"¿Quieres quedarte a dormir?"
Esa pregunta lo puso un tanto nervioso, el albino tomó su gorra verde y la acomodó para fingir que lo estaba pensando. Pero tenía su respuesta fija, obviamente quería pasar más tiempo con esos ojos púrpura.
"Claro, compañero."
Se acomodó de vuelta en el sillón, mientras veía al pelinegro acercarse a el para ver a lo que el interpretaba, una telenovela de calidad.•
Oh, wow, tardó más de lo que pensó. Ya habían pasado casi dos horas desde que el vino a casa de Samuel. Hablando de este, cuando lo volteó a ver, estaba dormido.
Aunque estaba babeando con la boca abierta, el veía la perfección en una de sus mejores facetas.
Pero, luego, la verdad golpeó su mente como una ola agresiva. De Luque no lo amaba como el lo hacía, no lo deseaba.
El vio como todo lo que estaba a su vista empezaba a tornarse borroso, y sentía triste agua correr por sus mejillas. Diablos. Estaba llorando.
Solo se quedó ahí, sentado frente a su primer amor, quién solo le rompía el corazón con cada palabra con la cual mencionaba a Rubén.
Rubén. El chico albino, híbrido oso-humano, alegre y gracioso. Era obvio que en algún momento capturaria la atención del de ojos morados. ¿Quién le diría que no a esos perfectos ojos? El chico era la perfección misma, era igual de hermoso que Samuel, igual de sofisticado. Sus ojos eran lo más bello que habrá visto en toda su vida.
Oh, no. Oh, no. Oh, no.
El también estaba cayendo frente a el oso. No, no podía aceptarse eso.
Tomó el teléfono de el pelinegro y fue hacia el chat que tenía con Doblas, repleto de mensajes, no le sorprende, era igual al que tenían ellos dos.
Quizá si esos dos chicos estaban en una relación, cortaría todo sentimiento por los dos- Samuel, solo Samuel.
Le mensajeo con los primeros apodos que recordaba haber escuchado de la boca de Vegetta a la hora de llamar a Rubén. Necesitaba sonar desesperado.
•
Después de unos segundos de mandar eso, el oso finalmente le respondió. Antes de preguntar lo que planeaba hacer, solo miró a su amigo. ¿Estaría el satisfecho con eso? ¿Cómo lo tomaría?
Pero...Vio esos hermosos ojos púrpura y recordó esas perlas color menta. Era un paraíso estar junto a ellos.
Después de todo, cuando un hombre prueba el paraíso, solo quiere más.
Decidió ir al grano, le preguntó si quería irse a casa de Samuel para quedarse a dormir con ellos, obviamente el detalle de su presencia, Rubén no lo sabía.
Cuando recibió una respuesta positiva en cuestión de minutos, sonrió levemente mientras se sentía bien consigo mismo, de alguna manera.
Tal vez tener dos pares de ojos consigo no sería tan malo.
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"τнοѕє єγєѕ" ɾմաíցҽԵԵα [KARMALAND]
RomanceSabían compartir. Se habían enamorado. Todo encaja, ¿no?