Capítulo 4

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Haneul se despertó esa mañana con una serenidad que nunca antes había experimentado. Se dirigió a la sala, tomó las bolsas que Junmyeon le había dejado la noche anterior, y volvió a su habitación para revisarlas.

En la primera bolsa, encontró artículos de aseo personal: un cepillo de dientes, jabón, shampoo, acondicionador y otros productos esenciales. En las otras bolsas, había ropa, sábanas y algunos otros elementos. A pesar de su limitado conocimiento sobre moda, Haneul pudo notar que la ropa no era en absoluto barata.

Aunque no lo expresaba, estaba profundamente conmovida por la consideración que Junmyeon había mostrado al preocuparse por sus necesidades.

Después, se dirigió al baño para darse una ducha. Colocó sus cosas en los estantes y se metió en la ducha. Podría parecer que Haneul se estaba tomando demasiadas libertades, como si estuviera demasiado cómoda en ese lugar. Sin embargo, la realidad era que ella no sabía cuánto tiempo duraría esa sensación de seguridad. En cualquier momento, esa paz podría desvanecerse, y entonces volvería a su realidad, donde dormir, comer o reír sin preocupaciones sería imposible. Por eso, mientras durara, Haneul estaba decidida a aprovechar cada segundo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente cuando la puerta del baño se abrió de golpe.

—¡Ah, perdón! —gritó Baekhyun mientras cerraba rápidamente la puerta.

—¿Qué pasó? —preguntó Junmyeon al notar las mejillas enrojecidas de Baekhyun.

—No vi nada, lo juro —se defendió Baekhyun de inmediato.

—Byun Baekhyun, tienes esa maldita costumbre de entrar al baño sin tocar cuando alguien está adentro —lo reprendió Junmyeon.

—Pareces una madre —se burló Chanyeol—. Además, no creo que haya visto nada, la cortina estaba cerrada.

—Junmyeon, puedes regañarme más tarde, pero déjame usar tu baño ahora —dijo Baekhyun mientras salía corriendo.

—Vaya, qué mañana tan entretenida —comentó Minseok con una sonrisa.

—Dejen de bromear y apúrense, tenemos que irnos a ensayar —ordenó Junmyeon, aún algo enfadado, mientras se dirigía a su cuarto.

Minseok se acercó a Haneul, que salía del baño con cautela.

—Buenos días, Haneul —la saludó con una sonrisa.

—Buenos días —respondió ella.

—Nos vamos de nuevo, pero esta noche regresaremos tarde. Así que, por favor, no te pongas a ver cosas extrañas otra vez —bromeó Minseok, haciendo referencia a lo ocurrido la noche anterior.

No importaba cuántas veces Haneul tratara de explicarles lo sucedido, los chicos no dejaban de molestarla con ese tema.

—Un momento... —dijo Haneul de repente, frunciendo el ceño—. Esos programas son de pago... ¡Ustedes los ven!

Las expresiones de Minseok y Chanyeol cambiaron de inmediato.

—¡Yo no fui! —se apresuró a decir Chanyeol, defendiéndose como un niño.

Minseok soltó una risa al ver la astucia de Haneul.

—Maravillosa jugada —comentó burlón.

Haneul se retiró a su cuarto con una sonrisa de satisfacción. Era evidente que todos veían esos programas, pero la situación seguía siendo muy divertida.

Después de arreglarse, escuchó cómo los chicos se marchaban y cerraban la puerta detrás de ellos. Aprovechó la tranquilidad para prepararse el desayuno y sentarse en la sala a comer. Mientras lo hacía, notó una bolsa sobre la mesa con una nota:

Vivo solo para ti ~ Kim JunmyeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora