8.- FRAGMENT OF TRUE

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Exaltada por haber oído un alboroto y después ver el  cuerpo tendido en sangre como si le hubiesen robado el alma, corrió por un botiquín de primeros auxilios y después se hincó junto al platino para atenderle por lo que había sucedido, <<¿Se le habrá bajado la presión? >>, pensaba nerviosa al examinarlo. Observó su piel tersa y pálida, contrastaba con el llamativo color carmesí que había fluido de la palma de sus manos a causa de los pequeños fragmentos de vidrio que se le habían incrustado, notó que las heridas no habían sido profundas por lo que no había necesidad de hacer algún torniquete, simplemente limpió.

—<<¿O quizás se habrá mareado por la fiebre…? Rayos… mira nada más qué desastre ha sucedido en el baño>> — cavilaba al echar un vistazo rápido a la cortina rasgada, el espejo roto y a los charcos de agua y sangre que salpicaron aquel cuarto. Sintió algo de escalofríos por ver tal escenario y de fondo escuchar el ruido de la lluvia y los truenos, todo parecía haber salido de alguna película de terror, pero decidió no echar a volar su mente para no alterarse y enfocarse mejor en ayudarlo.

La respiración de Ray, quien se encontraba aún inconsciente en el suelo, era suave, se le veía tranquilo aunque sus ojos aún estaban llenos de lágrimas, le enterneció el corazón al verlo de esa manera tan frágil.

—<<Parece que ha pasado un mal tiempo… >> —meditaba preocupada al posar su mano en la frente del chico. En ese instante, se percató de un sentimiento noble hacia Ray, era extraño e inexplicable para ella, no lo conocía y lo único que sabía era que es hermano de Seven.

Por otra parte, las expresiones melancólicas del joven y el físico de los mellizos le recordaban esporádicamente la esencia de alguien en su niñez, no recordaba a ciencia cierta quién o porqué, pero esa pudo haber sido la razón principal por la cual quería ayudar a Luciel a encontrar a su gemelo, como si hubiese quedado algo inconcluso y pendiente en el pasado que realmente quería saber.

Como pudo, arrastró al albino rodeando con sus brazos el torso del joven, haciendo una que otra mueca por esfuerzo hasta su habitación, lo recostó en la cama y lo cobijó con una suave frazada, se desplomó en el colchón a un lado de él por un momento para volver a recuperar el aliento, su cabeza había dolido por la fuerza que usó a pesar de que no era tan pesado. Se levantó a calentar agua con sal de mar y luego sumergió un paño que después colocó en su frente. Preparó un pequeño itinerario mental; iría a limpiar el baño, se mentalizaría de evitar a toda costa algún pensamiento que le provocara miedo y al terminar, iba a  prepararle un poco de té, deduciendo que tardaría en despertar, pues se le veía profundamente dormido. Antes de salir de la habitación, cerró las cortinas, dejando el lugar algo oscuro, dejó la puerta semi abierta con el foco del pasillo encendido en caso de que no se preocupara si despertaba y no veía nada.

El diluvio no cesaba y desde las ventanas del departamento parecía que ya iba a anochecer cuando realmente sólo había transcurrido una hora. Un dulce aroma a limón despertó a Ray, quien aún somnoliento, sintió como si estuviera en un sueño. Abrió los ojos y sintió algo húmedo en la frente, alzó su mano y extrañado  quitó la compresa. La puso en el buró cercano al tanteo y pasó a sentarse, estiró los brazos y luego talló sus ojos pero sintió una tela áspera en las manos de la que no se había percatado antes. Fijó sus ojos en aquellas  vendas poco visibles, cosa que no entendía, volteó a los lados y se extrañó de tampoco reconocer el lugar. En un abrir y cerrar de ojos se acordó de lo que había pasado desde esa mañana y se preocupó mucho por la reacción de la joven al verlo tendido en el piso, tenía miedo de que se hubiese enojado por lo que se levantó rápidamente a buscarla por aquella rendija de luz tras la puerta.
Caminó por el corredor y pensó que había pasado mucho tiempo, no tenía noción de la hora, a fin de cuentas, brotó en él un sentimiento de abandono similar a cuando un niño pequeño despierta y no encuentra a nadie cerca de él. Al introducirse más y más a la cocina con sutiles pasitos, el olor a limón se intensificaba, cerró los ojos, se recargó al filo de una pared tratando de esconderse, luego inhaló profundamente aquel aroma que lo embelesaba, también detectó que iba acompañado del olor a comida, en ese momento divagó sobre si así era un verdadero hogar en el mundo exterior, pues se sentía acogido por esos pequeños detalles pero con temor de que lo echaran.
Al abrir los ojos, se percató de Mayuri, quien seguía de espaldas sin darse cuenta que el platino la observaba curioso y escuchaba atentamente mientras seguía cocinando un delicioso tteokbokki y tarareaba animada.

ESP -MYSTIC MESSENGER -Je te promets! (Te prometo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora