear logro arrancar una de las esposas de la mano derecha así que repito el intento con la mano que tengo libre arrancar la otra esposa de la otra mano pero es inútil, no puedo. Será que pude sacar una porque estaría floja. Comienzo a sacudir la camilla tan fuerte que termina inclinándose hacia un costado y por último termina de caer. Algo abre las otras esposas que llevaba, una en la mano izquierda y una en cada pie y veo que estas se ocultan adentro de la camilla. Al ponerme de pie veo que tiré la camilla de un soporte cuadrado. Va, en realidad, no sé si es que la tiré ó de tanto sacudirme la rompí.

Rápidamente me dirijo a las paredes y comienzo a tocarlas de forma desesperada buscando una salida de esa maldita sala que es como un cubo blanco y luminoso. Necesitaba salir, buscar al tipo del tatuaje y matarlo de la misma manera que mataron a Nicholas. Su imagen me persigue en mi mente una y otra vez como sí se reiniciara la misma escena constantemente de como la bala ingresó en su cabeza, luego salió por su frente y la sangre de él bañó su cuerpo que ya yacía muerto. Se me repetía una, otra y otra vez. No era el único pensamiento que me invadía, también trataba de entender el motivo del por qué me secuestraron para luego volver a tratar de comprender el motivo del por qué lo mataron y a su vez mi familia estaba en grave peligro. No podía permitirme quedarme de brazos cruzados.

Comencé a tocar lentamente una ranura que descubrí en la pared, lentamente introduje mis dedos y noté como las paredes cedían ante mi fuerza y se movían hacia los lados. Es ahí que noté que no era una pared, ahí descubrí que era una maldita puerta así que me propuse a abrirla, los años de entrenamiento sirvieron para darme fuerza. Comencé a hacer más fuerza parar separar con mis manos las puertas hacia los lados y sentía que mis músculos se tensaban, mis venas sobresaltaban y por un momento parecía que iban a explotar, sentía como mi sangre corría a gran velocidad dentro de mí pero el esfuerzo fue inútil, no pude separarlas. Me deslicé sobre la pared muy ofuscado hasta que mi cuerpo quedó tendido en el suelo.

Una voz proveniente de la pared opuesta a la puerta se tornó en pantalla, producto de la alta tecnología claramente y el hombre que se proyectaba me dirigió unas palabras- Jay...-obtuvo mi atención- vivir aferrado a nuestros muertos no nos da libertad de vivir. Soy Shawn Horstain-. Me puse de pie y me acerqué a la pantalla.

Comencé a observarlo con rabia al ver tanta hipocresía en sus palabras entonces no contuve un grito de rabia- ¡ACASO CREES QUE ÉSTO ES LIBERTAD!!!!- Le señalaba el lugar con mi mano y continúe- ¡SE QUIEN MATÓ A NICHOLAS Y TE ASEGURO QUE TÚ Y ÉL SE VAN A ARREPENTIR!!!-. Hice énfasis en las palabras para que sintiera mi odio y promesa de venganza.

Veía como reía por lo que le dije y me comentó entre risas- Eres como la segunda persona aproximadamente que me dice que me arrepentiré-. Veía que seguía riendo y su despreocupación me enojaba aún más.

Sentí que estaba furioso y tenía ganas de golpearlo así que le hice una propuesta- ¿Por qué no vienes aquí y lo arreglamos de hombre a hombre?, sí es que tienes agallas-. Él reía aún más, era su manera de mostrarse desinteresado eso era claro, como también sé que me escuchaba solo que quería demostrar lo contrario.

Me miró y comentó- No tengo interés, tengo otros planes para contigo, quiero ver cuán valiente demuestras ser-. Me lanzó una mirada perversa con una sonrisa malévola.

Suspiré y comencé a hablarle en un tono sobrador- Es cierto, no tienes interés, prefieres ocultarte en esa ridícula sonrisa y fingir que nada te importa pero por dentro tienes miedo, tú sí que tienes miedo-. Ahora yo me reía de él.

Él quedó serio y me preguntó- ¿Jay? ¿En serio crees que tengo miedo?- hizo una pausa y comentó- Espero que tú no tengas miedo-. Agregó antes que la comunicación terminara.

Cerré mi puño y le pegué a la pantalla haciendo tres líneas en el cristal como cuando el hielo toma contacto con agua caliente y se hacen grietas, pues así quedó la pantalla, con tres grandes grietas.

En mi mano derecha uno de los nudillos comenzó a sangrar y rasgué mi remera blanca con la mano y la vendé. Nuevamente miré el cristal y me hice una segunda promesa con la esperanza de que ese desgraciado me escuchara- Sí tengo la oportunidad de verte Horstain juro que te voy a matar-. Un ruido detrás de mi obtuvo toda mi atención.

Volteé a ver y las puertas que intenté abrir se abrieron solas; corrección, mejor dicho ellos la abrieron. Al mirar hacia fuera por un momento fui tan ingenuo de creer que era libre, que ya me habían liberado pero al salir, todo era, todo era..... Inhóspito...

MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora