CAPÍTULO 25: JESS
Aparece ella atravesando una puerta con mucho miedo. Una chica de estatura promedio, delgada, de hombros caídos, pelo rojizo trenzado en dos trenzas que caían una a cada lado de su cara. ¡Oh! Su cara, tiene un corte a un lado de la mejilla, bastante feo, sale mucha sangre que baña su cuello, ropa y sus ojos tienen mirada aterrada y sus pupilas están dilatadas cubriendo su iris celeste.
Me paro de golpe de la calle y antes de dirigirme a ella le sugiero- Déjame ayudarte-. Jay se levanta de la calle y se pone a mi lado, en alerta. Parece no confiar en nadie. Pero en mí sí.
Nos acercamos a la chica lentamente, paso a paso y ella nos analiza aterrada.
Llegué a ella y me sorprende con un abrazo. A la vez noto la angustia en sus palabras- Ayúdame, me persigue un tigre, corran, mató a mi hermano y cuando me acerqué a ayudarle me arañó la cara-. Está en shock. Un tigre directamente la habría matado pensé de inmediato.
Mientras la abrazo trato de tranquilizarla- Nadie te persigue, la ciudad nos genera una especie de alucinación, nos hace sentir miedo y nos hacemos daño- le sonrío- seguramente te cortaste con algo y te pareció que fue el tigre-. Le resté importancia a la herida que se veía bastante fea. Le quité un bolsillo a mi pantalón rompiendo las costuras y se lo pasé por su mejilla con delicadeza para limpiar la sangre y tratar que bajara la inflamación. Por momentos se quejaba cuando le limpiaba la herida pero hacía lo mejor que pude.
Luego le dejé la tela para que se limpiara. Comenzamos a caminar y charlar, supimos su nombre que se llama Silena, que su hermano George también vino a la ciudad, que fueron golpeados con algo cuando los traían en el avión, y de ahí no lo vio más hasta que vio que "un tigre lo asesinó", lo que me hace creer que ella lo hizo pero no quiero decirle eso para que no se culpe.
Jay le comenta de manera tranquilizadora- Lo encontraremos, seguro no está muerto tal vez la alucinación te mostró lo que realmente te daba miedo-. Sonaba convincente lo que dijo, aunque tal vez puede que ella lo haya asesinado.
Comenzamos a caminar por las grises calles de ese lugar una tras otra con mucha precaución. No había rastros de George, aunque puede que no hubiesen rastros porque en realidad estaba muerto.
Jay tuvo la fantástica idea de gritar- ¡George!!!, ¡George!!!!-. Nadie aparecía, aunque me preocupaba que algo raro pasara.
La voz chillona de Silena gritó- ¡George hermano!!!, ¡Soy Silena!!, ¡Aquí estoy!!!-. Nadie aparecía. Ella tenía esperanza de que la muerte de su hermana haya sido solo producto de una alucinación.
Estábamos en una intersección mirando hacia los lados tratando de ver al chico pero no aparecía ni él, ni nadie.
¿Qué es eso?, reconozco ese ruido, ese sonido... Es como... Un camión. Giro hacia Silena y veo el camión que se aproxima en dirección a ella. Sin más con mis fuerzas la empujo, veo que ella cae y yo lanzo un grito de pánico de muerte. Seguramente había muerto pero dejo de gritar cuando nada pasó y veo que la chica me mira aterrada y unos fuertes brazos me rodean dejándome inmóvil.
Su voz tranquilizadora dice- Tranquila, no hay nada, nada sucede-. Me susurra en el oído con suavidad. Por algún motivo logra tranquilizarme.
Miro a mi alrededor pero no ha pasado ningún camión, nadie ha muerto pero aún así noto que me afectan demasiado por unos largos minutos estas alucinaciones dejándome paralizada, muda, procesando lo que veo y porque lo veo. Pero no tengo respuesta, solo que me afecta a un grado bastante importante dejándome insegura.
Una fuerza externa empuja a Jay y a mí, ambos caemos al suelo enredados con nuestras extremidades. Un chico colorado se pone sobre mí mientras estoy en el suelo algo confundida y con un grueso caño de plomo que afirma en mi cuello trata de estrangularme. Desde el suelo veo cuando un golpe aterriza en su mejilla izquierda y el chico cae a mi lado. Me alejo tratando de lograr respirar cosa que es inútil me estoy hiperventilando.
Silena se acerca y le ordena- Ya basta George-. Él la aparta de un empujón cuando se pone de pie y la misma cae sentada sobre su cola.
Con él palo de plomo golpea en el estómago a Jay cuando este se acerca a detenerlo. Me pongo de pie como puedo delante de Jay y de George así que cuando baja el palo para darle un golpe terminal lo logro detener con mis manos justo a tiempo.
Le quito el palo de un cinchón y le grito furiosa al colorado- ¡Ya basta!!-. Lanzo el palo lejos de él.
Este me lanza una mirada furiosa y comenta tomando la mano de su hermana- Vámonos-. Él voltea hacia ella y puedo ver en su cuello sangre, también ha tenido problemas y ahora su mejilla se inflama del golpe que Jay le propinó. Ahora si están iguales los hermanitos. Los dos con una mejilla inflamada. De hecho la misma, la izquierda.
Ella se queda firme y se acerca a nuestro lado diciendo- No George, ellos me ayudaron-. Él está desentendido.
Refuta- No, vi que te empujó, te quiso matar-. ¿Eh?, nunca la quise matar de hecho la intenté salvar de mi alucinación pienso, aunque si, admito que él vio el empujón ya que nadie alucina lo mismo, eso es seguro.
Silena le responde pero yo no presto atención porque a lo lejos distingo un grupo de jóvenes vestidos de blanco que corren y entran en un edificio a una manzana o dos aproximadamente.
Grito advirtiendo- Más personas, allá en el edificio-. Comienzo a correr mientras señalo. Noto de inmediato que corren detrás de mí lo que dice que no es una alucinación ya que todos los vemos y me alegra eso. ¿Aunque sí es una especie de alucinación compartida?. Ya lo averiguaremos.
Corremos como una estampida pero Jay cae, cae como una bolsa de papas.
Me acerco a él preocupada- Mi pierna, falló, no sé, me duele mucho-. Comenta, levantando la pernera del pantalón. Al descubierto deja un tobillo muy inflamado.
Le comento segura- Tal vez se torció porque esta hinchado-. Lo ayudo a levantarse y comienzo caminar mientras lo ayudo a realizar la misma acción que yo (caminar).
La verdad es que mi peso, el cansancio de mi cuerpo, más el dolor propio de mis golpes ahora le sumo el peso del cuerpo de Jay y no es broma ya que él es un chico que hace mucho deporte y su cuerpo es musculoso, perfecto, pero aún así pesa.
Cuando llegamos al lugar que entraron los chicos subimos las escaleras del edificio como podemos, un detalle que ya se ha tornado menor pero igual llama poderosamente la atención es que el interior del mismo es gris.
Llegamos al techo como podemos y hago un veloz circuito con mis ojos y cuento cuatro personas.
Una desmayada, otra al borde del colapso, un asiático que me mira y uno bastante preocupado. Lo bueno de esto era que eran personas reales. Ahora éramos más, podríamos ser un grupo y juntos salir del lugar.
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MIEDO
Ciencia FicciónSus peores miedos serán revelados, usados en su contra, los pondrán a pruebas constantemente y sobre todo: ¿podrán quebrar su voluntad?, es lo único que puede ayudarlos a sobrevivir... Si rompen su voluntad, si llevan sus temores al máximo... ¿Cuál...