Abril 2017
Estaban en Hawaii. Hacía calor, morían del aburrimiento y a la mañana siguiente sus actividades oficiales iniciarían después del mediodía, así que...
―¡Vamos! ¡A! ¡Emborracharnos! ―cantaba alegremente Seokjin, totalmente ebrio. De hecho, todos estaban borrachos, y era hilarante. Taehyung no podía dejar de reír, aunque había algo que lo estaba empezando a irritar. Tenía rato sentado sobre alguien, y ese alguien no dejaba de moverse bajo él.
Ladeando la cabeza, abrió la boca con el «Detén eso» en la punta de su lengua, cuando se dio cuenta que era Hoseok sobre quién estaba sentado. Hoseok, el que no había dejado de reír y palmear el brazo del sofá durante toda la velada, con su piel irradiando luces doradas y luciendo simplemente hermoso. De repente, su boca dejó de funcionar.
―Aloha ―dijo Namjoon en medio del caos, y Taehyung aprovechó el momento para cerrar su boca, la cual, quizás, había permanecido abierta por más tiempo del debido―. ¡Aloha! ―repitió Namjoon, para diversión de todos―. ¿Ven? Mientras más lo digo, más gracioso suena.
Cerca de él, Jimin y Jungkook estaban sobre el suelo, rodando de un lado al otro sobre sus estómagos mientras reían histéricamente por algo que Yoongi había dicho. La baraja de cartas con la que habían estado jugando yacía sobre la mesa, desordenada, triste, sola y completamente olvidada.
De la nada, Yoongi le lanzó un plátano a medio comer a Namjoon, quien volvía a repetir el mismo chiste por 1374174 vez. ―¿Qué eres? ¿Una grabadora?
Jimin y Jungkook tosieron de forma descontroladada, con lágrimas de diversión inundando sus ojos, y Hoseok rió con afecto mientras Seokjin agregaba: ―Quizás rompió la grabadora ―Y su comentario le pareció tan ridículamente chistoso, que carcajeó hasta quedar sin aliento, con lágrimas deslizándose por sus mejillas.
―Necesito oxígeno ―Le dijo a Hoseok en un jadeo, perdiéndose en su sonrisa y en esa afectuosa mirada que tanto amaba. Su cuerpo era cálido y suave bajo él, pensó, como una gran... gran almohada caliente, con el tipo de forma y tecnología que podía adaptarse perfectamente a su cuerpo. Y aunque estaba ligeramente sudado gracias al calor y la humedad de Hawaii, se sentía tan libre y relajado que la incomodidad nunca lo asaltó, ni siquiera por el hecho de tener la parte trasera de sus muslos totalmente pegadas a la piel de Hoseok.
―Uh. ¿Quizás debería ayudarte con un poco de RCP? ―cuestionó Hoseok, guiñándole un ojo como el borracho coqueto que usualmente era, y Taehyung tuvo que preguntarse si acaso Hoseok se había convertido en la única cosa que mantenía su mundo bajo control cuando todo empezó a temblar bajo su alegre risa. ¿O quizás era porque estaba sentado sobre su regazo y podía sentir cada roce y movimiento...? El simple pensamiento lo hizo sentir osado de una manera completamente nueva y emocionante.
―Quizás... ―respondió ronco, acomodándose sobre la falda de Hoseok hasta quedar sentado de lado, con una mejor vista. Y quizás era la forma en la que Hoseok lo miraba, todo brillante y maravilloso; o la forma en la que el aire alrededor de ellos se volvió cálido y húmedo; o a lo mejor era el alcohol en su sistema, haciendo a un lado sus inhibiciones. Como fuera, se sentía aventurero y despreocupado. Lo suficiente como para balancear sus caderas de forma tentativa, inocente, y Hoseok le ofreció una expresión indescifrable, totalmente ajena a su usualmente elocuente rostro.
Taehyung volvió a mover sus caderas de forma sinuosa, totalmente lleno de Hoseok, de su oscura mirada y de su ahora repentina mano, anclándose alrededor de su cintura, empujándolo hacia su cuerpo como si estuviese a punto de caer.
―...Y le pregunté: ¿qué estás haciendo? y él me dijo que estaba jugando, por lo que pensé, ya saben, que estaba jugando algún videojuego, como siempre. Pero cuando entré a la habitación, preparándome para lo peor, él simplemente estaba tocando el piano ―terminó de contar Namjoon, y Taehyung se dio cuenta, tardíamente, que estaba hablando de él por la forma en la que todos se lo había quedado mirando.