Capítulo 29

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–Necesito que me cuentes toda tu situación, para poder ayudarte.

Haneul miró de forma desconfiada a aquella chica.

–¿Cómo puedo estar segura de que debo confiar en tí?

–En todos estos años que han pasado, tu fuiste la única persona que realmente me escucho y me entendió.
Yo no he buscado la forma de ser libre, porque ya no tengo a nadie más. Ya se me olvido lo que era vivir de una forma “Normal” o apreciarme a mi misma o a alguien más.
Pero,  si tu realmente tienes a alguien así, te pagaré por el favor de escucharme y te ayudare a salir de aquí.

Haneul no estaba completamente segura,  pero era la única opción a la vista.

–Hubo un hombre que me ayudo - Aclaró Haneul. - Él le dió dinero a cambio de mi vida al imbécil borracho que me compró la primera vez. - Confesó en voz baja - Me dio alojamiento e hizo todo lo posible para que yo pudiera estar mejor.
Sin embargo,  aunque él quisiera que yo fuera completamente libre, él no podía hacer nada mas. Ese imbécil le dió una reglas, entre ellas que no podía dejar que me vieran en público, ni tampoco podía venderme a alguien más o liberarme.
No obstante,  por alguna razón que desconozco mataron al imbécil recientemente, y cuando me dirigía a encontrarme con alguien mas,  me trajeron a acá. 

–Entiendo...

–¿Hay alguna forma de salir de aquí?

–Si,  y al oír toda tu situación, creó que todo está a tu favor.

–No entiendo.

–Hace poco hubo un caso,  en el que supe la única forma de ser completamente libre de esto.- Explicó la chica, ganándose toda la atención de Haneul. - Hubo un caso de una chica que logró de alguna forma salir de aquí y llamó a la policía.
Ellos la encontraron y ella contó todo lo que sabía.
La volvieron una testigo importante. Se volvió prácticamente intocable para estos imbéciles, ya que donde le hicieran algo, sabrían que fue esta organización.

–¿La solución es la policía? Pero,  metería a problemas al chico que me ayudo.

–Veras,  la razón por la mataron al tipo que te había comprado,  seguramente fue porque le falto al respeto a uno de los grandes.
De lo contrario lo habrían traído vivo a “Confesar”.
Por tu lado, te trajeron aquí,  porque esta registrado que él era tu “dueño”.
No hay nada de papeles sobre el chico que te salvo,  porque no le convenía al imbécil dejar rastros. - Aclaró - Es decir, las únicas personas que saben de ese trato, eres tú y el que te ayudo.

Haneul comenzaba a encajar todas las piezas en su cabeza.

–Escuchá bien lo que vas a hacer - Pidió la chica - Te voy a ayudar a salir de este lugar y tendrás que correr a la estación de policía más cercana. Tendrás que decir que fuiste víctima del tráfico de personas y les dirás que mataron al hombre que te había comprado.
Diles que esa era la razón por la que te pudiste escapar.
Darás detalles de este lugar y de como te trajeron aquí,  todo con los máximos detalles posibles. De esa forma te volverás en un testigo fundamental, y podrás llevar una vida lo más normal posible.

Haneul estaba simplemente impresionada, ante todo el plan que la chica había formado en su cabeza.

–Te ayudaré a contactar al chico del que me hablas y le explicaré todo. No te preocupes por eso.

–Yo no sabria como agradecerte todo ¿Cómo podría pagarte?

–Solo necesito que les digas que viste a otra chica encerrada allí y dales mis características. - pidió - Yo no voy a irme de aquí,  pero si algún día decido hacerlo,  eso me hará todo mucho mas fácil. - Confesó la chica con una sonrisa. -No te preocupes por mi, y una vez que salgas, olvida todo esto y vive de la mejor forma posible.

Finalmente le dijo cual seria la mejor forma de escapar de allí.

Haneul seguia sin terminar de digerir todo, pero se esforzaba por mantener la compostura.

Espero a que fuera de noche, y tal como le había ordenado aquella chica, se escabulló por los pasillos en el cambio de guardias.
Fue al lugar que le había indicado y salió exactamente como le había dicho.
Sin darse cuenta en que momento,  terminó fuera de aquel lugar.

Haneul tenía la sangre hirviendo y sentía que su corazón latía demasiado rápido. Aun así,  siguió el camino que le había indicado, hasta llegar a la estación de policía.
Cruzo la puerta de aquel lugar y finalmente pudo respirar.

***

Junmyeon acababa de llegar nuevamente a Corea y estaba a punto de colapsar por el estrés que sentía.

Había estado marcando el celular de Haneul desde el momento en que llego al país,  pero había sido en vano.

Intento pasar desapercibido y se sentó  en una cafetería del aeropuerto, para pedir un café que compensará sus ausentes horas de sueño.

Quizá nunca antes había contestado su teléfono tan rápido, como en el momento en que esté comenzó a sonar.
Contesto con la esperanza de que fuera Haneul,  pero en cambio una mujer le comenzó a hablar.

Le explico toda la situación en la que su novia se encontraba, y finalmente le dijo que esperará a Haneul en el apartamento.

Tras colgar el teléfono y sin tomar su café,  el líder se dirigió lo más rápido que pudo hacia aquel lugar.

***

Junmyeon le pagó al conductor y finalmente se bajo del taxi.
Solo para encontrarse a Haneul sentada sola, en las escaleras de entrada al edificio.

Su corazón se rompió al ver aquella escena,  así que lentamente comenzó a caminar hacia la chica.
Sin embargo,  en el momento en que ella lo vio, en menos de tres segundos la chica había corrido a abrazarlo.

–¿Estas bien?¿Qué te hicieron? -Preguntó el líder preocupado.

Aun así, Haneul en un intento por responder simplemente estalló en llantos.

–¿Estas herida?¿Vamos al hospital?- insistió angustiado - Creó que lo mejor seria entrar.

Junmyeon ayudó a Haneul a caminar hacia el apartamento y finalmente se sentaron en el sofá.

–Me llamó la chica de la que me habías hablado hace algún tiempo, así que no te preocupes,  ya se todo lo que sucedió.- Aclaró el líder tratando de calmarla - Todo está bien,  no tienes de que preocuparte.

–Yo realmente evité que me tocaran - Comentó Haneul e intentó tomar aire - Di todo lo que tenía para poder salir de allí.

–Lo hiciste bien. Debiste de tener miedo, pero fuiste muy fuerte. - Comentó Junmyeon sin parar de abrazarla.

Probablemente habían perdido más de veinte años de vida ese día.

Pero al final de todo, a Haneul le habían devuelto su libertad y Junmyeon estaba aliviado de poder abrazarla.

Talvez en ese momento se dio cuenta.
La vida no era tranquila y siempre habrían problemas que los preocuparan.
Pero, si al final del día él podía sostenerla de esa forma en sus brazos,  valdría la pena luchar contra todo lo que viniera.

–Haneul - Llamó el líder - Yo vivo y viviré solo para tí.

Vivo solo para ti ~ Kim JunmyeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora