5 - CRAVE YOU

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Durante aquella tranquila noche, el pelirrojo no podía dormir a causa de los sentimientos que ignoraba cuando se encontraba trabajando o haciendo cualquier otra cosa. Se sentía contento por la situación, una increíble tarde llena de risas y ocurrencias, al mismo tiempo, su alma estaba nerviosa por no saber si era una buena idea que todos estuvieran en casa, le preocupaba que Vanderwood llegara de nuevo e hiciera un escándalo. Rodó de un lado a otro por un par de horas al costado de Yoosung, quien yacía dormido como piedra, una leve risita de ternura brotó cuando observó que el más pequeño de los integrantes babeaba e invadía bruscamente el espacio de Zen con su brazo y pierna, quien dormía plácidamente y sin darse cuenta del golpe en el otro extremo de la colchoneta.

Cerró los ojos, suspiró profundamente y complacido, empezó a conciliar el sueño. Su cuerpo se exaltó de repente, sintió escalofríos así que se sentó rápidamente. Analizó la situación, observó cómo todos se encontraban en la sala, parecía que habían bebido demasiado de la reserva de Jumin. La embriagante luz naranja de las lucecitas que había traído Jaehee alumbraba suavemente la habitación, la sensación era mágica; se podía ver la silueta de Yoosung y Zen que seguían en el mismo lugar. A Jumin, quien no lo había percibido hace un momento, se encontraba acostado en el sofá, su camisa blanca con finas rayas negras estaba levemente desabotonada y se cubría el pecho con su saco negro. Jaehee se había quedado profundamente dormida y sentada en otro sillón, apoyando incómodamente su cabeza en la codera, cosa que le extrañó, pues creía que se iría a dormir al cuarto para no compartir lugar con los chicos.

La melancolía inundó sus ojos, creía que esa escena era un momento que no se merecía pero que el cielo le había obsequiado, deseó intensamente que su hermano estuviera para completar su sueño, sentía que su vida estaba realizada, pero además de su gemelo faltaba alguien más.

Inmediatamente se preguntó en dónde se encontraba la castaña, ¿se habría ido?, pensaba nerviosamente. Buscó su teléfono entre las sábanas para llamarle, infortunadamente no lo encontró. Enfadado, gruñó entre dientes y se dirigió a su cuarto. Somnoliento, abrió la puerta, la cual estaba emparejada, no pudo divisar a detalle lo que había dentro, así que al tanteo, recordó el camino que siempre tomaba para acostarse. Al sentir los bordes de la cama con sus rodillas, se flexionó levemente y apoyó las manos en las sábanas. Palmó la superficie un tanto brusco hasta topar con una sensación cálida, se detuvo para adivinar qué era, sintió la respiración dulce a través del diafragma de la castaña.

Azorado, retiró a toda prisa su mano, hizo un ruido fuerte de asombro y cubrió su boca con sus manos. Esperando no haber despertado a MC, se estuvo quieto por unos minutos, escuchó cómo la chica se acomodaba de lado. Él se dejó llevar y se hincó para acariciar su cabello, después, acomodó sus mechones dejando al descubierto su rostro. Temeroso, se acercó lentamente a su oído, podía escuchar cómo su propio corazón palpitaba a mil por hora.

-Déjame decirte mi excusa por estar aquí cerca de tu oído... antes que nada, discúlpame por venir aquí, no era consciente de que estabas en mi habitación, creía que estaba sólo. A decir verdad, deseaba con todo mi corazón que estuvieras en la misma casa que yo y estoy tan alegre de poder verte dormida - confesaba enternecido -. Justamente venía a buscar mi teléfono que había olvidado aquí, porque quería llamarte para ir a buscarte pero me alivia el saber que no te has ido.

Súbitamente, sintió el delicado tacto de una pequeña y tibia palma posada en su mejilla.

-¿Encontraste lo que perdiste? -curioseaba entre susurros la voz apacible de quien yacía en la pieza.

-Y-yo, lo siento... no fue mi intención despertarte - le aclaraba titubeando, pues estaban a unos escasos centímetros, sintiendo la respiración mutua -, realmente buscaba mi teléfono para saber en dónde estabas, lo juro. Perdona mi atrev...

-Shh -interrumpió al tocar con su dedo índice sus labios -, yo también estaba buscando algo.

-Oh, también se te perdió algo... ¿qué es? - preguntaba intrigado en voz baja.

-Sí, pero no quiero decirte -musitó.

-¿Por qué? -replicaba en suspenso.

-Porque... -no prosiguió con la oración.

Valerosa, tomó con ambas manos el rostro del pelirrojo y deshizo lentamente los escasos centímetros entre ellos para depositarle un suave beso -, porque como ya te encontré, realmente prefiero estar así contigo-susurraba.

Atónito por la declaración, simplemente se dejó llevar. El roce de labios, fue tan tímido en un inicio... dudoso y fascinante para ambos. Probar de sus pliegues y al mismo tiempo explorar el sabor de su piel, de sus húmedos movimientos, lentos, tan lentos como el débil transcurso del tiempo que deseaban esa noche, era un deleite. Consecutivamente se elevó la necesidad de expresar su cariño, los besos suaves fueron interrumpidos por besos agitados y sin respiración.

Sin abrir los ojos, Seven sintió que la falta de aire hacía que su organismo se alterara, revolcándose en medio de un mar de adrenalina dentro de su estómago y su pecho. Las mariposas revoloteaban salvajemente, y él se aferraba por completo a lo que estaba sucediendo. Su corazón bombeaba al límite, ya no podía más. La tráquea comenzaba a cerrarse, la dificultad del oxígeno incrementó y provocó una punzada fuerte en su cabeza.

-¡Luciel!, ¡Luciel! - escuchaba unos gritos distorsionados.

-<<No, por favor, déjenme aquí, no quiero volver...>> -suplicaba en su mente.

-¡Seven...! ¿¡Qué tienes!? Despierta -insistía otra voz.

Sintió un movimiento brusco en sus hombros, alguien le llamaba con urgencia. Alterado, abrió los ojos, inhaló profundamente al ver la realidad, se sentó e intentó reincorporarse.

-¿¡Qué demonios estabas soñando!? Creímos que te estaba dando un maldito infarto -gritaba el rubio asustado -, desperté para ir al baño pero tuve que despertar a Zen porque no supe cómo reaccionar al verte jadeando por falta de aire.

-<<¿Soñando...? >>- agachó la mirada, sonrió levemente al recordar su ilusión convertida en fantasía nocturna, quería tatuar en su mente la sensación ficticia de aquel primer beso-, estaba soñando... -reía con recelo al tocar su boca.

-Ya lo sabemos pero ¿qué fue lo que te alteró? -insistía el más joven.

-Disculpa que te interrumpa ¿dónde está Jaehee? -preguntaba al observar que no estaba con ellos.

-¿Cómo que donde está? Está dormida con MC en tu cuarto. Se fue justo cinco minutos después de que acostaras a MC - decía el albino -, ¿qué te sucede? Estás extraño... no me evadas y dime, ¿qué soñaste?

-Ya veo... - musitó casi inaudible -, No pasa nada, chicos... -repuso inmediatamente el ánimo que lo caracterizaba -. ¡Fue una lo-cu-ra! Tuve un sueño de esos apocalípticos, esos que sabes que jamás van a pasar pero aún así se sienten tan reales. Como, hmmm... como si fuera el fin del mundo porque acabas de encontrar a una sirena mágica que concede deseos imposibles a cambio de tu alma... O también, Doctor Peppers humanoides que paseaban pequeños gatitos de papas fritas, yo era el rey de ese mundo, yahoo.

-¿Eh? -preguntaron al mismo tiempo confundidos por su inusual respuesta.

-La verdad, ya no recuerdo detalles -mintió -sólo sé que fue fascinante pero sólo fue eso, un sueño de esos raros que no van a pasar... -sonrió fingiendo fervor -, Bueno, a dormir, muchachos... quiero aprovechar que la noche es joven... -se despedía al exagerar sus bostezos -, y disculpen el haberlos preocupado, hasta mañana. -se dejó caer y pretendió haber quedado dormido rápidamente para no dar más explicaciones.

Nota:

La verdad es que me era imposible no hacer momentos de SevenxMC, XD de igual manera, me temo que romperé ciertos corazoncitos si queremos que la historia vaya conforme al plan, jiji, disfrútenlo.
PD: Poco a poco voy a ir corrigiendo ciertos detallitos. He estado en modo zombie. :'v

ESP -MYSTIC MESSENGER -Je te promets! (Te prometo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora