∆ Evansson
Historia original:
~She's with me.
ADVERTENCIA: Esta historia contiene lenguaje fuerte.
ACLARACIÓN: Esta historia no es mía, es una adaptación.
Espero que lo disfruten.
Srta. Maddie 💖
N° 1 : Evansson - 08/08/19
N° 1 : Scarjo - 04/10/19
N...
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C A P Í T U L O 2 4
Después de estacionar cerca de la parte de atrás del estacionamiento, me dirijo hacia la escuela justo a tiempo para ver a Chris entrar.
—¡Chris! —digo para llamar su atención mientras sale de su hermoso Challenger— Hola, sobre el viernes por la noche.
Se apoya contra su auto y toma la postura ahora familiar: brazos cruzados, ojos intensos: —¿Qué pasa con eso?
—Es solo que sabes que... ¿podrías...?
—¿En serio crees que tienes que preguntar?
—¿Perdón?
—¿No ibas a pedirme que me callara sobre lo del viernes?
—¿Tal vez?
Da una risita baja y sin humor y se endereza desde donde estaba apoyado en el auto: —¿Realmente crees que tienes que pedirme que guarde tu secreto?
—Bueno, quiero decir, pensé que no lo guardarías, pero es un poco importante, y quería asegurarme.
—¿Realmente pensaste que se lo diría a la gente? Dios, Scarlett, debería conseguirte un trampolín ya que te encanta sacar conclusiones precipitadas.
—¿Quién eres y qué has hecho con Chris Evans? —me río.
—¿Qué? —él sonríe.
—No sabía que estaba familiarizado con el arte de las burlas —le digo.
No puedo creer cuánto me ha abierto en tan poco tiempo. Si hace unos días me dijeras que Chris Evans bromeaba conmigo, te habría preguntado de qué institución mental escapaste.
Es cauteloso: mantiene sus emociones encerradas y solo deja que la gente vea su ira, aburrimiento o indiferencia. Pero se abrió a mí, me habló de su mamá y su papá, y ahora está bromeando conmigo. Conozco al verdadero Chris Evans, no el duro imbécil que quiere que todos crean que es, y me gusta.
—Ser un gilipollas intimidante todo el tiempo se vuelve aburrido. A veces me gusta darle sabor —bromea.
Me río de nuevo antes de detenerme y mirarlo con asombro. Chris me está dando una sonrisa real y completa. Es una sonrisa. No es una burla. Pero una sonrisa real, plena y feliz. Mi corazón late más rápido cuando me doy cuenta de que está dirigido a mí. Y es lo más hermoso que he visto.
Se da cuenta de que lo estoy mirando y levanta una ceja, con el rastro de su sonrisa todavía en su rostro: —¿Qué?
—Nada. Es solo que nunca te había visto sonreír así antes —le digo honestamente, agregando en voz baja—. Deberías hacerlo más a menudo.
Cualquier rastro de su sonrisa desaparece, y él aparta la vista de mí y se dirige hacia el estacionamiento: —Creo que no tengo mucho de qué sonreír.
