21.- LIARS

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—Doctora Kyo, aquí están los documentos.

La mujer arrebató los papeles y leyó al apoyar su mano izquierda en la cadera —. ¿! Ryu Hyun!?
¿! Pero qué tonterías son estas!? Te he dicho miles de veces que quienes deben firmar son los familiares, no amigos ni conocidos, Erika —regañaba al estar frente al quirófano —. Olvida eso por el momento, ya no hay tiempo para arreglar asuntos burocráticos, pónte el uniforme y desinféctate antes de entrar a la sala.

—¡Sí doctora!

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El sonido de los grillos, unas campanadas de alguna iglesia, el ambiente del bullicio de la gente y los carros envolvían la melancolía de la madrugada.

—Brr... Es un cubo de hielo —murmuraba — Oye, 707, saca tu asqueroso trasero de aquí. Si te enfermas no podrás trabajar.

Luciel no respondió, cubría su rostro entre sus brazos y rodillas. El castaño se bufó pero al final compadeció, suspiró y se sentó a un lado de él.

—  Hey... Con tanta fritura y bebidas raras que tragas, estoy seguro de que tu salud es igual de mala que tu responsabilidad; levántate.

Seven asintió con la cabeza, una voz quebradiza brotó de sus labios al responderle —. Es sólo que... Nunca quise que esto acabara de esta manera. Necesito que alguien me diga que esto es una mentira... Mi hermano no se estaba muriendo hace un momento, ¿verdad? Y Mayuri... Es que... ¡Demonios! De verdad no tengo la claridad de pensar por quién preocuparme primero.

—Eres tan imbécil como siempre... No te sobre exijas... No se puede planear los deslices de la vida...Deberias enfocarte en el trabajo, sigo enojado porque mantuviste contacto con gente externa a la compañia desde que eras un mococo. Si no lo haces esta vez, nos van a dar un plomazo en cualquier momento.

—Deberían exterminarme de una vez...

—Nah... Sólo intento asustarte... Desde que eras una pequeña sabandija que podía hackear con los dedos de los pies supimos que no habría otro como tú, puede que tengan piedad pero deberías irte a casa ya... No te puedes ni cuidar tu solo, menos creo que puedas cuidar de otros.

—Hmm... Es cierto... —susurraba desganado.

—Ya quita esa cara que me irrita.... Escucha, pocas veces digo esto pero; ten fe...

—Je... Algo dentro de mí dice lo mismo...

—No me gusta verte así, necesito que me vuelvas a dar ese asco de siempre, ¿podrías intentarlo? —consolaba al remolinearle el cabello —por cierto, será mejor que entremos... Tu amigo Zen se metió en una bronca.

—¿Bronca?

—Ujum... Dijo que era hermano de la chica para que la metieran a quirófano.

—¡Qué mierda! ¿Y sobre Saeran no han dicho nada? —gritó alterado al levantarse velozmente.

El castaño negó con la cabeza y después se puso de pie. Con semblante preocupado, Seven se dirigió a la cafetería, seguido por su compañero.

Corrió hasta el lugar donde se encontraba Zen. En eso, su mirada se desvió como imán hacia un par de enfermeros y el médico que había atendido a su hermano. Llevaban una camilla con un cuerpo tapado hasta la cabeza. Histérico se dio la media vuelta y corrió hasta empujar a uno de ellos. Impulsivamente rasgó la tela que cubría el cuerpo y fue ahí cuando sus sentidos se congelaron.

El cuerpo pálido de su hermano yacía como si estuviera dormido. Su brazo derecho resbaló al momento en el que el pelirrojo interfirió. Todos se dispusieron a observar por un momento el doloroso encuentro. Quebrantado, tomó gentilmente el brazo de su gemelo y le dio un beso en el torso de la mano. Después, reacomodó la extremidad en su vacío pecho pero se dio cuenta de algo.

ESP -MYSTIC MESSENGER -Je te promets! (Te prometo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora