—¿Vas a ser mi guardiana? —preguntó Junmyeon riéndose.
—Lo seré —afirmó Haneul nuevamente con una sonrisa, evitando reírse.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Por supuesto.
—¿Por qué quieres ser psicóloga?
Haneul pensó dos veces si era realmente el momento de contarle todo a Junmyeon. Pero, finalmente se decidió.
—Es una larga historia —advirtió.
—Tenemos toda la noche.
—Bueno —tomó aire para luego soltar un suspiro—. El día más antiguo que yo recuerdo es cuando me levanté en un colchón en el suelo, sin saber ni recordar nada. Había unos hombres riéndose de mí al otro lado de la puerta. Recuerdo perfectamente que había una inscripción en la pared a mi lado: "Si no tienes nada, no tendrás que perder". Sabía leer y también escribir, entendía perfectamente las noticias de las que los hombres estaban hablando y comprendía mi situación. Pero, al intentar recordar cosas personales como mi nombre, edad, familia, lugar de nacimiento o pasado, lo único que venía a mi cabeza era un gran dolor. En ese momento pensé: "Estoy secuestrada, tengo que salir de aquí". ¿Sabes algo? La puerta estaba abierta; no había esposas en mis muñecas o lazos que me amarraran, pero aun así no podía salir. Intenté levantarme, pero un horrible dolor en mi abdomen y zona pélvica me lo impidió, y los muy imbéciles se reían y burlaban de mi estado. En ese entonces, me acuerdo perfectamente de haber mirado a una pequeña ventana que había en lo más alto de la pared. Vi que estaba amaneciendo y decidí hacerle caso a la inscripción. Decidí olvidar todo y perderlo todo sin intentar nunca más recuperarlo.
—Haneul...
—Pasaron algunos días parecidos al infierno después de eso y llegó una chica. Ella parecía mayor que yo y no paraba de llorar. Me comenzó a contar toda su vida y cómo había llegado a aquel lugar. Al parecer, un tipo la había engañado por medio de Internet y, cuando se dio cuenta, ya él la había traído. Me contó que era psicóloga y me habló sobre su familia y cuánto la extrañaba. Pero, cuando ella terminó, me miró como queriendo que yo también le contara todo. Le dije que no recordaba nada y le conté lo poco que sabía. Ella me explicó que era muy probable que tuviera una amnesia por todo el trauma que había vivido, como si se tratara de un mecanismo de defensa de mi cuerpo. Un día, ella volvió con una sonrisa y me dijo que había logrado ver los papeles de uno de los hombres. Me dijo que mi nombre era Choi Haneul, que era de este país y me dijo que tenía 19. Ella probablemente estaba más feliz que yo. Sin embargo, un día se la llevaron y nunca más la volví a ver. Después de eso, también me llevaron a mí y me dijeron que alguien me había comprado —soltó una pequeña risa—. Me presentaron a aquel asqueroso ebrio como si me tratase de un tributo, y él me trató como si fuera un sacrificio para él. En algún punto, no sé en cuál, simplemente me dejó de importar lo que hicieran conmigo. Me dejé de quejar del dolor y simplemente me resigné, hasta el momento en que te conocí. Cuando conocí a ustedes y tuve el tiempo de poder pensar en mí tranquilamente, pensé que quería en algún momento convertirme en lo que esa chica significó para mí. Quería que las personas pudieran soltar su dolor conmigo y yo poder brindarles la empatía que tanto necesitan. Por eso escogí la psicología.
Junmyeon estaba procesando todo lo que Haneul le acababa de contar. Estaba un poco confundido, pero agradecido de que ella hubiera soltado todo eso.
—¿Y ahora? —preguntó el líder—. ¿Cómo te sientes en estos momentos?
—Cuando llegué contigo, pensé que iba a ser el mismo sufrimiento pero con otras personas. Sin embargo, rápidamente me demostraron que no era así y me sentí tan feliz y acogida como nunca antes me había sentido. Aun así, no fue nada fácil acostumbrarme. Todavía tengo pesadillas y me siento ansiosa de que vuelva a lo mismo. —Soltó un suspiro—. En estos momentos estoy feliz de poder ser tu guardiana —dijo riéndose.
—Quería negarme a que fueras mi guardiana, pero al parecer eres mucho más fuerte que yo —se rió Junmyeon.
—Me encantó poder hablar contigo así y poder conocerte más.
—Te agradezco, Haneul, realmente lo necesitaba.
—¿Y qué vas a hacer con tu relación?
—Supongo que ya veremos qué pasa. No sé si desarrollaremos sentimientos o no, mínimo deberemos durar un año en esto.
Una sensación extraña invadió a Haneul al escuchar eso.
—Por ahora ve a dormir, ya es tarde.
—Está bien, que descanses.
Finalmente, Haneul se dirigió a su habitación y se tiró en su cama tras cerrar la puerta.
—¿Qué es este sentimiento?
En la cabeza de Haneul se repetían una y otra vez las palabras del líder: "Supongo que ya veremos qué pasa. No sé si desarrollaremos sentimientos o no, mínimo deberemos durar un año en esto".
¿Desarrollar sentimientos? ¿Un año?
Todos se habían ido muy temprano en la mañana para su comeback, así que Haneul no sabía por qué el timbre no paraba de sonar. Se dijo a sí misma que quien quiera que estaba allí se iría después de timbrar una vez o dos veces, pero ya llevaban más de ocho.
El sonido de aquel timbre ya había desesperado a Haneul. Así que decidió ir a ver quién era.
Se puso un tapabocas y abrió la puerta aún con el seguro de la cadena puesto.
Se arrepintió al instante.
Alguien, cualquier persona, cualquiera... ¿Podría explicarle a Haneul por qué Joohyun estaba allí?
—¿Quién eres tú?
ESTÁS LEYENDO
Vivo solo para ti ~ Kim Junmyeon
FanfictionAhora simplemente estoy aquí, mirándolo a los ojos y buscando que respuesta quiere oír. - Dime ¿Qué quieres tú de mi?