11.- PIRATES AND BIRDS II

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"Nos vemos mañana", exclamaron alegremente después de despedirse. Esa noche, Saeran dormiría en el departamento de V, sin ser amarrado, ni amordazado, también, había comido propiamente sus tres comidas. Todo eso era nuevo, jamás hubiese soñado con una habitación cómoda y mejor aún para él el no estar en "los brazos de Morfeo", podía vivir el momento, quería grabarlo por siempre, pues desbordaba tanta alegría que daba vueltas en la cama. Divagó por un par de horas, olvidando lo negativo y recordando los mejores momentos del día, imaginando lo que podría suceder y qué más podría descubrir en ese mundo, se sentía tan pleno, tanto que creía acariciar las nubes con sólo un salto de júbilo. A lo lejos, la luz de la luna reflejaba la dulce sombra de los árboles meciéndose por el aire, el sonido era tan relajante, suspiró profundamente y decidió rendirse al sueño, no podía esperar a ir a la Catedral, quería ir a jugar con su nueva amiga.

Finalmente había llegado la hora en la que se encontraba en la iglesia, la prédica había sido motivacional y esperanzadora para todos. Había mucha gente, tanta que a pesar de divisar entre todos los asientos, no encontraba a la pequeña castaña ni a su hermana. Al terminar, V y Rika se dispusieron a caminar hacia la salida, haciéndole una señal de que debían irse "Uh, ¿no se quedarán más tiempo hoy?", pensaba desanimado.

Se acercó a ellos y tirando del saco de V objetó por primera vez sin dudar-. Espera, V... no quiero irme tan rápido.

El joven de cabello menta se sorprendió ante tal reacción, nunca lo había visto así. Sonrió compasivamente y se agachó hasta quedar a la altura del pequeño -. ¿Qué sucede? Ya terminó la predica.

-Quisiera estar más tiempo aquí, quiero ver a alguien -musitó abochornado al esconder su rostro.

El rostro de V se notó serio, frunciendo las cejas hacia arriba y con una mirada fraternal, revolvió el cabello del niño.

-¿Has estado haciendo amigos?

Saeran asintió fervientemente, esperando no ser regañado por ello. El fotógrafo le sonrió -. Está bien, Rika y yo estaremos esperando por ti, pórtate bien ¿sí? No tardes más de hora y media.

-¡Gracias! No tardaré, lo prometo -agradecía emocionado al salir corriendo al jardín trasero del edificio.

Sus pasos hacían eco en todas las cúpulas y altos techos de aquella construcción barroca. Al estar en la entrada hacia el jardín, chocó accidentalmente con una persona, quien la sostuvo para no caerse.

-Así que el pequeño travieso está nuevamente por aquí, ¿eh? Hola, Saeran-saludaba Yeong suavemente.

-Gusto en verla nuevamente, señorita Yeong -respondía al hacer una reverencia.
-Si buscas a Mayuri, se encuentra en el jardín de la derecha.

-Ah, ¡¿c-cómo lo supo?! - berró sorprendido.

-Intuición - replicó sin expresión alguna para después marcharse.

Impaciente, volvió a echarse a correr hasta llegar a aquella dirección y ahí, justo donde esperaba, se encontraba la pequeña niña, sentada a lado de una religiosa, ambas admiraban una canasta de hermosas flores de colores fríos y cálidos.

Se acercó emocionado, su rostro dibujaba una sonrisa. A lo lejos, la castaña lo divisó, se levantó emocionada y gritó -. ¡Petirrojo, sí viniste! Ven a jugar conmigo y mi nueva amiga -, invitaba entre saltos.

La fragancia de rosas, alientos de bebé y jazmines se hacía más fuerte conforme avanzaba. La madre lo recibió con una sonrisa y le invitó a sentarse a un lado de Mayuri, quedando frente a ella.

-Así que eres el susodicho de Mayuri.

-¿Eh? - respondía con una cara de confusión al chupar su dedo índice y sentarse en el pasto.

ESP -MYSTIC MESSENGER -Je te promets! (Te prometo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora