Ella está conmigo © - TERMINADA

Capítulo XXII

Una foto donde estoy con Chris

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Los envidiosos dirán que es un edit :v

C A P Í T U L O    2  2

Sebastian y yo pasamos el sábado juntos, pasando el rato y holgazaneando por mi casa.

Mi madre llega a casa poco después de que él se despierta, pero en realidad no dice nada. Es prácticamente la hora del almuerzo y habíamos limpiado para que no pareciera que Sebastian durmió aquí. Habla un poco antes de irse a la cama, ya que acaba de salir del trabajo, pero no la extraño cuando le da al chico la mirada de "Te estoy mirando".

Cuando se va más tarde, esa noche mi madre baja y me da la charla.

—Sé que no estoy en casa con tanta frecuencia, Scarlett —dice ella—. Pero tengo que poder confiar en ti.

—Puedes confiar en mí —argumento.

—No estoy tan segura: fiestas y quedarse hasta tarde estudiando. Todo parece terriblemente como tu vida antes de que estuviéramos en King City. Ella me mira, sus ojos duros—. No puedo moverme de nuevo. No puedo pasar por eso una vez más.

—Estoy teniendo cuidado —le digo—. Lo estoy, sinceramente, pero ser una chica normal también es una forma de mezclarse. Sería tan extraño si me escondiera en la esquina y no hablara con nadie.

Nuestra versión de la charla no tiene nada que ver con el sexo y tiene que ver con que mi madre me culpe por el estado de nuestras vidas. Se apoya en este argumento cada vez que ve que me estoy acercando a alguien en una nueva ciudad. Sebastian es técnicamente el primer amigo que conoce desde que nos mudamos aquí, así que creo que siente que tiene que decirlo nuevamente, pero lo modifica para que sea más adecuado para los chicos.

—Haz tu mejor comportamiento, sin problemas, sin conversaciones secretas, no dejes entrar a nadie: tú eres Scarlett Johansson, no puedes olvidarlo.

Es el mismo discurso, una y otra vez.

—Una parte de mí se da cuenta de que no puedes ser quien eres, así que me alegro de que te estés divirtiendo, disfrutando de tu vida, pero...

—Lo sé, mamá, lo sé. No puedo acercarme a nadie. Lo sé.

La cara de mi madre ha envejecido desproporcionadamente a su edad: la tensión del último año que pesaba sobre ella, haciendo que las patas de gallo aparecieran junto a sus ojos, y las bolsas debajo de sus ojos nunca parecen desaparecer. Verla así me hace sentir horrible, y a medida que continúa acerca de cómo no puedo confiar en Sebastian, incluso si es solo un amigo, incluso si tiene la cara de un ángel y el cuerpo de un modelo de Calvin Klein, no puede ser él, y ella es la única en la que realmente puedo confiar.