Enero 2017
―Necesitamos hablar ―dijo Namjoon desde algún lugar detrás de él.
―Espera, hyung ―respondió, totalmente absorto en la pantalla frente a él. Estaba muy cerca de ganar la partida y no podía permitirse el hablar o podría arruinar completamente su oportunidad de estar en la cima de la tabla. Algo totalmente inaceptable.
Namjoon, siendo el líder comprensivo que era, esperó, y Taehyung casi pudo haberle agradecido sino hubiese sido porque segundos después caía en batalla, perdiendo de la forma más estúpida posible. Molesto, golpeó la pata de la mesa y «¡Ouch, mierda"», inmediatamente se arrepintió. La pata de la mesa era afilada y dura, lo que la hacía absolutamente terrible como objetivo para descargar su ira.
―¿Qué? ―preguntó en un siseo, aún molesto y adolorido, a un Namjoon que no dejaba de contemplarlo.
―¿Qué está sucediendo entre tú y Hoseok? ―cuestionó Namjoon.
―¿Qué? ―repitió, y en algún lugar de su mente pensó que sonaba como una grabadora rota.
Namjoon lo miraba intensamente, de una manera que, Taehyung estaba completamente seguro, sólo era reservada para sus Mixtapes y, quizás, para Seokjin.
―Sé que tú y Hoseok solían dormir juntos ―dijo Namjoon, y su boca se abrió, pero el mayor no lo dejó hablar: ―. Y también sé que Hoseok estuvo, por casi dos meses, durmiendo prácticamente todas las noches en el sofá de la sala. Yo mismo lo vi ―aseguró―. Y sé que no es asunto mío, pero... en realidad sí lo es. Como el líder de este grupo. Y ya sabes, Taehyung, no tengo nada en contra de lo de ustedes dos, amor es amor. Pero... ―Con el estómago hundido, Taehyung dedujo a dónde iba esa conversación―. ¿Acaso ustedes dos... ―Namjoon carraspeó, incómodo― rompieron?
Cerró la boca. Luego la abrió, pero antes de que pudiese formular una sola palabra, Namjoon siguió hablando, apresurado.
―Por eso te dije que compartieras la habitación conmigo. No podía dejar a Hoseok durmiendo en el sofá por siempre. Lo que sea que esté pasando entres ustedes dos, arréglenlo. No podemos dejar que esta situación nos aleje, ¿de acuerdo?
Finalmente, Taehyung pudo lograr que su lengua formara sílabas.
―Nosotros no lo hacemos ―dijo bruscamente, las palabras chocando entre sí―. No dormimos juntos.
―Oh ―Namjoon lucía confundido―. Sí, bueno, ya sé eso. Sólo... hagan las paces, o-
―No ―cortó―. No lo entiendes. Hoseok y yo no estamos juntos. No del todo. Nunca hemos estado juntos. Y ahora ni siquiera dormimos en la misma cama o en la misma habitación y... y... ―E inexplicablemente, estalló en lágrimas.
―Oh ―soltó Namjoon―. Oh, Tae. ¿Por qué estás-? Espera un minuto, sólo déjame... ―Y sin terminar lo que estaba diciendo, salió rápidamente de la habitación, golpeando la puerta en el proceso para luego golpear otra, unos segundos después.
A lo lejos escuchó una conversación distorsionada y el sonido de alguien tropezando y cayendo contra el suelo. Taehyung se obligó a calmarse y secó sus lágrimas con las mangas de su camisa. Era estúpido llorar por algo tan tonto como la cama de Hoseok y el ya no poder dormir con él, lo sabía, pero... pero los cambios lo volvían un lío, y extrañaba a su familia, y la agradable sensación de tener a alguien para abrazar cuando dormía... Y extrañaba a Hoseok.
―Tae ―Jimin apareció bajo el marco de la puerta de su habitación, luciendo preocupado―. ¿Qué sucede?
Negó con la cabeza y frunció el ceño hacia el teclado de su computadora, poco dispuesto a hablar.
