6 - INJUSTICE

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Las lluvias del verano habían rebasado las estadísticas del pronóstico de aquella mañana, las gotas se escuchaban como una pequeña y delicada marimba que sonaba entre semi corcheas que hacían eco en las avenidas. Caminar por la ciudad no le agradaba del todo, para él, la conglomeración reflejaba máscaras de traición e hipocresía de una sociedad que era gobernada por leyes tan diferentes a las de su mundo. Sin abrir la boca, parecía que sus pensamientos y su sentir eran escuchados, pues la gente tomaba distancia al pasar cerca de él. Con recelo, unos cuantos volteaban a verle para después rechazarlo con la mirada, cosa que prefería ignorar para no sentirse más ansioso de lo que ya estaba. Decidió bajar su paraguas negro para que cubriera sus ojos; un alma rota que no quería ser descubierta con facilidad por miedo a ser tratado como débil.

Se enfocaba en su búsqueda aunque probablemente ya era demasiado tarde para tener frutos, pues habían pasado varios meses desde que tuvo aquel encuentro con la castaña por la noche de Navidad.

La suave brisa besaba su pálido rostro, haciendo que este se tornara de un ligero color rosa en las mejillas y la punta de su nariz. <<Soy tan débil que pescaré un resfriado>>, <<no sé qué es realmente lo que hago aquí... >>.

De pronto, divisó en un callejón a una mujer de aproximadamente cincuenta años que forcejeaba con un sujeto , increíblemente la gente que iba pasando cerca del lugar, iba perdida en su mundo así que nadie se dio a la tarea de ayudarla.
Asombrado, se detuvo inmediatamente, la multitud chocó con él hasta llegar a un punto en el que una persona chocó bruscamente su sombrilla contra la de él, haciendo que las fuertes ventiscas la volaran.

-¡Fíjate en dónde te paras, imbécil! -gritaba furioso quién había chocado.

Sin pensarlo, corrió instintivamente hasta donde se encontraba la mujer. Al llegar a aquella calle, se encontró de espaldas al asaltante, quien ya la había golpeado varias veces y estaba predispuesto a robarle tanto la bolsa como la joyería de la que ella se aferraba.

-¡Déjale en paz! -gritó agitado después de haberle empujado para llamar su atención.
El sujeto sin pensarlo, arrancó de una de sus orejas una arracada de oro, provocándole un sangrado a la mujer en su lóbulo izquierdo. Aterrorizada, gritó en un mar de llanto, temblaba y estaba en shock, presionó su herida con sus manos y agachó su rostro llena de dolor.

-¿Y tú quién te crees, pequeñajo? -cuestionaba fulminante al voltearse.

-T-te he dicho que la sueltes -insistía el albino de ojos azul ártico con una mirada fija al sentirse inseguro de lo que estaba haciendo. Le rebató rápidamente la bolsa, cosa que provocó que esta se abriera y los objetos cayeran al piso.

-¡Bastardo malnacido! ¿Qué hiciste? ¡me las vas a pagar! -gritaba nervioso al sentir que no había tiempo para recoger todo, pues otras personas ya se habían dado cuenta de lo ocurrido y prontamente llamarían a la policía. Con fuerza y sin previo aviso, golpeó el rostro del chico, tirándole al piso entre los charcos de la lluvia para posteriormente huir. Llevó su mano hacia la nariz, sentía mucho dolor, cerró sus ojos fuerte y volvió a abrirlos para reincorporarse en sí mismo.

-¿S-se encuentra bien? - preguntaba Ray a la señora que seguía llorando después de haberse hincado cerca de él-y-ya se ha ido, permítame ayudar...

No pudo continuar con la oración, sintió que alguien le había jalado agresivamente de la ropa por la espalda.

-¡Alto ahí, deja de molestar a esta mujer! -se escuchó una voz grave -, estás detenido.
-Oficial, yo vi desde lejos que hubo un alboroto por ahí -se escuchaban los murmullos. - Seguramente ha querido robarle, qué sinvergüenza.

ESP -MYSTIC MESSENGER -Je te promets! (Te prometo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora