Les miré a todos - No lo sé. Me han elegido, pero tengo que aceptar yo... - dije sonriéndoles - aún tengo tiempo para decidirme.
Todos me miraron tristemente. - Vamos, chicos - no os pongáis así... - dije intentando seguir sonriendo - ya lo dice Arion, todo saldrá bien.
Nadie dijo una palabra más, y todos juntos nos dirigimos al edificio fútbol, iba a empezar el entrenamiento. Fuimos al campo tras cambiarnos en los vestuarios.
Bien - dijo el entrenador Evans - en 4 días jugareis un amistoso.
Tenéis que entrenaros bien - siguió la señorita Hills - jugareis nada más y nada menos que contra el instituto Zeus.
El instituto Zeus es un rival fuerte - dijo Víctor - su actual capitán antes servía al sector quinto.
¿Le conoces? - preguntó Arion.
Sí - respondió Víctor - se llama Darien Love, es el hijo del entrenador del insituto Kirkwood, Byron Love.
Con que el hijo de Byron... - dijo el entrenador Evans - entonces, con que se parezca lo más mínimo a su padre ya debéis tener mucho cuidado. Byron es un jugador excepcional.
Bien, chicos. - La señorita Hills nos entregó unas hojas - será mejor que empecéis ya a entrenar. Aquí tenéis un plan de entrenamiento para cada uno, similares a los que el entrenador Sharp os hizo el año pasado, pero en ellos aumenta tanto el número de repeticiones como la intensidad.
Sí - respondimos todos al unísono, y comenzamos a entrenar.
Tras acabar el entrenamiento, recogí mis cosas y me fui a casa. Prefería ducharme y cambiarme allí ya que tenía bastantes cosas que hacer y prefería evitarme cualquier pregunta sobre la beca y el viaje.
Me empezaron a llegar mensajes de Gabi, solo vi que eran suyos, no quise leer ninguno.
Le dije que no me iría - susurré mirándome al espejo al salir de la ducha - pero ¿y si esta es mi única oportunidad?
Frotándome los ojos por el sueño, volví a mi cuarto y me puse el pijama. Era casi la hora de cenar así que bajé a la cocina a ver si mi madre necesitaba ayuda con la cena. Al llegar a la cocina sin dirigirme la mirada me mandó poner la mesa para mi padre y para mí, ella decía no tener hambre por lo que se fue a dormir nada más terminar la cena.
Mi padre y yo cenamos en silencio, uno frente al otro, mirándonos de vez en cuando hasta que él rompió ese incómodo silencio.
Hijo, siento mucho la escena de tu madre hoy en el instituto. Me dijo que si no la acompañaba iría sola, y ya sabes que si va sola hubiera montado una mucho mayor - dijo de repente.
No te preocupes, padre. - respondí - Mamá tiene muy mal carácter cuando quiere. Mañana iré a pedirle disculpas al director, aunque supongo que lo habrás hecho tú antes de iros.
Sí. - me contestó - respecto a lo de la beca... No hagas caso a tu madre, Riccardo. Tú debes elegir que hacer. Yo puedo aconsejarte, e incluso tus amigos. Lo primero que debes pensar es si te merece la pena abandonar toda una vida aquí para irte tan lejos tu solo. - dijo apoyando los cubiertos junto al plato - Yo decidí mal cuando tenía más o menos tu edad.
Pero - dije dudoso - te fuiste a Estados Unidos a estudiar derecho y allí conociste a mamá, ¿no es así?
Sí, e irme fue el mayor error de toda mi vida - dijo sonriendo - tu madre y yo no hemos llegado a querernos realmente Riccardo, nos quisimos un tiempo. Pero mi amor estaba aquí en Inazuma y el suyo en su ciudad natal. Cuando volvimos de Estados Unidos, me encontré que la persona a la que más quería se había ido con alguien, y yo terminé yéndome con la persona que me consoló después de volver. - dijo tornando su expresión a una mucho más seria, parecía triste.
Padre... - dije mirándole con ternura, se me hacía muy raro ver a mi padre así. Mi madre siempre ha sido más expresiva, sentimental y emotiva que mi padre, él siempre se ha presentado como una persona fría y calculadora. Aunque viendo como están reaccionando ambos a lo de mi beca... parece que no es oro todo lo que reluce.
Riccardo, piénsatelo bien, no cometas el mismo error que yo cometí. - dijo, cambiando ya su rostro a uno realmente triste. - No le dejes escapar.
Tras decir esto, mi cara cambió a una de sorpresa exagerada. Se que no tengo que dejarle escapar, pero... no sé a cual de los dos no tengo que dejar escapar...
Subí a mi cuarto y me puse a hacer algunas tareas y estudiar, se me hizo realmente tarde. De repente me acordé de los mensajes que me habían llegado de Gabi, cogí mi teléfono que estaba cargando sobre mi cama y los leí.
No le contesté, dijese lo que dijese iba a venir a por mí así que apagué el móvil y me acosté.
Tardé poco en dormirme. En mitad del sueño, me desperté unas cuantas veces hasta que mi alarma sonó, eran las 10, tenía 1 hora para prepararme, me levanté y fui a ducharme.
Al salir de la ducha, alguien picó a la puerta del baño.
¿Riccardo? - dijo mi madre.
Tardé unos segundos en contestar, pero lo hice de forma muy seria y cortante - Vete, no quiero hablar contigo.
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Dividido
FanfictionRiccardo di Rigo ya ha vuelto del torneo Gran Celesta Galaxy, aún le queda un mes de verano para disfrutar con todos sus amigos hasta volver a las clases para su último curso en Instituto Raimon. A pesar de todo lo que debe hacer para sacar las nota...