―No sabía que Namjoon hyung y Seokjin hyung eran gays ―dijo Taehyung esa noche. Sus palabras rompiendo el silencio y ondeando tranquilamente en medio de la oscuridad. Al otro lado de la habitación, donde Hoseok permanecía ocupando la cama de Namjoon, escuchó el casi imperceptible movimiento de sus sábanas al deslizarse.
―Namjoon cree que la sexualidad es fluida ―explicó Hoseok, apenas alzando la voz―. Y Seokjin hyung... sospecho que a él sólo le gusta Namjoon y ya.
Mordiendo su labio inferior, cuestionó: ―¿Y tú, hyung?
―¿Yo qué?
―¿Te gusta alguien?
Una larga pausa siguió antes de que Hoseok dijera, con claro recelo en su voz: ―Quizás. De todas formas, ¿por qué lo preguntas?
Girándose hacia su costado, observó a duras penas la forma del cuerpo de Hoseok sobre la cama de Namjoon. ―Pura curiosidad ―respondió con cautela―. Yo... me he estado preguntando...
El crujir del colchón y el sonido de las sábanas al deslizarse fue todo lo que tuvo que escuchar para imaginar a Hoseok regresándole la mirada en medio de la oscuridad.
―¿Qué te has estado preguntando? ―susurró él, alentándolo a continuar.
Taehyung se aclaró la garganta. Esa conversación se estaba haciendo peligrosa. Tan peligrosa y horrible como debía ser el esperar sentado el choque de dos trenes. ―Quizás... quizás a mí también podrían gustarme los hombres ―soltó, sintiendo cómo se volvía púrpura de la vergüenza. Dios, hasta sus pies se sentían calientes. Inhalando con fuerza, siguió hablando antes de terminar acobardándose como gallina―. No lo sé... Digo, no estoy totalmente seguro de ello. ¿Cómo uno puede saberlo? ¿Cómo se descubre? Acaso... ¿te gustó un chico? ¿Antes de darte cuenta?
Estaba temblando. Encogiéndose en su lugar, mordió su labio inferior y alcanzó una de sus almohadas, apretándola con fuerza contra su pecho. Su corazón latía con violencia y casi se sentía desfallecer.
Sin embargo, un largo silencio siguió, y Taehyung empezó a preguntarse si acaso Hoseok se había quedado dormido cuando, de repente, su suave y comedida voz vibró a través de la oscuridad. ―Cuando era más joven encontré a ambos, hombres y mujeres, atractivos ―Una pausa. El ligero movimiento de las sábanas fue el único sonido que se escuchó por un par de segundos―. Cuando estaba en la escuela hubo un chico. Éramos compañeros de mesa. Él era inteligente, lindo y divertido. En ese entonces habían muchísimas chicas hermosas a mi alrededor, pero todo en lo que podía pensar durante las clases era en cómo "accidentalmente" tocar su rodilla con la mía. Y... supongo que ahí fue cuando me di cuenta de que mis preferencias no eran... las mismas que las de los demás ―Otra pausa―. ¿Por qué crees que podrían gustarte los hombres?
Lamió su labio inferior, ansioso. ―Hay un chico ―dijo lentamente―. Él es inteligente, y guapo, y divertido... Y me hace feliz. Y a pesar de que tenemos a miles de fans que nos aman, lo único en lo que puedo pensar cuando estoy en el escenario es en cómo podría impresionarlo a él.
―Wow ―dijo Hoseok, su voz sonando, extrañamente, más aguda de lo normal―. ¿Quién es el afortunado?
«¡Tú!» gritaba su cerebro. ―Alguien ―Fue lo que terminó diciendo.
―¿Es de la escuela?
―Quizás ―murmuró, moviendo sus manos y pies de forma nerviosa. Para ese entonces el único sonido que se escuchaba era el de la calefacción silbando suavemente de fondo.
―¿Él... él también gusta de ti? ―preguntó Hoseok despacio.
―No lo sé ―Y suspiró, agregando tentativamente: ―. Pero sé que es gay.
