Julio 2017
―¿Qué? ―alcanzó a balbucear Taehyung, completamente pasmado.
Lo que también podía traducirse a: «No puedes estar hablando en serio».
Jimin rió por lo bajo, Jungkook silbó largo y tendido, y Hoseok lo miró, luciendo totalmente orgulloso, brillante y excitado.
Taehyung, por otro lado, seguía estupefacto. No estaba listo. Él ni siquiera era parte de la línea de baile, y su canto no era el mejor. Imaginarse a sí mismo subiendo al escenario y tomando un lugar al frente, en el centro, y completamente solo, le ponía los nervios de punta. ¿Y si olvidaba los pasos de baile? ¿Y si olvidaba sus líneas? No había manera de ocultar sus errores si nadie más lo acompañaba.
―No puedo hacerlo ―tartamudeó―. Mis habilidades... Sin los miembros no puedo. Hyung, por favor. No quiero hacerlo.
Sonaba como un niño malcriado, pensó, desviando la vista al largo espejo que cubría una de las paredes de la sala de baile. Poco a poco se fijó en las expresiones de cada uno de los miembros, hasta llegar a Sungdeuk, quien seguía observándolo con rostro serio. De fondo, se podía escuchar la tonada de DNA.
―Por supuesto que puedes hacerlo, Tae ―aseguró Hoseok, dando un paso hacia él.
―Yo... ―se pausó, y respiró hondo y lento, girando su cuerpo hacia él―. No lo creo, hyung-
―Tu baile ha mejorado muchísimo ―replicó Hoseok veloz―. Lo harás genial.
―Y ARMY te ama ―agregó Jimin.
―Además, también eres guapo ―siguió Jungkook.
―Vale, entiendo. Paren con eso ―A esas alturas Taehyung estaba completamente avergonzado por toda la atención y gentiles palabras de los demás.
Sungdeuk, quien no había hablado en todo ese rato, aplaudió, sonriendo por primera vez. ―Excelente entonces ―declaró, claramente malinterpretando sus palabras.
―No, hyung, espera- ―empezó, pero Sungdeuk ya se había puesto en posición y estaba mostrándole la coreografía para el primer verso. Taehyung pensó que era estúpido y poco profesional el seguir negándose, por lo que se resignó a su destino de mala gana.
La coreografía no era difícil, pero de alguna extraña manera terminó batallando durante todo el día por aprenderse los pasos y hacerlos suyos. Mayormente, porque no podía dejar de pensar en que técnicamente su actuación sería la apertura para el siguiente concierto. Completamente solo. Era algo grande, difícil de digerir.
El resto de la práctica pasó en un santiamén, como era habitual, y al final de ella Taehyung se sentía estuporoso. Era la hora de cenar, pero estaba tan lleno de ansiedad e inquietud, que no podía imaginarse a sí mismo consumiendo algo.
―Iré al río Han ―anunció Hoseok de repente, llamando la atención de todos―. ¿Quieren acompañarme?
―¿Estás molesto o qué? ―cuestionó Seokjin, aún tirado sobre el suelo y respirando con agitación―. Me estoy muriendo de hambre.
―Es por mi Mixtape ―respondió Hoseok, pasándose una mano por el cabello―. Necesito aclarar mi mente. Algo de aire fresco.
Jimin, sentado sobre uno de los muebles y con el teléfono entre sus manos, negó. ―Quizás otro día, hyung ―dijo, antes de que su estómago sonara fuerte y claro.
Los demás también parecían reacios a moverse de su lugar, e incluso Yoongi gruñó algo que sonaba como un no.
Antes de darse cuenta, Taehyung ya se estaba levantando del suelo, atrayendo la atención de Hoseok.
―Yo te acompaño, hyung ―se oyó a sí mismo decir, y Hoseok le dedicó LA sonrisa. Por un momento se sintió desfallecer, y tuvo que apoyarse sobre el espejo. Seguro estaba deshidratado.
Con eso en mente, agarró la botella de agua que descansaba sobre uno de los estantes y bebió un largo sorbo de agua, siguiendo a Hoseok fuera de la sala de baile.